Capítulo 27. "Scars"

972 56 9
                                    

"A transformation, from good to bad. I thought I knew you, it makes me sad. Say what happened, along the way. You were bitter but why did I have to pay. It belongs to the past now, I'm moving on. I'll try to forget, I'll try to be strong. I add another scar to my collection, it's been a while since the last time"

Habían pasado un par de días desde nuestro encuentro con el ángel y nos habíamos quedado en casa de Bobby durante esos días, y cómo era normal, Dean se había quedado a dormir en mi habitación. Por suerte, toda la parafernalia relacionada con la magia estaba en el sótano, al cuál no habían bajado todavía. De momento, mi secreto seguía a salvo. Aprovechaba los momentos en los que Dean se quedaba dormido, para bajar al sótano y seguir practicando, ya que no podía hacerlo durante el día y era importante no dejar de practicar o todo el progreso hasta el momento podría perderse.

La noche anterior, cuando subía las escaleras para volver a la habitación, pasé por la de Sam y como la puerta estaba entreabierta, observé que Sam no estaba en su cama ni en ningún lugar de la casa, sino me lo hubiese encontrado. Al parecer, yo no era la única con algo que esconder. Me acerqué a la puerta de mi habitación, pero cuando entré me encontré una escena que no esperaba. Castiel estaba hablando con Dean. Ambos se quedaron parados un momento, pero Dean le aseguró que podía confiar en mí, así que Castiel continuó hablando.

Nos informó de que se habían empezado a dar señales del apocalipsis. Existían 66 sellos y cada uno de ellos iba relacionado con un objetivo. Cada sello era como la cerradura de una puerta y si se abría el último Lucifer sería libre. Lucifer no era una historia que contaban en misa los domingos. No creíamos en él, pero hacía tres días tampoco creíamos en los ángeles. Por eso, los ángeles habían intervenido ahora después de dos mil años, para detener a Lucifer y para hacer eso, debíamos detener a Lilith primero.

La noche siguiente, hice los mismos pasos. Una vez Dean se quedó dormido, me levanté y salí de la habitación. Confirmé que Sam no estaba en su cama, así que esa noche iba a averiguar dónde estaba. Encendí cuatro velas y coloqué una en cada esquina de la mesa, puse un mapa en medio y cerré los ojos.

-Sam Winchester -susurré- Thrughain adhar thruagort isham.

Abrí los ojos cuando noté el calor de las llamas cayendo sobre el mapa y quemándolo. Unos segundos después, lo único que quedó intacto del mapa, era la dirección en la que estaba Sam.

-¿Cuándo vas a decírselo? -la voz de Castiel llamó mi atención- Lo que has estado haciendo a sus espaldas.

-Cuando me sienta preparada para hacerlo.

-¿Cuando te sientas preparada o obligada? -preguntó con una mirada curiosa, pero yo no respondí- Tus poderes están creciendo. Deberías parar antes de que se conviertan en una preocupación.

-¿Y si no lo hago? ¿Y si no me detengo?

-Entonces lo haremos nosotros.

Sus palabras cayeron con fuerza en el ambiente. A pesar de que Castiel no parecía peligroso ni me sentía alerta con él, era importante recordar que era un soldado de Dios y que como tal, podía cumplir esas amenazas.

-Asegúrate de hacerle llegar estas palabras a Sam, ya que como ves, no eres la única que está explorando sus poderes -caminó hacía mi de forma seria y levantó sus dos dedos- Pero primero, ayúdale a pararlo.

Iba a preguntarle qué era lo que debía parar y a quién tenía que ayudar, pero me desperté en otro lugar. La oscuridad del sótano ya no estaba presente y la luz del sol había ocupado ese lugar. Estaba tumbada en un banco en una calle desconocida, pero al menos no estaba sola. Dean estaba conmigo.

Heart of the Darkness [Dean Winchester]Where stories live. Discover now