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Emma

Llegamos a la nueva casa. Las risas de los pequeños inundan el jardín. Bart llenando de cosquillas a Henry Jr y Nicholas riendo mientras corre como loco por la casa. 

—Abu... —Le dice a Henry sonriendo y estira los brazos a él. Henry se emociona y carga a su nieto dándole besos. Eran de las primeras palabras del pequeño de año y medio. —Abu. —Repite derritiendo a Henry con esa carita de ángel que se cargaba.

Jr, o mejor dicho, el bebé celoso frunce el ceño y extiende los brazos a su padre apunto de llorar, Henry lo carga también y los dos bebés reposan en los brazos de mi esposo.

Mi hijo se acomoda durmiéndose en los brazos de su papá mientras el pequeño Nicholas ve a Jr balbuceando cosas que no se entienden, quería despertar a Henry Jr porque Nicholas amaba tocarle la nariz, Jr se carcajeaba y Nicholas también, parecían dos tontos pero daban ternura.

Voy a donde Julie mientras mi esposo es feliz con los pequeños y me siento a un lado de ella.

—¿Cómo estás? —La abrazo.

—Bien... —Me mira. —Nicholas ya me dice "mamá" y... sus palabritas fueron... fueron lo que necesitaba para volver a sentirme completa. Aunque me siento estafada por mi hijo porque solo me dice "mamá" cuando le doy besitos, cuando no, me saca la lengua y se ríe. Tiene un genio que mejor ni te cuento.

Ambas reímos.

—No olvides decir que también ama jalar el cabello. Un día de estos ese angelito me va a dejar calva. —Digo y volvemos a reír. Ambas miramos a Henry con los bebés y es que se ve tan tierno dándole besitos a los dos mientras Jr duerme y Nicholas se ríe con su abuelo.

Todos nos divertimos durante la tarde con los niños en el jardín. Después del almuerzo Bart se va a una cita romántica con su novio. Julie se va con los niños a la habitación, los dos estaban dormiditos como angelitos y Henry y yo nos vamos a la oficina para ver cómo estaban las cosas.

Teníamos cargamentos atrasados por todo el rollo del video, cargamentos que tenían que salir hoy mismo porque no podíamos atrasar la distribución. Henry y yo organizamos los detalles para que nuestra mercancía llegue a sus destinos sin algún contratiempo que nos genere pérdidas, damos las instrucciones pertinentes a los hombres que se iban a encargar de llevar a cabo la estrategia con los cargamentos y se ponen en marcha enseguida.

También nuestro químico principal de los laboratorios llega a la junta enseñándonos su nueva creación, había mejorado la calidad de nuestra droga coronándonos de nuevo como la mafia que tenía la droga más pura alrededor del mundo. Eso hace sonreír a Henry sintiéndose más orgulloso de la mafia Adams.

Aunque el lo niegue la ambición de mi esposo era mucha, amaba tener el mundo a sus pies, amaba tenerlo todo. Disfrutaba controlar cualquier cosa.

—Quiero que comiencen la producción de la nueva droga en todos los laboratorios, cuando tengas los primeros lotes quiero que le envíen muestras a todos los distribuidores y socios.

—Perfecto señor.

—¿Cómo va lo otro?

—La droga Henmma está siendo probada todavía. Para descartar errores. Hasta ahora la respuesta es buena y si continúa pasando los filtros de seguridad pronto podrá ser distribuida, señor.

—Aceleren eso. Quiero esa droga siendo distribuida por todo el mundo de una vez por todas. —Me besa el cuello.

—Bien. Le avisaré cuando esté lista. —El hombre se retira y me monto encima de Henry rodeándole el cuello con mis brazos.

—Henmma. —Río. —¿Así se llamará tu nueva mercancía?

—Si. —Roza mis labios. —Nuestra nueva mercancía, mi amor. —Me corrige. —Por eso la nombré así, Henmma. —Besa mis labios. Acariciando mis muslos. —Es una droga que genera los mismos efectos que cualquier otra pero triplicándolos. Lo diferente y único es que no daña el organismo de quien la consuma. Es lo mejor que puede y podrá verse. Y será insuperable porque además de ser de nuestra mafia lleva parte de nuestro nombre. —Me muerde el labio. —Por eso es mi mercancía favorita. —sonrío besándolo y es que Henry cada día hace o dice cosas que me derriten por dentro.

Lo beso y dejo que me haga el amor en su oficina, una y otra vez. Se adueña de mis tres orgasmos de esta tarde, se adueña de mis besos, de mis caricias.

Se adueña de mi corazón. Como cada día.

Henry

Un día como hoy hace un año, un día como hoy Emma y yo estábamos casándonos. Un día como hoy ella estaba volviéndome el hombre más feliz del mundo.

Reproduzco el video de nuestra boda por sexta vez en la madrugada mientras sonrío como un completo idiota. Emma Adams vino a mi vida para hacerme el hombre más feliz del puto mundo porque así esté ardiendo el infierno en la tierra, si ella está yo soy feliz y lucho contra lo que sea.

La veo dormir a mi lado, acaricio sus mejillas y dejo un beso en su frente saliendo de la cama para ir a prepara absolutamente todo lo que tenía en mente para festejar nuestro aniversario. Quiero que también sea un día inolvidable para ella.

Comienzo a cocinar para sorprenderla en el desayuno y corro a la habitación cuando escucho el llanto de nuestro hijo.

—No despertemos a mamá campeón. —Lo tomo en brazos y me hace el puchero que pone cuando tiene lleno el pañal. Voy a cambiarlo y Jr bosteza mientras me mira. Le cambio el pañal platicándole lo mucho que amo a su madre, lo mucho que lo amo a él, mi bebé me mira atento sonriendo por instantes. Se carcajea cuando vuelve a hacerse popó en el pañal ya limpio y río dándole besitos en las mejillas. —Eres un bebé travieso. —Le hago cosquillas provocando que se ría a carcajadas. Le cambio el pañal y lo adormezco meciéndome en la silla mecedora mientras continúo hablando con mi hijo. Se queda dormido y lo recuesto en su cuna viendo la hora. Eran las siete de la mañana así que tenía que apurarme.

Regreso a la cocina y hago cientos de intentos para lograr hacer un pancake en forma de corazón pero parecen más alienígenas deformes que corazones.

—Era más fácil comprar moldes. —Dice Bart riendo. El me ayudaba con la sorpresa para mi mujer. —Es que lo que tienes de guapo lo tienes de idiota. Ya decía yo que en la sangre Adams recorre el 0.001 por ciento de idiotez.

—Deja de hablar pendejadas y mejor ayúdame que Emma ya casi despierta y quiero que todo esté listo. —digo.

La empleada doméstica viene diciéndome que Theo, el hacker estaba aquí.

—Dile que ahora estoy ocupado.

—Señor, dice que lo que tiene que decirle es importante.

—Dile que yo me comunico con él más tarde, ahora estoy ocupado y no quiero que nadie me moleste.

Mi esposa está primero y los negocios después. Así de simple.

Continúo preparando todo dejando todo listo en la habitación. Trato de hacer todo con el menor ruido para que ella no se despierte y vuelvo a recostarme a su lado con todo listo a esperar que abra esos ojos divinos que me tenían loco.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now