Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 38. "Catch The Rainbow"

"When evening falls, she'll run to me. We believed we would catch the rainbow, ride the wind to the sun, sail away on ships of wonder but life's not a wheel with chains made of steel, so bless me"

Llevaba corriendo un par de minutos sin sentido y sin dirección, no sabía de qué estaba huyendo, pero algo dentro de mí indicaba que debía hacerlo. No tardé en darme cuenta de que estaba recorriendo un pueblo abandonado, trayendo recuerdos de Croatoan y de cuando nos enfrentamos al jinete de La Guerra. Pasé por el hueco de una valla y me di cuenta de que había llegado a un cementerio. Me paré en seco en cuanto vi la imagen que tenía delante de mis ojos; un hombre alto con un traje blanco de espaldas a mí, estaba pisando el cuello de Dean. Apretó con fuerza y sonaron los huesos del cuello rompiéndose. Grité asustada, pero no conseguí moverme. El hombre se giró y lo reconocí; era Sam.

-Hola Laura -sonrió ligeramente- He venido muy lejos sólo para hablar contigo.

-Esto es un sueño -me dije a mi misma, intentando despertar- No está pasando.

-Tienes razón, es un sueño y nada de esto está pasando.. por ahora -Sam desapareció por un segundo y apareció detrás mío, dándome un pequeño susto- Lo siento, debe dolerte hablar conmigo de esta forma, pero tenía que ser Sam.

-Es su cuerpo, pero tú no eres Sam -murmuré, intentando descifrar quién habitaba dentro de mi amigo- Tú.. tú eres él. Eres Lucifer.

-No tienes por qué tenerme miedo, Laura -dijo, cuando vio que avanzaba lentamente hacia atrás, alejándome de él- ¿Qué crees que voy a hacer?

-No lo sé, quizá acabar con el planeta -intenté disimular mi miedo hacia él.

-¿Por qué iba a querer destruir la última creación perfecta de Dios? -preguntó curioso- ¿Sabes por qué me exilió Dios?

-¿No te has metido en mis sueños solo para contarme una historia para dormir, no? -pregunté de vuelta con ironía- ¿No crees que sería algo redundante?

-Dios me exilió porque le amaba más que a nada y entonces Dios os creó -respiró profundamente- Pequeños monos sin pelo y entonces nos pidió que nos inclináramos ante vosotros, que os amáramos más que a él. Le dije "Padre, no puedo. Estos humanos son malos, asesinos". Por eso, Dios hizo que Miguel me enviara al infierno. Dime, ¿se ajusta el castigo al crimen?

Me había quedado parado, observándole, analizándole. Se notaba desde lejos ese egocentrismo y esa fuerza superior que le caracterizaban. Sin embargo, apenas notaba la presencia del mal que tanto nos habían hecho creer.

-Mira lo que habéis hecho seis mil millones de vosotros al planeta, ¿y cuántos de vosotros me echáis la culpa?

-¿Qué esperas que te diga? ¿Qué te entiendo? ¿Que fue injusto? -pregunté de vuelta, ya que estaba dentro de mis sueños, estaba segura- Déjame darte una noticia; no hay justicia, no en este mundo.

-Por fin, algo en lo que estamos de acuerdo -asintió de forma seria e intrigada- Me caes bien, Laura, ahora entiendo lo que ven en ti. Sé que vais a venir a matarme, también sé que Dean no le dirá a Miguel que sí y sé que no mataréis a Sam.