Capítulo 61

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-N...No puede ser, esto no es real, no...

- Toda tu vida, desde que se la llevaron, has querido volver a verla. Ahora la tienes delante y... ¿no lo crees? – dijo Sam detrás de mí. Su tono era escalofriante, creía que con esto me tendría atada de pies y manos y no se equivocaba.

- Mamá – volví a decir, deseaba que me hablara, que me dijera el motivo de su larga ausencia y sobretodo el de su aparición, una que jamás imaginé. Nada de todo esto tenía sentido.

Lo único que ella hizo fue mirarme con amor, dolor y más dolor. Sus ojos se habían aguado, tal como recordaba su expresión, solo que ahora se encontraba bastante más afectada por el paso de los años. De ella, muchas eran las cosas que se me habían olvidado, pero es imposible que una hija no sepa reconocer a su madre si esta, ha estado tan presente en su vida sin estar realmente.

Me acerqué a ella buscando un signo que me permitiera comprender la realidad de lo que estaba sucediendo, pero contra más me acercaba, más irreal lo sentía.

No dudé, cuando estuve a un paso de ella, en estirar mi mano para tocar una de sus mejillas. Ese era un gesto que de pequeña yo siempre había tenido con ella cuando me dormía en sus brazos. Al empezar a tener conciencia siempre me lo recordaba antes de hacerme dormir con sus historias y canciones.

No se apartó y yo no paré mi intención.

En cuanto mis dedos, fríos como el hielo, lograron entrar en contacto con el exagerado calor que emanaba de su piel. Todo cambió en mi forma de pensar.

Era ella, no cabía duda alguna. Siempre sentí algo especial al tocarla, tal como me contaba que hacía al ser más niña, por eso no me cabía duda alguna de la realidad de su presencia.

No dudé en abalanzarme a su cuerpo, mucho más delgado a como yo lo recordaba.

En seguida sus brazos me envolvieron en un cálido y protector abrazo.

- Cariño – susurró.

- No lo puedo creer – dije rompiendo a llorar – Te juro que no puedo creerlo.

- Hazlo cariño. Estoy aquí, junto a ti – esas palabras abrieron varios recuerdos en mi cabeza.

No quería soltarla y no lo iba a hacer, al menos, no aún.

La voz de Sam interrumpió el momento.

- Iré a dar una vuelta. Creo que tenéis mucho de lo que hablar y no quiero molestar.

Escuché como las puertas se cerraban. Había sido un detalle por su parte, la verdad.

Tras largos minutos insuficientes para mí, logré separar mi cuerpo unos pequeños centímetros del suyo. Había ansiado tantísimo mirarla de nuevo para memorizar cada ínfimo detalle de su semblante...

Toda la coraza que se había formado todos estos años alrededor de mí, al verla, había sido destruida de una forma demasiado sencilla. Había pensado e imaginado tanto este momento, que se me hacía extraño que se hiciera realidad.

- ¿Por qué, mamá? ¿Por qué? – pregunté volviendo a sentir parte de esa coraza.

Una lágrima resbaló esta vez por una de sus mejillas.

- Es una historia demasiado larga, cariño – replicó ella.

- Ya no tengo ni seis, ni ocho, ni diez años, mamá. Sé afrontar cualquier cosa, así que empieza a hablar – dije en un tono de convicción, yo ya no era aquella niña frágil a la que ella debía proteger y muy a su pesar dejó. Ya no era una niña.

Asintió.

Tras señalar un pequeño sofá tras ella, ambas tomamos asiento. Sabía perfectamente que esta iba a ser una conversación muy extensa esta vez. ¿Y cómo no iba a serlo?

NARRA ERIC

Las cosas no estaban saliendo como yo tanto había imaginado. Grace y también Alice, estaban a salvo, no fue sencillo al principio, pero lograron escucharme.

Después de ponerlas a ellas y a nosotros mismos a buen recaudo, conjeturamos un primer plan para buscar a Altaira y era eso lo que no salía bien por más que lo intentábamos.

- Eric, no nos podemos rendir ahora – dijo Tris – Ella va a aparecer.

Asentí y no pude evitar recordar lo poco que, en realidad, tuve que insistir para obtener su ayuda y apoyo.

FLASHBACK

Presioné el botón necesario para que las puertas de mi vagón me dejaran pasar al otro lado.

En cuanto estas se abrieron y yo di mi primer paso hacia donde ellos se encontraban, junto a Marcus y el hermano de Tris, cuatro armas me apuntaron decididas a seguir la lucha.

Levanté mis manos en son de paz. No venía a luchar, aunque ellos lo creyeran así. Que cambiaran de opinión respecto a mí, no iba a ser lo más sencillo de este planeta, no cuando me había encargado de hacer tanto daño a cada uno de ellos.

- Chicos, necesito que me escuchéis – proclamé mirando a Cuatro y a Tris.

- ¿Qué haces aquí, Eric? – preguntó Cuatro en un tono amenazador.

- Necesito vuestra ayuda – confesé.

Las cejas de cada integrante de la pareja que habían formado, se elevaron con sorna.

- ¿Ayuda has dicho? – pregunta Tris con la boca abierta.

Asiento sin arrepentimiento. No importa la barrera de ego que haya creado a mí alrededor, necesito ponerla a salvo y no me importa romperla para que así sea.

- Necesito que me ayudéis a poner a salvo a mi hermana. Sé que Jeanine es capaz de cualquier cosa y ella no debe sufrir, no por los errores de su hermano mayor, por favor... - dije en un tono que jamás había empleado.

Hace un año probablemente el pedir ayuda me hubiera parecido sencillamente una chorrada, yo podía encubrirla mejor que nadie.

A día de hoy y tras conocer, de cerca, lo malévola que podía ser Jeanine y sus negros planes, no quería inmiscuirla en nada donde pudiera salir herida. No quería arriesgarme.

Poco tardaron en bajar los cuatro las armas y escucharme de verdad, sin pretensiones pasadas, ni rencores olvidados noche tras noche. Cuatro y yo jamás habíamos tenido una buena relación y probablemente no llegáramos a tenerla, o sí, eso no estaba en mí, sino en los dos, pero en un caso así ni siquiera eso me importaba.

JenGVargas

¡Un capítulo largo para empezar bien el año!

Feliz 2017 para todos vosotros! <3


CAPÍTULO EDITADO

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