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Henry

Regreso a casa y Benson ya tiene a las dos personas que sabotearon uno de mis cargamentos.

No dejo que digan nada porque termino clavándoles un afilado cuchillo en la garganta a ambos al mismo tiempo viendo como sus asquerosas vidas se terminan en mis manos.

Mis escoltas ven la escena con horror mientras suelto los cadáveres que caen al piso soltando sangre a montones.

Tomo la toalla que Benson tenía preparada y me limpio la sangre de las manos mirando a mi gente.

—Esto pasa con los traidores. Ténganlo en cuenta, quien me traiciona, se muere. —Digo escuchando una risa que me causa migraña detrás de mi.

—Eso debiste hacer con Emma Ridley, amorcito. —Dice la Italiana. —Es una traidora y debe morir como tal. —Me abraza por detrás y enseguida le ordeno a mis escoltas que se vayan y nos dejen solos. Me suelto de ella.

—¿Cuantas veces ya te expliqué que aborrezco que me digas "amorcito? Sabes perfectamente que esto es un teatro. Una farsa total. —Me acerco a ella y la tomo por el cuello apretando ligeramente su garganta mirándola furioso. —Y también te advertí que no vuelvas a hablar de Emma Ridley.

—Y yo ya te expliqué que delante de tus escoltas tienes que tratarme como tu mujer. Esto es una farsa cuando tú y yo estamos solos. —Acaricia mis mejillas provocando que suelte su cuello y me aleje de ella. Se acerca de nuevo a mi y roza sus labios con los míos. —Henry, no tienen que existir sentimientos de tu parte para que follemos. No tienes idea de lo mojado que tengo el coño solamente con verte. —Susurra mirándome a los ojos. <<No es ella a la que tengo enfrente y no, la odio por traidora pero es a la única mujer que quiero tocar. Recuerdo cómo le hice el amor hace unas horas y siento que la polla se me engrosa recordando como su coño me calienta y me aprieta, como gime en mi oído y como me araña ante el placer que le hago sentir.>> —Solo déjate llevar Henry. Vas a disfrutar esto. —Intenta quitarme el saco pero me aparto.

—¿Tienes ganas de follar? Hay vibradores y consoladores. Deberías comprarte uno para no andar de ofrecida todos los días. O bien, puedes buscar un amante. —Me alejo bien de ella. —Y ya no molestes que tengo que supervisar muchos cargamentos y también tengo una reunión de negocios. —Camino un poco y me detiene.

—Tenemos que ir a elegir el pastel de nuestra boda Henry. —Dice y ruedo los ojos.

—Elígelo tu. Da igual. —Digo.

—¡No me has ayudado en nada! Ni con las invitaciones, ni con el banquete, ni... —La interrumpo.

—¡Has lo que se te de la puta gana! Solo me dices la fecha y ya está, te firmo tu puta acta de matrimonio y listo. —Salgo de ahí porque esa mujer me causa migraña. Voy a mi habitación y entro al baño a tomar una ducha y tengo que masturbarme porque pensar en la traidora me revienta la polla.

Después de salir de la ducha reviso el móvil y Sean me confirma que ya tiene a los escoltas en Italia, escoltas que cuidarán a la traidora las veinticuatro horas del día.

Obvio no lo hago por ella, ella me da igual. Lo hago por Julie porque se que si algo le pasa a Emma Ridley me odiará de por vida. Les advierto que si algo le pasa a mi mu... a la mujer, lo pagan con su vida porque si no la protegen los mato a todos.

Me visto y bajo a mi oficina donde los franceses me esperan para hablar de negocios. Pero, lo que terminan diciéndome me sorprende dejándome helado.

Emma

Italia me recibe con una tormenta que termina dejándome encerrada en el departamento de Bart. Escucho la discusión que tiene con Alessandro Rinaldi porque al italiano le estaban saliendo mal los operativos para distribuir la droga de Henry en Italia.

