Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 50. "My Heart Will Go On"

"Every night in my dreams I see you, I feel you. Far across the distance and spaces between us. Near, far, wherever you are I believe that my heart does go on. Once more you open the door and you're here in my heart"

Llevábamos observando a Bobby durante una hora y en cuanto vimos que se servía el tercer vaso de whiskey en un tiempo tan corto, sabíamos que era hora de meternos en medio. El problema, cómo no, Bobby era un poco cascarrabias y no toleraba que nadie le criticara o le dijera que tenía que hacer. En silencio, los dos hermanos, que estaban apoyados en el marco de la puerta, jugaron a piedra papel tijeras disimuladamente para ver quién debía interrumpir. Dean soltó una sonrisa ladeada cuando ganó, algo que casi nunca pasaba.

-¿Vais a seguir ahí parados como las chicas feas en el baile o vais a hacer algo? -Bobby nos preguntó sin tan siquiera mirarnos- Esa tal Eva no va a cazarse sola. ¿Qué pasa con vosotros tres?

-Bobby, no duermes desde hace días -murmuré, al ver que ninguno de los hermanos se atrevía a responder.

-Sí duermo, ¿es que ahora eres mi mujer?

-Solo digo que bueno.. tomarse un descanso está bien.

-Oye, Bobby fue difícil para todos.. ver morir así a Rufus -Sam añadió- No era sólo un compañero de póquer

-Esto no es por Rufus -Bobby levantó la cabeza del libro y nos miró- ¿Sabes cuándo supe que Rufus iba a morir? El día que nos conocimos. La pregunta era quién moriría antes, si él o yo. ¿Vais a seguir psiconanalizándome o vais a traerme un café?

Sin decir nada más, todos entramos en la cocina y nos miramos sin saber qué hacer.

-Deberíamos sacarle de casa en lugar de dejar que se machaque el hígado -Dean entró en la conversación- He encontrado un trabajo. Tres personas han palmado en la última semana en accidentes extraños. El último fue guillotinado por la puerta del garaje y todos son parientes.

-Lo único que quiero es que os larguéis de mi casa -se acercó a nosotros al escuchar nuestro plan- Los tres. Ahora.

Sin poder decir nada más, abrimos la puerta de entrada para acercarnos al coche, pero nos cruzamos con Ellen, la mujer de Bobby. Al ver nuestras caras, supo que algo no estaba bien.

-Decidme que no ha estado bebiendo -nos murmuró mientras nos analizaba con los ojos- Me voy una semana y todo se va al infierno. ¿Qué pasa con él?

-Coge un boli, la lista es larga -Dean respondió.