Traitors-(Sirius Black) [EDITANDO]

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Ella no soportaba la idea de arruinar su felicidad, así que, hizo lo que mejor sabía hacer, fingió.

O, al menos hizo el intento.

***

Ellos lo sabían, los mortífagos sabían que alguien los estaba delatando y no había nada que cualquiera pudiese decir para hacerlos cambiar de parecer, ahora, el ser descubiertos ya no era cuestión de posibilidad, sino de tiempo.

Aylin sabía que se habían dejado llevar, que, como Ícaro, habían volado demasiado cerca del sol, ebrios en la dicha y la gloria de sentirse como el bando ganador. Se habían dejado llevar y ahora, caerían en las profundidades del océano, la dicha y la gloria como nada más que un lejano recuerdo de lo que llegaron a ser, abriéndoles paso al fondo de un agujero del cual no podrían salir, al menos, no todos ellos.

La única ventaja con la que Aylin podía contar ahora era que ellos no supieran que ella sabía.

Cuando Regulus había tocado frenéticamente la puerta de su habitación por la noche, Aylin pensó lo peor. Sus conjeturas no estuvieron demasiado alejadas.

El menor de la casa Black había sido arrastrado a una reunión de emergencia en la casa Malfoy, de nuevo, gracias a los mandatos de Bellatrix Lestrange. Regulus, luego del último incidente que había tenido al enfrentarse a La Orden, apenas tenía ánimo suficiente para arrastrarse fuera de la cama por la mañana, claramente, no tenía ni la mínima intención o deseo de reunirse con sus familiares y aliados del bando tenebroso, pero, como en muchas otras ocasiones, no tenía opción a negarse. Por primera vez en la vida, agradeció que fuese así.

La reunión había sido convocada de improviso, apenas un grupo muy reducido, seis personas y nada más, entre ellas las dos primas del mago, sus esposos y su excompañero de casa, Antonin Dolohov.

El reducido número de presentes fue lo primero que llamó su atención, pero no fue eso, ni de cerca, lo que lo alteró, sino fue el hecho de que no hubiese ninguna clase de entretenimiento, que, por una vez, no hubiese risas de satisfacción o miradas de superioridad, lo único que podía apreciar en sus rostros era una densa y asfixiante seriedad poco características de la mayoría de ellos, no fue hasta que Regulus se dio cuenta de eso, que comenzó a sentir el pánico que constantemente lo acompañaba, asfixiando sus pulmones y enredando sus entrañas, a pesar de eso, guardó la compostura, deseando que tal vez, y solo tal vez, el único motivo para reunirse fuera nada más que comunicar muy malas noticias para ese bando, que no tuviera nada que ver con él, que pudiera salir de allí fingiendo una mueca en vez de una sonrisa. Se sostuvo de ese pequeño rayo de esperanza, pero la esperanza es la más traicionera de las ilusiones.

Toda ilusión que albergaba se vino abajo cuando Bellatrix rompió el silencio, diciendo:

–Hay un traidor entre nosotros.

La exclamación de sorpresa y molestia fue general, por primera vez, el pánico en el rostro de Regulus no era fingido. Por primera vez, su rostro encajaba a la perfección con el de los demás, pero, los motivos de este no eran, ni de cerca, los mismos.

Regulus bien podía haber firmado su sentencia de muerte ahí mismo.

El mago bajó su rostro, sabiendo que de encontrarse con la mirada de cualquiera de sus primas, ellas podrían ver a través de él y entonces no volvería a poner pie fuera de esa lúgubre mansión, al menos no con vida.

Aylin y él sabían del riesgo que existía al jugar para ambos bandos, sabían desde un principio que no sería un camino fácil de recorrer y que las cosas podrían terminar muy mal para ambos, sin embargo, ninguno de ellos esperaban que la verdad saliera a la luz tan pronto, eso arruinaba todos sus planes, pues su presencia en el bando mortífago era la única ventaja con la que los miembros de La Orden contaban, era lo único que los mantenía equilibrados a pesar de tener ellos también un traidor entre sus filas, si Regulus y Aylin eran descubiertos eso no solo representaría algo aún más terrible que la muerte para ambos, sino una caída para el bando que todos deseaban se proclamara como ganador.