48

2.9K 226 40
                                    

Henry

Escucho a la policía a la vez que tengo a mi mujer en brazos desangrándose.

—Encárguense de la italiana. Encadénenla en mi sótano ¡ahora! —Le grito a mis escoltas mientras subo a mi mujer al auto pidiéndole a Benson que conduzca lo más rápido que pueda a un puto hospital. La mirada de Emma está sumamente apagada, la sangre que escurre de su cuerpo es demasiada y tiembla mientras se aferra a mis brazos. —Vas a estar bien mi amor, ¿me oíste?. —Digo en desesperación porque tengo a un puto policía siguiéndonos mientras Benson intenta perderlo para llegar al maldito hospital.

—¿Me amas? —Me mira débil.

—Sabes que eso nunca dejaré de hacerlo Emma Ridley. Sabes que eres la única mujer a la que soy capaz de amar. —Acaricio sus mejillas soltando lágrimas porque no la veo bien y eso me jode.

<<¡Maldita Italiana de mierda!>>

—¿Y me crees? Henry... yo no te traicioné. Te lo juro mi amor. —Dice con la voz entrecortada mirándome a los ojos. —Créeme. —Susurra.

Exhalo. Porque no puedo creerle, no cuando hay pruebas que demuestran su traición.

—Emma, tengo pruebas de lo que hiciste. Fotos, la evidencia... Emma... soy capaz de perdonarte, soy capaz de perdonarte si tienes los ovarios de decirme en la cara que si me traicionaste. —La miro.

—No voy a aceptar algo que no hice. Yo no te traicioné y hay alguien que quiere joderte, que quiere jodernos. Y no tengo la menor duda de que es la italiana. O que ella está detrás de todo esto. —Dice respirando lento.

No le digo nada más porque me urge que la revise un médico y no está en condiciones de discutir o aclarar esto.

—Hablaremos de esto luego Emma. —le digo y presiono a Benson que sigue sin poder perder al policía que nos viene siguiendo.

—tenemos que ir a su casa señor. Ya debe haber un equipo médico ahí esperando. Seguir recorriendo la ciudad es arriesgado y ese policía puede traer más refuerzos. —Dice Benson aumentando la velocidad. Volteo a ver de nuevo a Emma y ya está completamente inconsciente. Continúa respirando porque siento su respiración y exhalo mirándola.

<<No puedo odiarla, no puedo odiarla aunque si que quisiera>>.

Llego desesperado a casa y la bajo del auto, los médicos que están ahí enseguida se acercan a auxiliarla dándome un mal pronóstico de su situación. Pese a que la bala no había dañado nada importante, ella había perdido demasiada sangre en todo el camino.

James y Julie se acercan a mi y mi hija comienza a darme golpes en el pecho mientras llora.

—¡Tu lo hiciste, ¿no?! ¡Tu le hiciste daño! ¿Que carajo no entiendes que ella no fue quien te traicionó? ¡Tío James y yo estamos investigando maldita sea! —Me grita mientras James me mira con decepción en el rostro. Fríamente serio. <<Como si fuese mi madre, el mismo rostro>>.

—Entréguenme pruebas, porque las que yo tengo son contundentes. Y no Julie. Yo no Le disparé, fue la maldita perra de Alessandra Rinaldi y obtendrá su merecido. —digo.

—¿Vas a castigar a la persona que le disparó a "la traidora"? —James se coloca enfrente de mi cruzando los brazos. —A la persona que te robó, que te utilizó. De hecho, deberías estar agradecido con esa italiana por acabar con una traidora, ¿no? —Dice sarcástico mirándome. Julie lo mira con confusión. —¡Ya deja de comportarte como un bipolar de mierda y ten los cojones para aceptar que lo que le pasó a Emma fue tu puta culpa por echarla cuando no lo merece! —Me grita. —Emma no es ni una traidora y hay aquí una o más personas que están montándote toda esta puta farsa en la que estás cayendo como un pendejo de mierda. Mira, mira lo que tus pinches impulsos han ocasionado en la vida de Emma, ¡Casi la violan! ¡Tiene que trabajar en un lugar donde la humillan! Porque la semana pasada estuve ahí con ella y Julie y su jefe es un maldito perro miserable y ahora, ¡Ahora le disparan! ¿Que más quieres Henry? ¿Que la maten? ¿Eso quieres hijo de puta? ¡Cuando Emma se recupere voy a llevármela lo más lejos que se pueda de ti! —Me grita y lo tomo por la camisa.

