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31 de octubre de 1981

Había silencio en la noche.

La tenue luz de la luna estaba escondida detrás de las tinieblas. Nada más que el sonido del viento acariciando las hojas de los árboles rompía el tenso mutismo.

Era una noche diferente. Espeluznante. Antinatural.

La noche de brujas.

Había silencio en la oscuridad, luego, no lo hubo más.

···

James Potter se estaba quedando dormido en el sillón de su sala. Sus párpados pesaban luego de largas noches de vigilia. Abrazó con fuerza su torso al sentir la temperatura descender, él sabía que algo no estaba bien, sabía que el silencio de la noche era demasiado opresivo, el frío demasiado profundo, la quietud demasiado inquietante. Sabía que no debía cerrar sus ojos, pero la falta de sueño era excesiva y la comodidad del sillón embriagante.

Arrullado por el ulular de un búho a lo lejos, sintió a su consciencia irse, irse, irse...luego, un tronido, un grito, un fuerte golpe demasiado cerca de él. Todo sucedió excesivamente rápido, apenas un borrón frente a sus ojos.

James brincó en su lugar, levantando su varita dispuesto a atacar. Poco podía escuchar por encima del latido desenfrenado de su corazón. Era el final, era el final y él podía sentirlo, sabía que debía gritar, advertirle a Lily, rogarle que tomara a su pequeño hijo en brazos y huyera. Sabía que debía atacar, proteger su hogar y a su familia aún si tuviera que dar su vida en el proceso, cualquier amenaza tendría que pasar por encima de su frío cadáver antes de llegar a su familia. James sabía lo que tenía que hacer y, a pesar de estar aterrado por eso, sostuvo su varita con firmeza y se lanzó al ataque.

Avanzó poco, antes de que una voz resonara en la habitación.

—¡Malditas ventanas inoportunas!

James se detuvo en seco. Aylin Winchester estaba parada frente a él, sacudiendo de su cabello los últimos remanentes de cristal que se había llevado al atravesar la ventana.

Poco duró el alivio que sintió al tener la visión de la rubia frente a él, pues si bien Aylin no era el enemigo, su presencia en la casa de los Potter solo podía significar que algo estaba mal. Muy, muy mal.

—Lyns —se apresuró hasta ella, alejándola de la ventana—, ¿qué sucedió? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde encontrarnos?

—James —dijo, mirándolo. Había miedo en sus ojos—. Ya viene. Él ya viene.

—¿Quién viene?

—¡Mi jodido tío Elroy a tomarse una maldita taza de té y discutir sobre el maldito clima! —respondió, exasperada—. Voldemort, James. Voldemort ya viene.

James sintió su alma caer al suelo, cuando las tinieblas crecieron alrededor de la casa.

Él no estaba viniendo, él ya estaba ahí.

···

Pocas veces en la vida, Aylin se había sentido así de estúpida.

La noche recién había comenzado y un mal presentimiento crecía dentro de ella. La última vez que había sentido algo como eso, alguien había muerto.

Algo pasaría esa noche y de eso ella estaba segura, pero jamás había esperado que la persona que la estaba mirando justo en ese momento irrumpiera en su habitación de esa manera.

El ruido de su puerta siendo completamente abierta sin previo aviso la hizo brincar en su sitio, automáticamente lanzó un hechizo hacia el origen del ruido.

Traitors-(Sirius Black) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora