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Emma

Paso el día con Julie y con el pequeño Nicholas. Después, cuando quiero regresar a la cabaña me percato de que Bart no está solo ahí, Henry está en la cabaña y a través de la ventana puedo ver cómo conversa tranquilamente con Bart.

—Llévame a un hotel. —Le digo a mi chofer y le escribo a Bart diciéndole que quería estar sola y que me disculpe. No quiero lidiar con Henry ahora porque no sé cómo verlo a los ojos sin gritarle que estoy embarazada.

Mi escolta me lleva al hotel no sin antes pasar al supermercado en el que compro un poco de ropa y un poco de helado de galletas con frituras. Maximiliano me mira de reojo mientras unto las frituras en el helado comiéndomelas como si me las fueran a quitar.

—No me mires así. —Refunfuño. —En mi defensa, esto está exquisito y si no lo has probado cállate. —Digo comiendo más.

—Tranquila, señorita Ridley. —Dice Maximiliano riendo un poco y cruzo los brazos porque estos últimos días me he sentido muy sensible y solamente quiero abrazos y besos de una sola persona.

Llego al hotel y me lanzo a la cómoda cama quedándome dormida por horas. Solamente despierto para ordenar una pizza con extra queso para mi sola y para contratar un spa en la habitación.

Me como la pizza mientras recibo masajes que me relajan el cuerpo entero.

Ignoro el teléfono cuando Bart me satura de llamadas y soy más astuta que él porque le bloqueo el rastreador para que no pueda encontrarme. Si Henry estaba en la cabaña es porque Bart de alguna manera ya le dijo que estoy embarazada y no, no estoy lista todavía para enfrentarme con esa realidad.

Acaricio mi vientre y ahora es cuando entiendo a Julie queriendo que el tiempo pase volando, todavía no sé si será niño o niña pero lo que si sé es que quiero ya conocerlo, tenerlo o tenerla en mis brazos para llenar sus mejillas de besos todos los días.

Pasa una semana y unos pocos días y respiro hondo mirándome al espejo. No puedo seguir evadiendo al mundo entero. Toco mi vientre y exhalo.

—Hoy tu padre se entera que vienes en camino bebé. —Digo acariciando mi vientre. Niego. —Bueno, mejor mañana. —Río un poco y Maximiliano me informa que ya todo está listo para irnos.

Reviso mi teléfono mientras estoy en el auto y leo los cientos de mensajes que Bart me dejó, se había regresado a Italia pero volverá para la boda de Henry que... es mañana. Exhalo tocando de nuevo mi vientre y no puedo evitar soltar lágrimas.

Henry va a casarse.

Llego a casa de Julie y limpio mis lágrimas bajándome del auto para entrar. Quedo pálida y en shock cuando Henry es quien me recibe.

—Tenemos que hablar. —dice.

—No hay nada de lo que tú y yo tengamos que hablar.

—¿Estás embarazada? —Quedo pálida. Niego.

—No. —Respondo y ríe acercándose más a mi.

—Eres malísima mintiendo. —Se acerca más y me relamo los labios ante su cercanía. Lo miro a los ojos mientras lo veo sonreír acariciando mis mejillas. —¿Estás embarazada Emma? —Me mira atento y quedó estática. Nerviosa. —¡Respóndeme Emma! ¿Estas esperando un hijo mío? ¿Si o no? —Me mira a los ojos y sigo temblando del miedo.

—¿Quien te dijo? —Trago saliva.

—Vi la prueba de embarazo en la cabaña. ¿Eso es un si? —Dice y exhalo enfrentando la situación.

—Si. —No digo nada mas porque enseguida me toma en su brazos levantándome del piso y dando vueltas conmigo mientras me abraza gritando "¡Vamos a ser papás!.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora