Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 20. "Wicked Game"

"The world was on fire and no one could save me but you. I never dreamed that I'd meet somebody like you. No, I don't wanna fall in love with you. What a wicked game you play, to make me feel this way"

La época de navidad ya había llegado. A pesar de que faltaban dos días para Nochebuena, nada más empezar diciembre, el espíritu de la navidad se apoderaba de la mayoría de personas. Todo el mundo sabe que es una época mágica para pasar en familia y olvidarse de los problemas por un momento. La ilusión de ver regalos bajo el árbol. La comodidad de tomarse un chocolate caliente en frente de una chimenea. La diversión de montar las decoraciones con gente cercana. Ese sentimiento de pertenencia, era lo que la Navidad significaba y precisamente eso, era lo que nunca había sentido. Nunca celebré la Navidad con mi familia cuando era pequeña, no tenían costumbre de hacerlo. Eran días normales y corrientes para mí, pero a medida que crecí me prometí a mi misma que iba a celebrarla con mi familia. Lamentablemente, este año, iba a romper mi promesa.

-Dean, ¿me puedes decir qué hacemos en un campo, a las 7 de la mañana? -pregunté con los brazos cruzados.

-¿Sabes qué día es hoy?

-23 de Diciembre.

-Exacto, un día menos en mi calendario -aparté la mirada de él cuando dijo eso- Aprovechando que Sam ha salido a correr, quería venir aquí contigo para ayudarte a defenderte cuando yo no esté.

-Te recuerdo que hacía boxeo, además, ¿cuántas veces te he salvado yo a ti el culo en una pelea?

-Ninguna -Dean quería que yo hiciera el primer movimiento, a pesar de que varias veces me había dicho que como era más pequeña, debería dejar a mi oponente acercarse a mi. Él se quedó parado, esperándome a que me volviese impaciente como siempre hacía- Venga Laura, ven a por mí.

-No voy a hacerlo -dije firmemente.

-Está bien, entonces nada -Dean relajó su cuerpo y se puso recto de nuevo.

Me di la vuelta para entrar en el Impala y volver al motel para seguir investigando sobre el caso que habíamos venido a trabajar cuando noté un par de brazos fuertes agarrarme por detrás. Una mano clavó mi brazo detrás de mi espalda mientras que la otra envolvía mi cuello. No apretaba lo suficiente para hacerme daño, pero podía sentir la presión sobre mí.

-Joder, Dean -dije mientras intentaba forcejear, aunque su pierna me rodeaba las mías, manteniéndome immóvil.

-Nunca des la espalda -Dean informó mientras yo seguía intentando deshacerme de él- Sabes que hacer, solo tranquilizate y piensa.

Suspiré y respiré hondo, intentando pensar en los consejos que Dean me había dado varias veces. Entonces lo recordé. Con mi brazo libre, lo crucé por enfrente de mí convirtiendo mi codo en un punto afilado para golpear las costillas expuestas de Dean. Soltó un quejido de dolor y sus manos me dejaron ir, llevándolas a su lado. Una vez libre, me coloqué a su lado, cogiendo ambas muñecas y las llevé a su nuca, girándolas suavemente para que así no pudiese soltarse. Dean bufó mientras se arrodillaba en el suelo sin dejar de forcejear.

-¡No puede ser! -exclamó Sam con unas risas de por medio, cuando volvía de su rutina de correr- Tengo que hacer una foto.

Sacó su teléfono mientras que noté como Dean forcejeaba todavía más fuerte, en un intento de soltarse antes de que su hermano pudiese sacar la foto. Por suerte, conseguí mantenerle firme el tiempo suficiente. Una vez le soltó, corrí hacia Sam con una sonrisa para ver la foto. Qué momento más gracioso para inmortalizar. Cuando Dean se levantó, se sacudió los pantalones y sin decir nada, volvió al coche.