17

4.5K 329 85
                                    

Henry

Doy órdenes para que preparen mi avión para ir por ella.

"Y te juro Henry, que si me subes a ese avión por obligación todo el amor que siento por ti se convertirá en odio."

Tengo eso grabado en la cabeza. "Todo el amor", eso quiere decir que ella siente algo por mi. Y eso fue lo que necesitaba oír para largarme a buscarla. Para dejarme de juegos y para parar su drama.

—Señor el avión estará listo en media hora. Llegaremos a Italia al amanecer ahí. —Dice y asiento sirviéndome una copa más. Benson Exhala.

—Señor, ha bebido de más. —Dice y lo miro.

—¿Y a ti que carajos te importa Benson?

—Es que... señor... su encargo ya está en el sótano tal y como usted lo ordenó.

Sonrío. Al fin una buena noticia. Bajo lo más rápido que puedo al sótano y ahí veo a esa maldita lacra colgada del techo por unas cuerdas que lo mantenían atado.

—Ya se te acabo tu suerte Andrew. Si antes no te mataba era por Emma, pero ahora que se que no siente nada por ti, ya te jodiste.

Está amordazado, intentando decir algo mientras me miraba con desesperación. Miraba a Benson una y otra vez balbuceando.

—Fuiste y me vendiste con la policía. ¿Ya te gastaste los millones que te dieron por la recompensa Andrew? —Río. —Espero que los hayas disfrutado. —Exhalo encendiendo un cigarrillo. ¿Sabes porque me gusta este sótano? Porque aquí es mi lugar favorito para matar a todas las lacras traidoras que se atreven a irse en mi contra. Decenas de personas han muerto aquí de maneras que preferirías no escuchar.

—Señor... ¿Traigo a Roger? —Dice Benson y niego.

—No, mi precioso felino no acabará con la vida de esta basura. Lo haré yo mismo... —Voy hacia los cajones, del primero, saco un afilado cuchillo. —¿Sabes que hago con los que hablan de más Andrew? Les corto la lengua en trocitos. —Sonrío, viéndolo soltar lagrimas de desesperación. Hace lo posible por soltarse de las cuerdas pero será imposible. Voy hacia otros cajones sacando un par de guantes de látex. —Sabes.. si no fuera mafioso sería doctor. —Río.—Mira que curioso es el mundo que hoy me deja hacerle una cirugía de extirpación a un lenguón. —Río alimentándome de su desesperación. Le quito la mordaza y sin dejarlo decir nada tomo su lengua con fuerza. —Después de esto haber si puedes contarle a la policía algo más sobre mi maldito hijo de puta. —Deslizo el cuchillo arrancándole la lengua. La sangre comienza a chorrear y sonrío mucho viendo su cara de horror, su intento de grito. —¡Nadie traiciona a Henry Adams y vive para contarlo! —Cada vez suelta más sangre y sus quejidos aumentan. —Oye, guarda energía para el final.... —Exhalo soltando el cuchillo. Si no fueras quien eres te colgaría así agonizante de un puente para que todos vean lo que le pasa a quienes traicionan al Lord... pero, por ser quien eres tengo que encargarme de desaparecerte... así que... mira lo que te preparé. Especial para ti. —Le señalo un recipiente lleno de ácido. —¿Sabes lo que el ácido clorhídrico hará en ti? Solamente tus asquerosos huesos quedarán, pero, no te preocupes, que también me desharé de ellos para que jamás descanses en paz, hijo de puta. —Chasqueo los dedos y mi gente se encarga de lanzarlo al recipiente que lo haría sufrir mucho antes de desaparecer.

—Señor... el avión saldrá pronto. —Dice Benson. Quería quedarme a escuchar los últimos quejidos y ver como ese miserable ser moría pero también tenía que ir con Emma. Exhalo y salgo del sótano para tomar una ducha rápida, empacar algunas cosas para finalmente abordar el avión con destino a Italia.

Emma.

—¡No me toques! —Le digo a Alessandro y a la italiana cuando me toman por la fuerza llevándome a una de las habitaciones.

—¡Ya! Esto es demasiado. —Dice Bart interviniendo y Alessandra toma su arma apuntándolo.

