Capítulo 16

3.4K 216 16
                                    


Cuando me sentí con fuerzas de volver donde se encontraban todos, lo hice, con la cabeza gacha y la mente ocupada en todo lo ocurrido. Mis compañeros se encontraban duchándose y cambiándose de ropa, al parecer, después de comer saldríamos fuera de Osadía de nuevo.

Ni siquiera lo pensé y me duché también, eso sí, intentando que los chicos que había no vieran mi cuerpo, molido, por todo lo vivido. Era algo a lo que nunca me acostumbraría, me hacía sentir desprotegida.

Al acabar fui a comer, intentando pensar la mejor manera posible de escaparme para ver a Sam. Necesitaba saber de él, como se encontraba y sobretodo debía agradecerle todo lo que siempre había hecho por mí. Era sin duda la persona más preciada con la que contaba en el mundo entero y el no estar sola me hacía sentir más que bien.

- ¿Puedo? – preguntó Cuatro con su bandeja de comida en las manos.

-Sí, claro – le dije intentando hacerle un sitio a mi lado.

- ¿Estás bien? Después de todo de lo que te has enterado...

-Lo superaré – comenté sin mucho ánimo volviendo la mirada a mi plato, aún lleno.

-Sé que lo harás.

-Ni siquiera me conoces – farfullé con la boca llena.

-No somos tan distintos, ¿sabes? Ambos escogimos Osadía cuando sentíamos desmoronarnos en nuestra facción. Creo que nuestra forma de pensar no se distancia tanto como crees.

Me quedé sin palabras, no me gustaba que creyeran conocerme, pero si me ponía a pensarlo en realidad, no iba demasiado desencaminado con sus palabras.

- ¿Y? ¿Eso a qué nos lleva? – pregunté captando su atención por completo – ¿Ahora es cuándo nos hacemos mejores amigos para siempre? Que decidiéramos lo mismo en una situación parecida no nos hace iguales, ¿vale?

-Lo siento – dijo cansado – No pretendía molestarte ni...

-No, lo siento yo, solo extraño a Sam y no quiero olvidarle.

-No lo olvidarás, como hablas de él...Lleváis mucho siendo amigos, no olvidarás nada sobre él, estoy seguro.

-Bueno...también pensé eso de mi madre y sin embargo son ya pocas cosas las que recuerdo de ella.

Eso lo hizo callar. Me relajé, quizá me estuviera volviendo loca, pero necesitaba atacar a cada momento para sentirme segura y ni siquiera importaba si la persona con la que mantenía una conversación era Cuatro, el chico en el que Sam confiaba para protegerme.

Ninguno volvió a abrir la boca más que para comer. Cuando terminamos cada uno se fue por su lado, yo de nuevo a la sala y él...no me importaba.

Al llegar allí toda ella se encontraba vacía y silenciosa, supuse que todos aún seguían comiendo y era yo la que me había adelantado. Fui a la zona más acolchada y me dejé caer hacia atrás, aterrizando boca-arriba. Suspiré pesadamente y cerré los ojos despacio y de forma suave.

Estaba cansada, pero ya no físicamente, sino de forma psíquica, era algo que nunca había pensado cuando decidí venir aquí. Era algo a lo que debía enfrentarme también, si había tomado esa decisión era ni más ni menos que para hacerme fuerte, invencible, incluso contra mi yo interno, el cruel, el que me hacía daño soportar.

- ¿Qué haces ahí tirada? – preguntó una voz que sonaba lejos de donde me encontraba. Abrí los ojos de golpe y descubrí a Eric a unos metros de mí, justo en la puerta de la gran sala.

Me levanté de golpe, el momento de tranquilidad se había terminado. Me quedé quieta tras ese movimiento, si tenía que escapar... ¿Hacia dónde iría? Se preguntó la voz divertida de mi cabeza.

-Pensé que era aquí donde había que venir después de comer.

-Pues no, es fuera donde habíamos quedado – dijo él de mala gana, pero a la vez pude sentir que estaba algo más tranquilo.

-Bien, pues entonces iré hacia allí, gracias por avisarme – dije poniéndome en marcha en dirección a la puerta, donde él se encontraba.

Por un instante tuve la sensación de que me iba a parar de una forma más violenta de la que lo había hecho Cuatro, en el pasillo, pero no lo hizo, me dejó marchar.

No pude evitar pensar en otras situaciones en las que me dejaría marchar, pero enseguida me percaté de que mis pensamientos se habían vuelto locos, Eric jamás sería algo distinto a lo que era ahora, al menos no para mí.

Cuando llegué estaban todos preparados para salir, Cuatro, al verme, mandó a todos a recoger no sé qué, para así acercárseme y hablar conmigo.

- ¿Dónde te habías metido? – preguntó algo más que preocupado.

- ¿Cómo que dónde...

-Llegas como media hora tarde.

- ¿Media hora?

Pero... ¡Si solo había cerrado los ojos unos segundos!

- Vaya, lo siento, de verdad, me despisté y pensé que habíamos quedado en la sala y no aquí.

-Has tenido suerte, por esta vez Eric no estaba tan como es él. Al ver que no venías ha dicho que en seguida volvía y ha desaparecido, al parecer y la verdad me ha sorprendido, en tu busca.

Frío, eso sentí en ese instante. Era yo o... ¿Esa persona tan inaccesible había mostrado algo de preocupación por mí? ¿Estaba equivocada con él? ¿Realmente había algo más en lo que no me había fijado? ¿O quizá solo era una estrategia para vengarse después?

Fuera lo que fuese, él en realidad, había sido quien me había despertado de una de mis grandes pesadillas: Yo.

JenGVargas

Aiiiii nuestra Altaira que se queda dormida por los rincones...aunque claro yo también lo haría si Eric me despertara con esa voz tan melodiosa *_* ¿Alguno de vosotros siente que su mayor enemigo, en realidad, no es más que él mismo? ¿Qué os ha parecido el capítulo? Gracias a todos por hacer de esto algo grande, un abrazo enorme!!!

CAPÍTULO EDITADO

Treat you betterحيث تعيش القصص. اكتشف الآن