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Emma

Regreso a casa de Julie cuando Henry ya no está. El pequeño Nicholas se duerme como el angelito que es en mis brazos.

—¿Por qué lloró con Ian? —Pregunto.

—No lo sé. Lo oirás extraño pero no le gusta que su padre lo abrace mucho. Se pone a llorar o a removerse hasta que se lo quito. Aveces pienso que es mi culpa por las peleas que tuve con Ian cuando estaba embarazada. Ya vez que dicen que los bebés escuchan todo.

—No lo creo. Quizá este pequeño es muy inteligente y sabe que su papá es un completo cabrón. —Digo y Julie ríe.

—No seas así. Ian ya cambió.

—Pero de ropa. —Reímos. —sigue siendo el mismo imbécil y yo nada más te advierto que si te hace daño le corto el pito. —Digo y Julie ríe.

—Ya te estás tomando enserio tu lugar como la reina de la mafia. Eso es lo que dicen de ti por aquí. Que ahora si traicionaste a mi papá porque si pones en marcha tu imperio "iniciarías una guerra".

—Entonces tengo que prepararme para pelear porque no pienso cambiar mis planes. Si tu padre lo toma como traición me da igual que de todas formas ya me vió como una traidora una vez. —Digo y Julie exhala.

—Ha estado muy mal sin ti. —Dice bajando la cabeza. —Si no se alcoholiza se la pasa gritándole a todos sus empleados.

—Yo también estuve mal y eso a él no le importó.

—Ahí si te equivocas. Siempre te cuidó. Cuando esos tres hombres quisieron abusar de ti y se lo conté, los mató. Cuando te fuiste te puso escoltas, muchísimos. Hace un mes cuando chocaste en Italia y el se enteró, tomó un vuelo de inmediato para ir a ver cómo estabas, estuvo contigo en el hospital pero no lo notaste porque no habías despertado. Nunca has dejado de importarle ni cuando te creyó culpable y no vayas a decirme que estoy tratando de excusarlo porque sabes que desde siempre estuve de tu lado. Solamente te estoy diciendo las cosas como son.

—Y yo también te estoy diciendo las cosas como son. Me humilló y no confió en mi. Le creyó a otros antes que "a su mujer". No pienso volver con tu padre Julie. Aunque siga aman... aunque siga... aunque... yo ya no lo amo pero... —Tartamudeo y Julie ríe un poco.

—Ya te pareces a él cuando decía que "no le importabas". Yo creo que deberían sentarse a hablar los dos Emma. Un amor tan bonito como el que se tienen debe ser para siempre.

—Mejor me voy a dormir que tengo la peor migraña del mundo. —digo.

Me voy a la habitación en la que me quedaría y leo los mensajes de mi gente. Me confirman que los laboratorios ya estaban listos y ya habían reclutado a la gente que produciría mi droga.

Me costó solamente meses posicionarme y eso es algo de lo que me siento orgullosa porque lo hice yo sola.

Henry

Me informan que sus laboratorios están listos y que ya daría inicio a la producción de su droga. Emma no tiene idea lo orgulloso que me siento de ella.

—¿De verdad no vas a hacer nada Henry? ¿Estas consiente de que si Emma pone en funcionamiento esos laboratorios sería el principio de nuestro fin? —Dice Matt.

—¿Que quieres que haga? ¿Que me ponga en una guerra con ella? —Me tomo mi whisky.

—Pues deberías. Date cuenta Henry, el italiano, el francés y el español están detrás de Emma y los rumores de lo que hizo con el territorio del italiano están corriendo. La tienen como una diosa y no dudarán en darte la espalda para coronarla a ella.

—Que lo hagan. Ella logró eso sola y merece triunfar. —Me sirvo otro whisky. —No quiero guerra con mi mujer Matt.

—¿Y vas a dejar que nos robe socios? Tu si que eres el rey de los pendejos.

—Bueno ya. La mafia es mía y si quiero disolverla y entregársela a Emma pues lo hago y ya porque yo soy el jefe y ni tú ni nadie tiene derecho a cuestionar mis decisiones así que ya basta.

—Ya, no te enojes. Haz lo que quieras. Solo te advierto que Emma Ridley es un peligro porque tiene un cerebro mucho más grande que el tuyo. —Se levanta. Ruedo los ojos.

—No me preocupo. Amo verla brillar pero tu más que nadie sabe que nunca nadie podrá destruirme.

—¿De que hablas? —Sonríe. —Algo te tienes entre manos Henry. —Exhalo.

—Emma es buena distribuyendo la droga. Es un genio y eso a ti te consta. Pero, detrás de sus laboratorios estoy yo. Yo contraté a la gente que los construyó y recluté a los que producirán la droga. —Matt me mira sorprendido. —Su hombre de confianza de Emma, Maximiliano, trabaja para mi.

—No entiendo.

—Emma logró lo que tiene por su propia cuenta pero, su mafia es mi mafia Matt. Tú lo has dicho, yo lo he dicho... nunca nadie estará por encima de mi. Solo ella pero, con limites. Mis límites.

—Cuando Emma se entere, te va a odiar mucho más.

—No se va a enterar, porque tú no le vas a decir y además de Maximiliano, eres el único que lo sabe. Quiero hacer feliz a Emma aunque ella no esté por ahora, junto a mi.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora