Capítulo 7. "Desperado"

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Desperado, why don't you come to your senses? You been out ridin' fences for so long now. Oh, you're a hard one but I know you got your reasons. These things that are pleasing you, can hurt you somehow. Desperado, oh you ain't gettin' no younger. Your paing and your hunger, they're drivin' you home. And freedom, oh freedom, your prison is walking through this world all alone.

Las noches en Colorado eran mucho más frías que en los últimos estados en los que habíamos estado, valga la redundancia. Al menos, eso era lo que parecía desde dentro del coche, a pesar de tener la calefacción puesta se podía notar un ambiente frío y helado que acompañaba a la estación en la que nos adentrabamos. El invierno estaba a la vuelta de la esquina y pronto acabaría el año.

Sonreí ante el inesperado cambio que había dado mi vida como la conocía y reconocí el hecho de que seguía inmersa en medio de ese giro. No era nada más que el principio, de eso estaba segura, pero no era la impresión que tenía. Parecía que conocía a los chicos desde hace mucho más tiempo del que en realidad era. Quizá era cosa del destino. Quizá estaba destinada a encontrarme con ellos y eran la pieza que faltaba para darme cuenta del verdadero camino por el que tenía que ir. Quizá solo era algo pasajero. Una experiencia más en mi vida. Quizá en un mes, me había olvidado de ellos y había vuelto a mi vida normal. No. No quería eso, de eso estaba segura.

Habían pasado dos semanas desde que dejamos atrás a John y sin embargo, parecía que no nos había dejado. Después de encontrar y solucionar un par de casos, uno de ellos relacionado con una niña terrorífica que salía de un cuadro, Sam encontró una noticia que parecía ser el próximo caso, pero el nombre de la víctima les sonaba familiar. Daniel Elkins, de Colorado, aparecía en el diario de su padre con lo cual nos pusimos en marcha hasta la casa de la víctima, donde se le había encontrado muerto. La casa estaba precintada con el cordón policial y a pesar de ser de noche, alguien podría vernos. Personalmente, estaba algo nerviosa y parece ser que Sam también empezaba a estarlo, ya que Dean estaba tardando la vida para abrir la cerradura con la ganzúa.

-Dean, es para ahora.

-Tranquilo, el arte tarda tiempo -respondió con un leve toque de chulería.

-También lo tarda la incompetencia -respondió su hermano menor, a lo que yo no pude evitar reírme. Se la había devuelto y le había callado la boca.

Finalmente, consiguió abrirla y entramos sin pensarlo dos veces. A pesar de la oscuridad, se podía ver como el sitio estaba hecho un desastre. Alguien había estado rebuscando algo o tuvo una pelea con alguien que acabó tirando todo por todos lados.

-Hay sal por aquí, justo pasando la puerta.

-¿Sal protectora como contra los demonios o como "se me ha caído sal de las palomitas"? -me preguntó Dean.

-Depende de cuántos paquetes de sal te eches tu en las palomitas.

-¿Creéis que Elkins era un cazador?

-Definitivamente -asintió Sam mientras mostraba un diario que había encontrado- Se parece muchísimo al de papá.

-Chicos, lo que sea que le haya atacado parece que eran más de uno.

-Parece que puso mucha resistencia también.

Pisando con cuidado, ya que no podíamos ver el suelo, avanzabamos por la casa hasta que nos entretuvimos en lo que parecía el despacho. El epicentro de todo el desastre. Conseguí distinguir a Sam, agachado en el suelo tocando algo, así que me acerqué.

-¿Has encontrado algo? -pregunté.

-Parecen unos arañazos.. -alargó su brazo hasta la mesa, cogió una hoja de papel y un lápiz y con un ligero repaso, consiguió relucir lo que había escrito.

Heart of the Darkness [Dean Winchester]Where stories live. Discover now