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Emma

Bostezo despertando. Lo primero que veo al abrir los ojos es a Henry mirándome.

—Buenos días preciosa. —dice y le sonrío acurrucándome más en sus brazos. —Solo dormimos tres horas. —Me dice y reímos juntos.

—Buenos días guapo. ¿Cuanto tiempo llevas mirándome? —río un poco y sonríe tomando su  ¡phone de la mesita.

—Exactamente una hora. —Besa mi cabello y ambos reímos. —Y con eso confirmo que puedo mirarte todo el día y ni aun así estaría conforme. —Acaricia mis mejillas. —Me encanta mirarte porque para mi eres la mujer mas hermosa de todo el puto mundo. Y me encanta verte y saber que eres mía, que nadie más podrá tenerte. —Une nuestras frentes.

—Te amo loquito. —beso sus labios siendo más que correspondida. Henry me toma por la cintura pegándome a él y siento su dureza. No habíamos parado en toda la noche y el aún quería más y yo... también.

Me monto encima de él ondeando las caderas tentándolo. Sonríe cuando lo tomo por las muñecas y poso sus manos en mis senos. Tiro la cabeza hacia atrás y gimo. Su polla está por completo dentro de mi y la cara de placer que tiene me motiva a moverme más, disfruto hacerlo, amo como me mira cuando estoy arriba de él, como admira cada parte de mi, como los ojos le brillan.

—Eres preciosa. —Gruñe. —carajo, eres una pinche diosa preciosa. —Jadea con la boca entreabierta envuelto en el mismo placer que yo. Se incorpora rodeándome con sus brazos y besándome los labios. Continúo ondeando las caderas mientras nuestras lenguas se unen, se disfrutan.

Maniobra para dejarme debajo de él y ahora es quien se mueve con hervor, besa mi cuello mientras yo manoseó su trasero disfrutando lo duro que es.

—Me encantas, guapo. —gimo alto mientras el se mueve cada vez mejor.

Muerdo mis labios y siento que estoy en el puto paraíso, todo el cuerpo me tiembla y Henry se molesta cuando mi teléfono suena.

—No contestes. —dice sin dejar de moverse ferozmente arrancándome gemidos. Estiro la mano a la mesita y tomo mi teléfono mirando que es Benson quien llama.

—Es Benson, debe ser por el cargamento. Debo... —Gimo. —Debo responder. —digo agitada escuchando a Henry gruñir. —No hagas tanto ruido cariño. —Le digo y el se dedica a lamerme las tetas sin dejar de penetrarme mientras yo respondo apretando los labios para no gemir lo mucho que quiero hacerlo.

—Señorita Ridley... llevo cuatro horas intentando contactarla. Su cargamento ya debe estar por llegar a su destino y por ahora no hay ni un error. —Dice.

—Bien Benson...—digo agitada y suelto un gemido bajo cuando Henry tira de mi pezon con los dientes para volvérselo a llevar a la boca. Gruñe mirándome y repite lo mismo con el otro. —Mantenme informada por cualquier cosa... —Vuelvo a gemir porque carajo, está haciéndome suya con tanta hambre que siento todo el cuerpo cansado. —Tengo que colgar, estoy ocupada. —Digo.

—Me voy a correr, preciosa. —Henry gruñe.

—¡No he colgado Henry! —digo colgando la llamada deseando que Benson no haya escuchado eso <<que vergüenza>>. Henry ríe.

—Bésame. —Me dice y lo hago, lo beso mientras él me abraza embistiéndome un par de veces hasta hacerme tocar el cielo de nuevo. Juntos.

Después de una ducha cariñosa le preparo el desayuno a Henry.

—Ya quiero que la cocina huela así todos los días cuando nos casemos. —Hace que me siente en su regazo mientras desayunamos juntos.

—Pues ya te estás tardando en pedirme matrimonio, ¿no? —Digo comiendo un trozo de fruta y el sonríe.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now