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Capitulo 68:El Primer Atleta Olímpico (865 A.C.)

865 A.C. Korinthos

(Punto de vista de Hestia)

Hestia tenía la sensación de que había encontrado a la misteriosa Medusa. Ella la siguió furtivamente. Mientras la seguía, notó que la gente ignoraba a la mujer, como si no fuera la Fundadora y protectora del Pueblo. No se inclinaron al verla y ella compró algunos productos como lo haría cualquier viejo aldeano. Era extremadamente extraño para Hestia ya que estaba acostumbrada a la forma en que la gente trata a sus hermanos menores. La mujer, que supone que es Medusa, caminaba por el mercado de la mano de las dos chicas de cabello púrpura. Uno de ellos arrastrado de la mano hacia un puesto de manzanas.

"Mamá, ¿Podemos tener manzanas? Prometiste que nos harías un pastel si pudiéramos terminar nuestros estudios antes de tiempo". Ella suplicaba adorablemente.

"Está bien, Stheno. Pero solo estoy haciendo un pastel y tienes que compartirlo con tu hermana. No queremos que se repita lo que sucedió en tu cumpleaños". La quizás Medusa respondió.

La otra chica gimió: "Te lo dije, mamá, no fuimos nosotras. No es nuestra culpa; El tío Erebus entró y se comió todo".

"Entonces, ¿Por qué tienes pastel en toda la cara?".

"Nos tiró un poco...". La chica prácticamente gritó.

La tal vez Medusa suspiró: "Si tú lo dices, Euryale". Cogió algunas manzanas y comprobó su calidad y puso una buena docena de ellas en su cesta. Le mostró a la mujer que los vendía cuántos tomó y luego le entregó las monedas para pagarlos.

Después de comprar las manzanas, para deleite de sus dos hijas, volvió a la carretera y continuó con sus compras. "No se vean tan engreídas, chicas. Solo haré el pastel si terminaron con su trabajo. Y considerando su falta de práctica, no será por un tiempo...".

La niña, Hestia no podía diferenciarla de su hermana idéntica, gimió: "Tú eres quien nos dio este hechizo imposible, mamá. ¿Y por qué tenemos que saber cómo usar una espada? Siempre nos protegerás a nosotros, ¿Verdad?".

La mujer suspiró, "Por supuesto que lo haré, pero a veces, las cosas suceden sin que nadie lo espere y dormiré tranquila por la noche cuando sepa que podrán protegerse. El mundo es un lugar muy peligroso, es lógico que tú también te mantengas a salgo por tu misma".

Las hijas de la mujer no respondieron al repentino cambio de tono. La madre amante de la diversión de antes se había ido y en su lugar había una mujer que había visto demasiado del mundo.

De repente, la madre amorosa regresó, "Pero basta de este tema deprimente, el mar se ve hermoso esta noche, ¿Te gustaría ir a nadar hoy?".

Ambas chicas se iluminaron instantáneamente y se miraron con una sonrisa en sus rostros, "¿Qué pasa con nuestras lecciones?".

La mujer se rió, "Este día es demasiado hermoso para desperdiciarlo en lecciones, Stheno". Las chicas se rieron de su respuesta y la siguieron.

Hestia estaba fascinada con esa mujer. Sabía que era poderosa, pero las personas tan poderosas como ella siempre abusan de ella en un esfuerzo por terminar en posiciones de autoridad. Su Familia fue testimonio de ello. Zeus era un hombre poderoso, eso es cierto. Podría haber comenzado como un Rey, pero rápidamente se aburrió y ahora pasa su tiempo durmiendo con los Mortales, para disgusto de su Esposa, y provoca tormentas eléctricas solo por diversión. Hestia nunca lo ha visto adorar a ninguno de sus Hijos de la forma en que Medusa adora a sus Hijas. Incluso Athena, conocida por ser la favorita de Zeus, no pasó mucho tiempo con él durante su infancia y comenzó a conocer a su Padre cuando ascendió al Consejo cuando creció.

Para ser honesta consigo misma, Hestia asumió que ella era la que era diferente. Que su prioridad para su Familia era algo fuera de lo común. Los otros Atletas Olímpicos en su mayoría complacieron su amabilidad, pero olvidaron que Hestia fue la primera en ser encarcelada en el Tártaro. Y que estaba sola en ese infierno sin ninguna explicación de por qué vivía en un lugar tan miserable.