Poder, libertad y una flor francesa

Capítulo 89: Estancia en prisión

AN: ¡Bienvenido al próximo capítulo!
Me alegra que mis cliffhangers te emocionen tanto de leer los próximos capítulos.

Desde entonces, he recibido algunas preguntas sobre la duración de este proyecto:
Calculo que tenemos quizás otros diez o quince capítulos por delante.
Por lo tanto, probablemente terminaremos alrededor de la marca del Capítulo 100.

Hasta entonces, ¡disfruta!

Las secciones reconocibles pertenecen a JKR

Capítulo 89

10 de febrero de 1997

Se estaba moviendo rápido. Después de memorizar la ruta hasta la celda de Grindelwald, Harry rápidamente encontró el camino de regreso a la entrada del Castillo. Para su sorpresa, Dumbledore casi logró mantenerse al día con él. Su rostro pálido y arrugado mostraba grandes signos de preocupación.

Tan pronto como salieron del esquema de la prisión, la varita de ancianos se había deslizado en la palma del director. Estaba murmurando un encantamiento bajo su respiración, con la punta de su varita apuntando a una larga pluma que había arrebatado de la celda de arriba.

Harry reconoció que Dumbledore estaba creando un Portkey. Cualquier pensamiento sobre no provocar un incidente internacional debe haber sido borrado de los pensamientos del Director.

Harry observó con impaciencia cómo Dumbledore terminaba su creación. Si hubiera tomado más tiempo, puede haber intentado aparearse. Sin embargo, desafortunadamente, no sabía la ubicación exacta de Azkaban. Todo lo que podía pensar era en el peligro mortal en el que podría estar Fleur, ya que ella probablemente eligió entrar directamente en la línea de fuego y estuvo involucrada en cualquier evento que sucediera alrededor de Azkaban ahora.

"A dónde nos llevará exactamente?" Harry preguntó.

"Llegaremos justo encima de la prisión." El Director explicó después de terminar la creación: "¡Espera, ahora!"

Un segundo después, la pareja desapareció con un chasquido. Harry respiró profundamente. El aire era salado donde lo llevaron. Gruesas nubes grises oscurecieron el cielo sobre ellos. Sin embargo, la atmósfera amenazante no le preocupaba tanto como lo primero que vio Harry cuando aterrizó en el techo de piedra áspera de la prisión de Azkaban:

Un brillo de cabello rubio platino se extendió por un cuerpo en el suelo. Miembros pálidos y lisos pateaban las manos huesudas que intentaban agarrarle los tobillos... Un chillido alto escapó de sus labios rojos...

Una helada mortal se deslizó por la piel de Harry mientras veía la escena antes que él. Casi cualquiera en el techo podía sentir el frío que estaba emitiendo. Estaba en fuerte contraste con el calor deslumbrante que corría a través de su cuerpo, dominando cada pensamiento coherente. Su varita era borrosa en el aire frío. Lo que dejó sus labios no fue un encantamiento, sino un rugido desesperado.

Los tres hombres más cercanos a Fleur, incluido el que se había atrevido a poner sus sucias manos sobre ella, fueron vaporizados en un instante, dejando atrás un pequeño montón de cenizas y el aroma de la piel y la carne quemadas. El trozo de madera de saúco volvió a parpadear y una pared de tres metros de altura de vibrante llama negruzca rodeó la Veela, separándola por completo de cualquiera que se atreviera a acercarse a ella nuevamente.

La mafia se estremeció, sus ojos se abrieron de miedo ante la magia desconocida y poderosa que protegía a su objetivo. En su impotencia, miraron a su Señor, el que había prometido salvarlos de este lugar.