14

4.6K 322 36
                                    

Mini maratón 2/3


Emma

Pasan minutos y Bart no llega. Henry se impacienta mirando el reloj mientras Benson continua empacando mis maletas.

La televisión está encendida y no deja de transmitir las mismas noticias sobre Henry. Andrew lo había entregado con la prensa, la policía ya le había puesto precio a la cabeza de Henry y su identidad como "Henry Evans" se había ido al caño. Ya todos sabían que Henry Adams, era el Lord, el jefe de la mafia y el número uno.

—Vete. Ya yo me inventaré algo con la policía. —Digo, impidiendo que Benson continue empacando mis maletas.

—No voy a dejarte aquí ni de chiste. —Dice.

—Dile a Benson que deje de empacar mis cosas. ¡No te he dicho que me voy a ir contigo! —Digo.

—Tampoco dijiste que no. Además... tu misma lo preguntaste. Preguntaste si te dejaría ir y ya sabes cuál fue mi respuesta. —Se acerca a mi. —Aunque te diga que si, no será así. —Roza nuestros labios. —Y déjate de hipocresías o trabas mentales porque tu también quieres esto Emma Ridley. —Dice.

Tiemblo ante su cercanía y soy débil ante sus besos. Devoro sus labios como él lo hace con los míos. Me aferro a su pecho abrazándolo, sintiéndome idiota porque siempre, siempre que tenía a este hombre enfrente las piernas me temblaban, la razón me fallaba y las bragas se me humedecían.

—¿Para qué me voy a ir contigo? —Me separo, mirándolo a los ojos. —¿Para ser tu sumisa? ¿Para ser desechable? Después ¿qué? me vas a echar y te vas a buscar a otra mujer, ¿no? —Digo y el me mira.

—No te irías precisamente como mi sumisa. —Exhala acariciando mis mejillas. —Te irías como mi novia... como mi mujer. Si así lo quieres. —Exhala. —Emma Ridley, nunca he dicho estas palabras antes y no se como hacerlo pero... sé mi novia. —Me mira. —Siento... siento que eres como mi droga, como mi karma personal, porque... no quiero esta sin ti y no puedo estar sin ti. Emma, se mi novia. —Me mira a los ojos y lo único que hago es besarlo con las ganas que tenía. Y es que si Benson no estuviese en la habitación ya me le hubiese abierto de piernas para que me haga el amor aquí mismo.

Henry Adams era mi puta debilidad, era mi puto vicio. Sus labios eran algo que no quería dejar de besar, sus caricias eran algo que no quería dejar de sentir. Este hombre tenía algo que me hacia débil.

—¿Eso es un sí? ¿Aceptas ser mi novia? —Acaricia mis mejillas.

—Eso es un... —Bart nos interrumpe.

—Ya llegué... —Mira serio a Henry.

—Mmmm. —Dice este mirándolo serio.

—Emma... vi las noticias y adelanté nuestro viaje. Para hoy. Entonces cariño, dime... ¿te vienes conmigo? —Me mira y trago saliva mirando a ambos.

Por un lado, tenia a Bart, mi amigo incondicional ofreciéndome una oportunidad de no ser señalada como "La zorra del video" o "la mujer que se folló al padre de su mejor amiga" Y por otro lado, tenía a Henry, el hombre que me volvía loca. Que me encantaba y por el que sentía cosas que me removían todo por dentro.

—O.. ¿Te vienes conmigo Emma? —Henry me mira.

—Emma, vámonos a Italia. —Me dice Bart.

—Emma, quédate conmigo, te necesito para vivir. —Dice Henry.

Y mi cabeza está hecha una completa mierda. No sé que carajos hacer, no se que carajos decidir. No lo sé.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