Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 3. "Cut"

I may seem crazy or painfully shy and these scars wouldn't be so hidden if you just look me in the eye. I do not want to be afraid. I do not want to die inside just to breathe in. I'm tired of feeling so numb. Relief exists, I find it when I am cut.

Habían vuelto a cambiarme el turno y había pasado de hacer noches a hacer mañanas. El problema era que ya me había acostumbrado a las noches y que cuando se suponía que debía dormir, era el momento en el que estaba más activa. Por las noches aprovechaba para informarme más sobre el nuevo mundo al que me había adentrado recientemente, tomaba mis apuntes y los leía para ir quedándome con ello. Si dormía, eran 4 horas. Lo intentaba, pero lo único que hacía era dar vueltas en la cama. A veces mi mente estaba en blanco y otras veces, pensaba en todo lo que había cambiado en menos de un mes.

Eran las 11.36 de la mañana la última vez que miré el reloj del ordenador de la recepción y no había mucho trabajo, así que decidí hacer mi pausa en aquel momento. Conecté las llamadas del teléfono fijo de la recepción al móvil y me lo llevé conmigo. Era un hotel pequeño, así que éramos pocos trabajadores y teníamos que hacer varias tareas, así que cuando me acerqué al bar del hotel y vi que no había nadie, supuse que el camarero estaba recogiendo las mesas del desayuno. Me preparé un café en la máquina y me lo llevé al back office, donde no podían verme los clientes. Aproveché ese momento de paz para sentarme y sacar el móvil. Apareció una nueva noticia en el diario, una muerte extraña en Toledo, Ohio. Eso quedaba prácticamente a la otra punta del país, así que le envié un mensaje a Sam para que comprobase si era ese tipo de caso a investigar.

Sí, Sam y yo nos escribíamos de vez en cuando. Él me iba contando por donde iban, que casos investigaban y yo le contaba mi aburrida y monótona vida en el hotel. Tan monótona y aburrida, que me quedé dormida en el back office sin saber que al despertarme, me encontraría con un problema.

Dean despertó a Sam colocando su mano en el hombro de su hermano y levantando su voz para que le escuchara. Sam había tenido de nuevo la misma pesadilla y Dean pudo notarlo, por eso le despertó.

-Has tenido otra pesadilla -murmuró Dean.

-Al menos he dormido algo.

-Sabes que tarde o temprano tendrás que hablar de esto.

-¿Hemos llegado? -preguntó cambiando de tema disimuladamente.

-Sí, bienvenido a Toledo, Ohio -hizo una breve pausa mientras Sam cogía el periódico y miraba la esquela del muerto en cuestión- ¿Crees que hay algo aquí?

-Es lo que pensamos Laura y yo.

Dean le miró sin acabar de creerse lo que había oído, así que volvió a preguntar con algo más de interés.

-¿Hablas con ella?

-Sí, a veces -respondió tranquilo ante la mirada de Dean- Para una persona a la que no tengo que mentir..

-Está bien que hables con gente, Sammy.

-No me llames Sammy -se puso serio- Ya no tengo 7 años, Dean.

Ambos salieron del coche y entraron en la morgue. Sam era el que lideraba el camino siguiendo las indicaciones de los carteles. La puerta estaba abierta, así que entraron en la sala donde únicamente había dos mesas y poca claridad. Dean, que iba detrás, se fijó en el nombre de la placa que estaba colocada sobre la mesa vacía. Al fin y al cabo, habían aprendido que todos los detalles eran importantes y podrían ayudar.

-¿Puedo ayudaros en algo? -preguntó con seriedad el hombre que estaba en la otra mesa.

-Sí, somos los estudiantes de medicina -habló Dean, adelantándose a su hermano.