—¿Quien demonios te crees para hablarme de esa manera? ¿Quien te crees para decidir sobre la vida de mi mujer eh? —Le grito.

—Dejó de ser tu mujer en cuanto la echaste y desconfiaste de ella. Emma de merece a alguien muchísimo mejor que tu. Un idiota, pendejo, impulsivo, bipolar, indeciso y... —Le aviento un golpe en la cara, mismo que me responde.

—¡Hijo de puta! —Le grito y los golpes comienzan. Julie ordena que mis escoltas nos detengan y siento sangre chorrear por mi nariz al igual que veo la sangre en el rostro de James.

—¡Ya basta papá! Mírate. Ya no te reconozco.

—¡Te quiero fuera de mi casa James! —Le grito.

—No tienes que echarme, yo me largo en cuanto sepa cómo está Emma porque no pienso estar ni un segundo más bajo tu techo. Henry, tu madre estaría muy decepcionada de la persona en la que te estás convirtiendo.

Se va a esperar noticias de Emma y Julie me mira con lágrimas en los ojos.

—Yo también me voy con el tío James. A mi también estás decepcionándome demasiado. ¿Quien eres ahora papá? —Se da la vuelta y sigue a James.

Me llevo las manos a la cabeza en frustración. Me informan que la italiana ya está en el sótano y ahora no tengo cabeza para ir a llenarla de plomo por lo que se atrevió a hacerle a mi mujer.

Pasan un par de horas y el médico sale de la habitación que habían acondicionado para atender a Emma informándome que se encuentra fuera de peligro y que está despierta aunque continúa débil. No lo pienso y entro enseguida.

—¿Cómo te sientes? —Me siento a un lado sosteniendo su mano.

—Mal. Pero no por el disparo. No hay peor herida que la que siento por tu desconfianza. Henry, quiero arreglar esto. Te amo. Te amo Henry y yo no hice lo que te están haciendo creer que hice.

Exhalo y saco mi teléfono mostrándole las pruebas. Ella las ve una a una y continúa negando ¡lo que es evidente!.

—Esto es falso amor. —Exhala y no quiero discutir porque sigue viéndose sumamente débil. —¡Créeme!. —Llora y la abrazo con cuidado para no lastimarla.

Quiero creerle. De verdad quiero. Necesito creerle y quiero darle una oportunidad porque mirándome a los ojos me jura que no me traicionó.

El mensaje del primo de la italiana llega a mi teléfono. La foto no era un montaje.

Dejo el teléfono a un lado y continúo mimando a Emma quien me sigue asegurando que alguien nos está jodiendo. Recuerdo las palabras de ella, de James, de Matt, sobre la italiana. Puede ser y tiene sentido, su llegada repentina a la ciudad Justo cuando eché a Emma, el resultado que puede ser erróneo sobre el montaje de la foto y el disparo cuando Emma y yo nos besamos.

—Voy a averiguarlo. Te prometo que voy a averiguar todo. Tu descansa y recupérate mi amor. —Beso su cabello y ella se acurruca en mi pecho.

—¿Si me crees? Quiero escuchar que confías en mi amor. —Susurra.

Exhalo.

—Descansa. —La suelto cuando llega el mensaje de Matt a mi teléfono y la cubro con la sábana. —Te amo. —Beso sus labios y salgo de la habitación viendo el rostro de Matt sumamente serio para ser él.

—Ya tengo los resultados del video... sobre si es montaje o no. —Traga saliva.

—¿Y que dicen? Porque según el primo de la italiana la foto no es un montaje. Quiero saber si esa perra no está manipulando las pruebas Matt.

—No, la italiana no te mintió. El video tampoco era un montaje. Eso quiere decir que... es real... que Emma si resultó ser una traidora Henry, lo siento. —Me entrega las pruebas mismas que lanzo al suelo furioso.

¡¿Cómo pudo mirarme a los ojos y jurarme su inocencia?!

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now