MARIQUITA ✔

CAPÍTULO 51: "TE EXTRAÑO"

Li Chengxiu se quedó despierto toda la noche, y al día siguiente estaba despeinado, mirando el informe y sintiendo que las figuras que tenía delante lo hacían sentir mareado y agotado, sin ganas de mirarlas.

Fue solo durante la pausa del almuerzo que reunió el valor para encender el teléfono.

En cuanto lo encendió, aparecieron varias llamadas perdidas y muchos mensajes de texto.

Al ver el mensaje de texto del número desconocido, Li Chengxiu dudó y los abrió de todos modos.

"Te echo de menos".

"Cheng Xiu, te extraño".

"Te echo de menos".

"Pensando en ti a cada momento".

Li Chengxiu no podía apartar la mirada y se apresuró a pulsarla.

Tenía los ojos doloridos y le flaqueaban las piernas, por lo que se acuclilló en el pasillo.

¿Será cierto que personas como él no pueden llorar sin ver el ataúd? Habiendo sido engañado por él tantas veces, todavía en secreto, no podía evitar conmoverse por estas acciones inexplicables de Shao Qun.

Li Chengxiu levantó la mano y se abofeteó severamente. La voz nítida resonó inmediatamente en el pasillo.

Shao Qun le mintió, era el fin, no podía mentirse a sí mismo.

Esta persona solo lo lastimaría, lo insultaría, lo engañaría, lo trataría como un sirviente y un compañero cama, y nunca lo respetaría.

No importa lo que Shao Qun hiciera o dijera, era una ilusión, una farsa, y no podía creerlo.

No lo creía, nunca lo creerá.

Shao Qun era el virus más aterrador del mundo, solo evitándolo mucho la herida puede sanar y no quería repetir los mismos errores.

Li Chengxiu se chupó la nariz con las manos temblorosas mientras desmontaba la carcasa del teléfono, sacaba la tarjeta SIM y la tiraba a la basura.

Shao Qun había vivido hasta ahora, y temía que nunca hubiera estado tan metido en problemas.

No importa lo imbécil que sea, después de todo, no puede sostener su cara para enfrentar a su anciano cara a cara, realmente tenía miedo de molestar a su padre y a su hermana mayor. Li Chengxiu tendría mala suerte en el futuro, así que sólo podía ser obediente y regresar a casa.

Era solo que cada segundo separado de Li Chengxiu era sufrimiento.

No podía dejar de pensar en lo que estaba haciendo Li Chengxiu ahora. ¿Estaba con Li Shuo, de qué estaban hablando, qué estaban haciendo, cuán dulces eran donde nadie los podía ver?

Shao Qun sentía que su corazón estaba completamente vacío.

El viejo general Shao aprovechó la oportunidad para corregir a su hijo. Mientras estuviera libre algún día, llamaría a Shao Qun para amonestarlo. Shao Qun quería regresar a Shenzhen varias veces, pero siempre lo regañaba.

Cuando el general Shao era joven y maduro, estuvo fuera de casa todo el año. Cuatro los niños nacieron antes y después. Pero, con el único que había esperado fuera de la sala de partos era Shao Qun. El resto del tiempo estaba en alguna misión.

De hecho, él mismo no se consideraba tan feudal, debía tener un hijo, al contrario, pensaba que las niñas eran bastante buenas, bien educadas y obedientes. Pero su mujer se sentía tan culpable de tener tres hijas seguidas, que creía que debía tener un hijo y no pararía hasta que lo hiciera. Después de dar a luz a Shao Qun, su salud empezó a fallar, y más tarde murió cuando Shao Qun tenía cinco o seis años.