Capítulo 41. "Hollow"

460 44 5
                                    

"I used to have it all but you gave me up when it got too much. Will I ever make it out? Tell me what I gotta do now, am I gonna see tomorrow? Can't swallow this sorrow, there ain't no other love around. I'm left in the hollow"

Un mes más tarde desde mi ruptura con Dean y que él estuviese a punto de aceptar a Miguel, no habíamos tenido novedades del Apocalipsis y de Lucifer hasta que salió a la luz algo curioso. Una epidemia de gripe A en una pequeña ciudad. El brote fue rápido, en menos de 36 horas ya habían más de 70 casos. Sin embargo, lo que los doctores desconocían era que no sólo había pasado eso, nosotros también habíamos observado que estatuas en una iglesia habían empezado a llorar, así que no era una simple epidemia. El jinete de la Peste estaba dejando sus migas de pan por cada ciudad por la que pasaba, la epidemia era su rastro y estábamos seguros de que había pasado por esa ciudad. Por mucho que le siguiéramos el rastro, era imposible adivinar su próximo movimiento.

-¿Por qué reparte la gripe cuando tiene el virus Croatoan en la manga? -preguntó Sam.

-No importa lo que esté haciendo ese hijo de puta -Bobby respondió directo- Importa que este es el cuarto sitio en el que ha estado que sepamos y seguimos sin atraparle, ¿no tenéis nada?

-No hay un patrón definido -respondí desde el asiento de atrás del Impala.

-Está bien, un segundo -Bobby dejó el teléfono y se escuchó el chirriar de la silla de ruedas- Bueno, según veo aquí, sigue yendo hacia el Este, así que seguid hacia el Este.

-Bobby, estamos en Nevada, tenemos casi todo el país al Este -Dean se quejó.

-Oíd, tengo una idea -murmuró alguien en alto. Todos nos giramos a comprobar y vimos a Crowley, que había aparecido de la nada, sentado a mi lado en el coche. Dean derrapó con el coche y frenó, cuando Sam sacó el cuchillo para matar a Crowley, ya había desaparecido y apareció de nuevo fuera del coche en la carretera.

-¿Charlamos fumando un cigarrito? -me miró a mí, sabiendo que yo fumaba, todos salimos del coche- Estáis cabreados, deberíamos hablarlo..

-¿Quieres hablar? -Sam se acercó a él amenazante, mientras que Crowley retrocedía- ¿Después de lo que nos hiciste?

-¿Después de lo que yo os hice? ¡Yo os di el Colt!

-¡Sí y sabías que no funcionaría contra Lucifer! -Sam continuó gritando- Nos engañaste y perdimos buenos amigos en esa carga suicida.

-A quién llevéis con vosotros es asunto vuestro -respondió con toda la razón- Oíd, todo sigue igual, seguimos estando juntos en esto. Os puedo entregar a la Peste, se cómo cogerle. Eso os interesa, ¿no?

Mientras que los hermanos estaban de pie enfrente de él, yo me apoyé en el coche y saqué el paquete de cigarrillos para llevarme uno a la boca. Lo encendí con un Zippo que Dean me regaló una vez, que había robado para añadir información y levanté la mirada. Crowley me miraba curioso.

-Os juro que pensaba que el Colt serviría pero nada cambia, yo aún quiero al Diablo muerto y ahora él sabe que le quiero muerto, lo que por cierto, me convierte en el peor hijo de toda la creación.

-Oye, me importa una mierda -Dean le cortó.

-Han quemado mi casa y se han comido a mi sastre -Crowley levantó la voz- Llevo dos meses bajo una piedra como una puta salamandra. Todos los demonios, aquí y abajo, están buscándome y aún así aquí estoy, en el último sitio en el que debería estar en una carretera, hablando con Sam y Dean Winchester y la pequeña bruja adicta a la nicotina bajo una puta farola.

Crowley con un tono de voz elevado y cabreado, señaló la farola y reventó la bombilla dejándonos a oscuras. En mi caso, a mí él me hacía gracia, su forma de expresarse con ese típico acento inglés.

Heart of the Darkness [Dean Winchester]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora