Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 5. "First Defeat"

It's the first defeat, it cuts you to your bones, knocks you off your feet. And you discover that home is not a person or a place, but a feeling you can't get back. Then the second round, throws you to the floor, leaves you stuttering. What the hell was that for? Takes you by surprise, like the bullet you never saw coming.

Nunca había tenido el hábito de desayunar, ya que normalmente en mi casa era imposible hacerlo. Sin embargo, empecé a coger el hábito cuando estudiaba fuera de casa, cuando iba en tren a Barcelona ciudad, ya que estudiaba en el único centro público de Turismo y me veía obligada a desplazarme 50km cada día. De hecho, fue cuando ahí empezó mi adicción a la cafeína, al madrugar tanto por las mañanas, necesitaba esa ayuda extra para sobrellevar todo el día y a día de hoy, podía confirmar que su efecto había desaparecido, pero seguía bebiendo. Sin embargo, desde que estaba con los Winchester, desayunábamos casi cada mañana, así que empecé a cogerle el gusto de nuevo.

Esa mañana no era diferente de las demás. Nos habíamos reunido a las 9 de la mañana en la entrada del hotel para ir juntos a la cafetería, desayunar y poner un nuevo rumbo. Ese era el mayor misterio del día. Nuestro próximo destino y lo que él nos deparará. Con esas preguntas en la cabeza, los tres nos sentamos en la mesa que estaba en la esquina al lado de la ventana. Mientras esperábamos a que la camarera se acercase a tomarnos nota, observé como las nubes del día anterior se habían dispersado, a pesar de que aún seguía un tono gris en el cielo. El sol iba a salir.

-¿Que os pongo? -preguntó una mujer entrada en sus 40 años, con una actitud negativa y borde.

-Un poco de esa felicidad que irradias -respondió Dean irónicamente, a lo que yo no pude evitar pero reírme- Un café solo con la oferta de donuts que tenéis en el cartel.

-Yo quiero un café con leche con azúcar moreno y un croissant -era el turno de Sam, así que le miramos, pero él parecía estar en otro mundo.

-¿Sammy? -preguntó Dean dándole un pequeño codazo que le hizo reaccionar, ya que estaba sentado a su lado.

-Sí, perdón -se disculpó y miró a la camarera- Yo quiero un zumo de naranja natural.

En cuanto la camarera lo apuntó todo y se marchó, Sam sacó su portátil gris y lo encendió. Sam nunca se despistaba y si lo hacía, tenía motivos para hacerlo. Dean y yo compartimos una breve mirada de preocupación y volvimos a el hermano pequeño. Tecleaba de forma ansiosa y su cara estaba prácticamente pegada a la pantalla de ordenador.

-Sam, estamos en público, controla tus ganas de ver el nuevo capítulo de Anatomía de Grey -bromeó Dean de nuevo y yo pues reí de nuevo. ¿Cómo no iba a hacerlo?

-Muy gracioso -respondió con una risa falsa- Nos he encontrado nuestro próximo caso.

-Meredith Collins, 27 años. Encontrada encerrada en su piso totalmente desgarrada. La policía no tiene sospechosos, ya que no han encontrado nada -leyó el hermano mayor.

-Espera espera -les detuve y ambos me miraron- ¿La víctima se llama Meredith?

Empecé a reírme pero parecía que era la única que lo había entendido, así que tuve que explicar de qué me reía para no parecer una loca.

-Dean ha hecho la broma con Anatomía de Grey y la víctima se llama Meredith, igual que la protagonista de la serie.. -ambos se quedaron con la misma cara, pero no me importó, porque seguí riéndome.

-¿De todas maneras, como lo has encontrado tan rápido? -preguntó curioso- Parecías estar seguro de lo que buscabas.

-Lo sabía -confesó con el ceño fruncido y la mandíbula apretada- Lo he soñado. He soñado la muerte de Meredith.