1-Marvel Magic [HP x Marvel]

Capitulo 32:La Batalla de Azkaban (991 D.C.)

La búsqueda del hombre oscuro no iba bien. Comenzamos investigando las áreas que fueron atacadas por él. No había ni un solo rastro de él en ninguna parte; lo que significa que encontró una manera de ocultar su firma mágica. Lo que descubrimos fue que el primer ataque que ejecutó, había matado a un hombre en Londres. Tuvieron un duelo donde la víctima lo identificó como Ekrizdis.

El nombre es algo familiar, pero no puedo pensar en él, pero a diferencia de los otros asesinatos, Ekrizdis no robó un libro o un artefacto, esto fue personal. Descubrimos que la víctima era un mago llamado Janus Diggory. Después de algunas investigaciones, descubrimos que él era un investigador mágico que se enfocaba en el alma. Tenía un socio, a quien Salazar identificó como el hombre que mató a su familia, Ekrizdis. Como siempre hacen los magos, estaban tratando de lograr la inmortalidad. La gente realmente necesita empezar a ser original, esto se estaba haciendo viejo.

Por lo que entendí del proceso, fue capaz de absorber la fuerza vital de las personas para extender la suya y fortalecer su magia. No usó las almas de su víctima, aun así murieron. Creó un hechizo que toma la vida potencial de una víctima y la agrega a la suya. La energía era muy maleable, por lo que podría agregarse a su núcleo mágico, lo que explicaría lo poderoso que es. Este método no violó el orden natural, así que no sentí nada.

Tuvo que empezar en alguna parte, así que identificamos la desaparición de múltiples víctimas, en los últimos años, parecía ir hacia el norte. De hecho, el último lugar al que llegamos fue el último. Estábamos en la costa del Mar del Norte, donde innumerables pescadores desaparecían cuando entraban en una sección específica del mar. Ekrizdis debe estar en una isla.

Entonces, zarpamos exactamente donde probablemente no deberíamos haberlo hecho. Nos escondimos usando protecciones secretas e ilusiones y, de repente, sentimos que algo estaba mal adelante, algo mal. Sabía que había algo importante que me estaba perdiendo, algo que estoy muy cerca de recordar. Navegamos hacia lo que intuíamos, en contra de nuestros instintos. Finalmente llegamos al borde de la isla, era un lugar desprovisto de vida, y podía sentir un aura de muerte en este lugar. En la isla había una fortaleza gigantesca que irradiaba malicia. Y luego me di cuenta, sabía dónde estábamos. Estaba en casa, esto era lo que quedaba de la Atlántida después de mi lucha con la Muerte.

Alguien construyó una fortaleza con las ruinas de mi hogar y yo estaba furioso. Antes de que pudiéramos pisar la isla, un enjambre de figuras encapuchadas flotó desde lo alto de la fortaleza y voló hacia nosotros. Era inmune a su aura pero podía sentir a Godric, Rowena y Salazar temblando a mi lado. Realmente no podía culparlos; esta era la materia de las pesadillas.

"No se preocupen chicos, tengo esto. Vayan a buscar a Ekrizdis, yo me ocuparé de ellos".

Pude verlos intentar protestar, pero agito mi varita y conjuro una luz blanca brillante que repele a los dementores. Puedo sentir a mis amigos mirando. "¡Ve ahora!"

Mantengo mi hechizo hasta que desaparecen por la entrada. No se suponía que hubiera tantos dementores. Solo trece miembros del clan Grimm fueron maldecidos para convertirse en dementores, no los miles frente a mí. Me concentro en uno de ellos y trato de averiguar de qué están hechos. Todo lo que podía sentir era dolor, no eran viejos, apenas un par de décadas. Ekrizdis debe haber intentado replicar la maldición de la muerte y atar a sus víctimas a sí mismo.

Pero, ¿cómo podría pasar algo así por mí? Debería haberlo sentido. Ah, sí, el aura mortal de la isla debe haberme ocultado. Lo más importante ahora es el hecho de que estos nuevos dementores no están malditos por la muerte. De hecho, puedo matarlos. Una sonrisa creció en mi rostro mientras conjuraba un fuego blanco a mi alrededor. Lo hago crecer, creciendo hasta tener el tamaño de la fortaleza real. Creo una tormenta de fuego alrededor de la isla, el área generalmente oscura se ilumina como si fuera mediodía en un día sin nubes. Cada dementor que fue tocado por el fuego, desapareció con un gemido.