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La casa de los Potter estaba en llamas.

Habían pasado semanas desde la última vez que había estado ahí, desde que habían cruzado palabra alguna.

El calor del fuego alcanzaba su rostro aún a metros de distancia.

Bellatrix reía frente a ella, evocando la figura de un dragón desde su varita, alimentando las llamas, reduciendo todo a cenizas.

La lucha no tardó en desatarse.

Se escuchaban gritos desde el patio trasero de la casa, si Aylin se concentraba lo suficiente casi podía deducir a quién pertenecía cada uno. Pensó en Regulus y James, en Remus y Lily, pensó en Cyra y en Sirius, preguntándose si alguno de esos gritos pertenecía a ellos.

Ella quería correr hasta allí, escabullirse al patio trasero y asegurarse de que no fuera así, obligarlos a escapar mientras pudieran, a abandonar su hogar que lentamente era consumido por las llamas. Aylin quería asegurarse de que estuvieran bien, pero sus órdenes eran otras.

La bruja había sido condenada a mantenerse al costado de Narcisa y Bellatrix, a quemar la casa hasta sus cimientos. Destruir todo hasta que no quedase nada sobre lo que construir.

Una lengua de fuego brotó desde la punta de su varita.

Aylin podía sentir la mirada punzante de Narcisa Malfoy a su lado, tratando de conferirle un mensaje que ella no estaba segura de querer entender.

—Vamos Cissy, ¡te estás perdiendo toda la diversión! —apremió Bellatrix.

Narcisa no se atrevió a levantar su varita.

—Deberíamos estar atrás...ayudando —miró a Aylin de nuevo, haciéndole preguntarse si tal vez Narcisa Malfoy se atrevería a ensuciarse las manos.

Aylin había querido pedir lo mismo, había querido tratar de persuadir a Bellatrix que el fuego no tendría problema en crecer por sí solo, que desperdiciar a tres brujas habilidosas como ellas era una táctica pobre y estúpida, pero sabía mejor que eso. Sabía que Bellatrix podría ver a través de ella. Mantuvo la boca cerrada.

—Bella —insistió Narcisa—. Probablemente nos superan por número —¿nos superan por número? Preguntó a Aylin con la mirada.

La bruja miró al cielo, buscando la luna, todo era oscuridad por encima de sus cabezas. Regresó su mirada a Narcisa asintiendo apenas perceptiblemente, preguntándose si no hubiese sido mejor para ellos que hubiese luna llena.

No, Remus jamás se perdonaría hacerle daño a alguien.

Bellatrix seguía incrementando las llamas.

—Oh, Cissy, siempre tan inocente —se mofó—. Créeme, si hay alguien que necesitará ayuda, serán ellos.

Su risa atravesó el ambiente.

Aylin había aprendido a temer a las cosas. A la oscuridad, al silencio, a la risa. Había aprendido a temer a Bellatrix Lestrange, sabiendo que su risa no era otra cosa que un augurio de muerte y pena. Sintió sus cabellos erizarse en el frío de la oscura noche.

Tenía un muy mal presentimiento.

Al notar la sonrisa arrogante de la bruja frente a ella, la chispa en sus ojos, el placer en sus movimientos, Aylin deseaba estar equivocada.

No lo estuvo.

Las tinieblas crecieron a sus alrededores, las sombras se oscurecieron engullendo la poca luz a su alrededor, el frío caló hasta sus huesos.

Traitors-(Sirius Black) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora