30

4.1K 236 59
                                    

Emma.

Maniobro para voltearme pero es mucho más fuerte que yo.

—Quieta. —Susurra.

—¿Esto es un secuestro o algo parecido? —Digo. Escucho su risa.

—Si. Estoy secuestrando a mi novia para que pasemos un día inolvidable, juntos. —Susurra de nuevo y río. —Así que quieta. —Besa mi cuello.

—Que secuestrador tan sexy. Si es así, que me secuestre toda la vida. —Digo cuando venda mis ojos.

—No me tientes... —Ríe y me sube al auto colocándome el cinturón de seguridad. Se sube y lo pone en marcha.

—¿A dónde me llevas? ¿Por qué me vendas los ojos? —Digo.

—Porque es una sorpresa, mi amor. —Dice.

—Pero ¿A dónde vamos? —Digo.

—Ya deja de cuestionarme que la sorpresa te va a encantar y no está tan lejos. Ya casi llegamos mi amor. —Dice.

—Dame una pista... —Digo.

—Mmmm... un lugar para los dos. —Dice.

—¿Un lugar para los dos? —Sonrío.

—Si... y otras cosas más. Ya te dije, quiero secuestrar a mi novia para pasar un día inolvidable juntos, uno de tantos... —Me toma de la mano mientras continúa conduciendo con la otra. Sigo sin ver nada y lo único que siento es sus labios en mi mano. Deja un beso. —Espero que no le temas a las alturas, si no, ya fue. —Ríe un poco.

—¿Qué tan alto? —Digo.

—Mmmm... ya lo verás. Tu solo confía en mi. Ya te dije, este día esta destinado a ser inolvidable. —asiento sonriente y me acomodo en el hombro de Henry. Busco sus labios y dejo un beso.

Él conduce solo un poco más y escucho que detiene el auto. Se baja de el y me abre la puerta ayudándome a bajar ya que gracias a la venda, no veía absolutamente nada.

—¿Ya vas a quitarme esto? —Digo.

—Si. —Besa mi cuello y desata el nudo de la venda. Parpadeo un par de veces y veo una preciosa cabaña en un lugar que parece estar muy alejado de la ciudad en si.

—¿Y esto? —Me volteo a él rodeándolo con mis brazos.

—Es nuestro lugar. —Me besa. —Un lugar para ser solo Henry y Emma. Para que estemos solamente tu y yo. Sin italianos molestos, sin pensar en el trabajo... solo tu y yo. —Une nuestras frentes y sonrío.

—Me encanta mi amor. —Lo beso suave.

—Y es que no la has visto por dentro. Ven. —Me toma de la mano y camino con él al interior de la cabaña que es sumamente hermosa y perfecta para ambos. Hay una sala con un gran sofá y un gran televisor, la cocina, dos habitaciones, una para Henry y para mí y desde luego... un pequeño cuarto de juegos.

—Esto es perfecto. —Sonrío entrando a nuestra habitación, arriba de la cama habían fotos de nosotros, algunas que Henry me había tomado incluso sin yo darme cuenta. —Me vengaré por esta foto. —Dije riendo tomando una donde yo estaba dormida.

—¿Y que? Te ves sexy cuando duermes. —Me abraza por detrás.

—Pero escogiste el peor momento para esta foto. Mira mi cara, parece que estoy babeando. —Le digo y toma la foto colocándola en su lugar.

—¿Y qué? me gusta mirarla. Me gusta sentirme afortunado cuando la miro. Afortunado de ser el hombre que va a despertar todos los días con esa mujer tan hermosa. —Besa mi cuello y sonrío. Me volteo a él y lo miro.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now