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Aylin Winchester nunca había tenido un aprecio particular por las reglas. 

Escabullirse por los pasillos de la biblioteca hasta la Sección Prohibida y robar un libro de esta era rutina de cualquier día.

Giró por el último pasillo de la biblioteca hasta dar con la entrada de la sección prohibida automáticamente deteniendo sus pasos al notar la otra presencia que intentaba—sin éxito alguno—colarse a los pasillos prohibidos. 

Observó en silencio, sin lograr evitar sonreír con sorna al ver los probres intentos de la bruja pelirroja para entrar a la Sección Prohibida. Se notaba que era la primera vez que intentaba colarse. 

—Hay una manera más fácil, ¿sabías? —exclamó y la aparición repentina de su voz hizo a la otra bruja dar un brinco en su lugar.

Oh si las miradas mataran...

—No, no lo sabía —reprochó Lily Evans, fulminándola—. No es como que me dedique a hacer esto seguido.

—Se nota. 

La pelirroja torció los ojos ignorando nuevamente su existencia, concentrándose en el patrón que habría de desbloquear la entrada a los vetados pasillos. 

Aylin la observó en silencio unos segundos más sin molestarse en ocultar su sonrisa burlona, al menos hasta que la otra bruja suspiró exasperada maldiciendo en voz baja para posteriormente mirarla intensamente de nuevo. 

—Podría ayudarte, si quieres. 

Lily frunció el ceño, la desconfianza palpable en su rostro. De pronto Aylin fue muy consciente de que la última vez que se había cruzado con la bruja, la había terminado petrificando durante una sesión de magia negra que casi había terminado en desgracia. 

—Solo si prometes no hacer preguntas —accedió la pelirroja. 

Aylin sonrió con victoria. 

—Solo si tú no haces preguntas primero.

La pelirroja asintió en silencio, abriéndole paso a la rubia hasta la cuerda que refrenaba el acceso. Aylin toqueteó con su varita puntos específicos de la soga, haciendo que esta se retorciera por unos segundos hasta holgarse lo suficiente para permitir el paso de las dos brujas. 

—¿Cómo...? —Aylin la miró con una ceja enarcada. Lily guardó silencio. 

En cuanto cruzaron la entrada, ambas brujas se separaron.

Aylin regresó el volumen que había estado leyendo a su lugar original. En lo que iba del ciclo ya había logrado leer los primeros dos estantes de la Sección Prohibida y estaba pasando la mitad del tercero, sin embargo, se había aburrido de seguir el orden, pues muchos volúmenes tendían a ser repetitivos, por lo que esa tarde había decidido pasar por alto el orden que llevaba y simplemente vagar por los estantes de libros hasta que alguno de ellos llamara su atención.

Había muchos más libros de los que uno podía creer en la Sección Prohibida, de todos tamaños, formas, colores y texturas. Algunos libros parecían más viejos que el mismísimo Dumbledore y otros parecían que habían sido recientemente agregados a las listas de lectura, pero solo hubo uno que atrajo su atención.

El libro no tenía nada de especial, era un simple lomo negro más con toques en colores violetas entre todos los lomos de colores oscuros dentro de las estanterías, pero, había algo en el título de este y la tipografía que parecía ser bastante antigua.

Sacó el libro de su repisa, este era incluso más compacto de lo que originalmente le había parecido, en su portada podía leerse "Secretos de las Artes más Oscuras", los terminados de su tipografía y las sutiles cruces arriba y abajo del título le hacían pensar que era un libro que probablemente databa de la Edad Media. 

Traitors-(Sirius Black) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora