Heart of the Darkness [Dean Winchester]

Capítulo 71. "David"

"I keep running into strangers that say I know you. I don't wanna be a proud man, I just want to be a man, a little less like my father and more like my dad. I want to hunt like David, I want to kill me a giant man, I want to slay my demons but I got lots of them"

Habían pasado dos semanas desde que habíamos recuperado a Sam. En cuánto el ángel se marchó del búnker con su cuerpo, Dean y yo empezamos a organizar nuestra salida, sin embargo no sabíamos a dónde ir. Intenté localizarlo, pero no conseguí nada. Entonces, nos acordamos de el as que teníamos escondido en el búnker, Crowley seguía estando atado y a nuestra merced.

Gracias a él, pudimos salvar a Sam. El demonio poseyó a Sam y le hizo ver todo lo que estaba pasando para así echar al ángel, cuyo nombre era Gadriel. Sin embargo, el rey del infierno quería su libertad a cambio y nuestra ayuda para matar a Abaddon.

A pesar de que recuperar a Sam era una buena notícia, no conseguía perdonarnos por lo que habíamos hecho. Era totalmente comprensible y cuándo me enteré, tampoco me gustó la idea, pero entendí a Dean y la desesperación que sentía, así que aprendí a aceptarlo.

El ambiente en el búnker era frío y distante, ninguno de los dos hablaba con él otro y sólo intercambiaban palabras cuando era completamente necesario. Si nosotros comíamos a una hora, Sam nos evitaba y comía después. Ambos hermanos evitaban cruzarse por el búnker y sólo se salvaban mis hijos, ya que Sam estaba con ellos encantado. Al fin y al cabo, eran inocentes y Sam era su tío, así que no le iba a ser difícil cuidar de ellos o jugar con ellos.

Era de noche cuando salí de dormir a los pequeños y leerles un cuento, cuando me encontré a Sam en el comedor con su ordenador. No sabía en qué andaba metido, pero podía imaginarlo.

-¿No ha vuelto Dean? -pregunté.

Sam negó con la cabeza.

-Ha salido hace cuatro horas y no ha vuelto, ¿no te parece raro?

-Lo que me parece raro es que tuviese a un ángel dentro de mí, ocupando mi cuerpo, y no tenía ni idea.

-Está bien, tienes razón -me acerqué a él- ¿No crees que ya es hora de dejar esta pelea infantil que tenéis de lado?

-No puedo, esta vez no.

La puerta del búnker se abrió y miré ilusionada, pensando que era Dean, pero era Castiel. Había venido a comprobar cómo estábamos y se lo agradecía, pero no podía quedarme en el búnker ni un minuto más sabiendo que cualquier cosa le podía pasar. Dean era capaz y podía confiar en él, podía defenderse solo, pero también sabía cómo estaba emocionalmente y me necesitaba a su lado.

-Yo no pienso quedarme aquí mirando la pantalla de un ordenador como un jugador del LOL, voy a por Dean.

Cogí las llaves de mi coche de la mesa y salí en su busca. No tardé en ver el Impala aparcado en el primer bar cercano al búnker, así que no tuve que buscar demasiado. Era un viernes noche, así que había ambiente en el bar. Dean estaba sentado en la barra del bar, de espaldas a la puerta y por lo que vi en la barra, era la cuarta. La camarera le sonrió cuando pasó a su lado, pero Dean no reaccionó. No sabía si era por el respeto que tenía hacia mí o porque no estaba bien emocionalmente. Me acerqué a Dean por la espalda y puse mi mano sobre su hombro, él miró de reojo y me saludó con la cabeza.

-Estaba preocupada.. no has llamado ni me has enviado un mensaje.

-Estaba ocupado.