—¿Desde cuando los malditos empleados pueden abrir la boca de más? —Dice la Italiana apunto de Jalar el gatillo pero mi voz la detiene.

—Le tocas un pelo a Bart y yo misma la pido a Henry que te asesine. Que no se te olvide que tu también eres empleada de Henry. —Digo y me mira con odio.

—Cuando se te acabe la protección de Henry bonita, te prometo, que vas a conocer realmente como esta empleada acaba con la vida de la gente que detesta. —Guarda el arma y Alessandro rueda los ojos.

—Y tu vas a conocer que haré con las personas que amenazan a los míos. —La miro mal.

—¡Ya basta Alessandra! El Lord me pidió que mantuviese a Emma en esta mansión en lo que llega y así va a ser. Ya deja tus jodidos dramas. Aquí nadie va a matar a nadie. ¿Está claro? Basta ya por favor. —Dice Alessandro.

—Escúchame bien Emma... El Lord cree amarte y yo voy a ser quien haga que deje de hacerlo reviviéndole viejos momentos conmigo. —Me sonríe burlesca.

Me encierran en una habitación junto con Bart y no me abren por mas que golpeo la puerta.

—Discúlpame... yo te metí en todo esto. —Bart exhala. —Supongo que Alessandro tiene razón, una vez que entras a la mafia ya no sales... bueno, solo hay dos caminos... muerto o en la cárcel. Emma perdón. —Exhala y lo abrazo.

—No importa. La culpa no es tuya. Es de Henry. No entiende que no podemos estar juntos.

—¿Y por qué? —Se sienta a mi lado. —¿No te importa? porque si es así deberías decírselo para que deje de asfixiarte como lo hace. Ya quisiera yo que mi novio me busque locamente de esa manera. —Ríe un poco. —Emma... si antes yo te aplaudí y alenté el hecho de que vinieras aquí fue porque estúpidamente creí que podía alejarte de la mafia. También porque sé del estilo de vida de el Lord... y... creí que te quería como uno más de sus juguetes. —Exhala. —Pero ahora me doy cuenta que eres más que eso para él y te lo digo porque lo conozco, he trabajado con Alessandro el tiempo suficiente para saber quien es el Lord y en todo el tiempo que he sabido de el jamás, jamás se había comportado de esa manera... supongo que te quiere y te quiere bien.

—Si me importa y si lo quiero. Lo que me limita a esto es el odio de Julie. —Exhalo. —El hombre que quiero Bart, es el padre de mi mejor amiga, de mi hermana de hace años. Me siento sucia cada vez que recuerdo las lágrimas de Julie cuando se enteró de lo que había entre Henry y yo.

—Emma, siempre he amado y admirado la forma en la que amas, la forma en la que te sacrificas por los tuyos, pero mírate mujer, todo el camino a Italia estuviste con tristeza en los ojos. Ahora mírate, esos ojos ya no tienen el brillo que a todos les gusta mirar. Emma, enfócate en lo que tu quieres. En tu felicidad. La felicidad de otros ellos mismos la encontraran, Julie ya la encontró con su noviecito ese. Si quieres a Henry, date una oportunidad con él, no pierdas nada, además, es un bombón. Ósea, esos ojos, ese cuerpazo... uff. —Río.

—Lo pensaré. —Digo.

—No te lo pienses tanto porque el Lord está bien loco. Míralo, viniendo a Italia por ti. Ese bombón es capaz de incendiar el mundo por ti. —Ríe. —Oye... —Me abraza. —¿Ves la cara que pone cuando me ve? —Ríe. —Se muere de celos. Y se ven tan jodidamente sexy así...

—Oye, deja de hablar así de mi hombre. —Digo riendo.

—Son verdades... nadie sabe que soy gay, solo mi novio y tú y obvio se ve que el bombón piensa que yo estoy detrás de ti. —Ríe. —Así que no le digas que soy gay porque, quiero que siga poniendo esa cara tan sensual de enojado cuando estoy junto a ti. —Ríe y hago lo mismo abrazándome de Bart.

Temiendo que el amanecer llegue.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now