—Voy en una hora. —Dice Bart y cuelga sirviéndose una copa mientras su novio Rick le hace mimos.

—Ya cosita. No te estreses. Ya renuncia a la mafia del italiano que solamente te explota día y noche. —Le dice abrazando a Bart.

—Corazón, sabes que en ese negocio no se renuncia. —Bart exhala. —Tengo que ir a casa de mi jefe para solucionar el problema y...

—Y te acompaño. Tengo una propuesta que hacerle a Alessandro. —Digo. —Iré a dejar mis maletas en la habitación, espérame, no me tardo. —Digo y voy a la habitación. Me cambio de ropa y me coloco un poco de maquillaje.

Bart me espera en el auto y nos vamos enseguida con el italiano quien cuando me ve se pone serio.

—No sabia que venias con Emma Ridley, Bart. —Dice y lo saludo besándole la mejilla. Me mira de pies a cabeza. —Bart, mi socio está en las bodegas, necesito que te encargues de los paquetes y que cuentes que el dinero esté en orden. —Bart se va obedeciendo a Alessandro quien me sigue mirando.

—Alessandro, escuché el problema que tienes con la distribución de tu droga y dado que ahora viviré aquí quiero proponerte trabajar para ti. Yo puedo encargarme de cuadrar cada uno de los operativos y te aseguro que llegarás a cada rincón de Italia sin problema alguno. —Digo.

—Hay rumores sobre ti y tu ruptura con el Lord. La gente dice que le robaste droga y dinero Emma. ¿Por qué debería confiar en ti? ¿Que me asegura que no me harás lo mismo?

—Te doy mi palabra Alessandro. Y mi palabra tiene valor. Déjame demostrarte con hechos que soy buena en esto y que te daré los mejores resultados. No te vas a arrepentir. Ponme a prueba. —Digo.

—De acuerdo. Siempre te dije que las puertas para ti estarían abiertas. Solo voy a advertirte una cosa Emma Ridley, yo no soy Henry Adams y si tú me traicionas a mi si vas a pagarme.

—Ahórrate tus amenazas que no son necesarias.

—Entonces bienvenida a mi territorio Emma Ridley. A partir de hoy, yo soy tu jefe.

El italiano va a ser una pieza que si usaré, para demostrarle a todos que en este negocio soy capaz. Que no soy una traidora. Que tengo poder y valor.

Ahora si van a conocer a la verdadera Emma Ridley.

Ian

La abrazo mientras ella sonríe viendo la cuna que le compré a nuestro pequeño Nicholas. Cada vez faltaba menos para que mi hijo naciera y me sentía feliz, porque Julie ya me había perdonado y ya estaba junto a ella.

Recibe un mensaje de Emma avisándole que ya había llegado a Italia y me relamo los labios imaginando que esconde Emma Ridley detrás de la ropa. Esa mujer está buenísima.

—Te amo. —Julie me besa y respondo a sus suaves labios.

La amo, la amo tanto pero yo no soy hombre de una sola mujer, del todo. Julie va a ser mi esposa y la madre de mi segundo hijo y si, la amo. Pero no pienso privarme de probar distintos coños y atarme a uno de por vida.

—Te amo más. Y también amo a este pequeñín. —Toco su vientre y detesto que mi hijo no se mueva cuando le hablo, solamente cuando Julie lo hace. —Tengo que irme a trabajar amor, vendré más tarde. —Beso sus labio y tomo mi teléfono recibiendo lo que sospeché.

Cuando la bomba entre Emma y Henry estalló me dediqué a investigar y respecto a lo del video, mis sospechas eran ciertas, no era un montaje, supuse que era un doble pero lo que recibí me dejó helado. Emma tenía a una gemela y ella ni siquiera sabía que "Chloe" existía. Así que la del video era Chloe.

Río.

Ahora solo me tocaba mover unas fichas para ocultar de todos esa información. Sobretodo de James que está como loco buscando pruebas para limpiar el nombre de Emma que yo me encargaré de ensuciar más.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now