Capítulo 49

1.7K 99 3
                                    


Hay tantas preguntas que le quiero hacer y tantas cosas que le quiero dar a entender, pero él no está dispuesto ni a responderme ni a escucharme. Ha venido solo por una razón y es para sacarme de aquí.

- ¿Tienes alguna idea? – le pregunto cuando sus palabras terminan.

Niega.

No puedo evitar soltar una carcajada poco ensayada.

- Genial, estamos salvados – le digo con demasiado retintín.

Siento como si alguien muy diferente a mí me hubiera poseído, pues yo no soy así, por supuesto que no lo soy. Pocos son los segundos que necesito para entender que es mi otro yo, el que me ha hablado todos estos días, el que ha dicho esas palabras.

- Perdón – me disculpo. Él me mira con una simpatía en sus ojos no muy propia del Eric que conozco.

- Dame la mano – pide extendiendo frente a mí, la suya.

Lo hago, ni pregunto, ni pienso, solo actúo.

- Cierra los ojos – eso no quiero hacerlo, pero su mano aprieta la mía y ese, es el único poder que necesito para hacer lo que me pide en ese momento – Necesito que pienses en la última prueba, en la que aparezco yo, ¿la recuerdas?

- Sí – mi voz tiembla, no puede ser de otra manera. Al menos mi yo estúpido no está hablando por mí ahora mismo.

- Bien – dice él – Ahí fue donde todo salió mal. Piensa en esa situación de nuevo. ¿Por qué aparecí yo? ¿Qué es lo que te asustaba en ese momento, Altaira?

Su voz, tan cerca de mí, de esa pequeña yo encerrada dentro de la verdadera. No puedo más que sentir mi corazón desbocado.

Dejo que mi mente haga la labor que me pide. Intento responder el porqué de su aparición, pero no lo sé, nada aparece en mí. Así que decido pasar a responder la siguiente cuestión. ¿Qué es lo que me asustaba en ese momento?

Al principio solo lograba ver luz, una luz demasiado brillante como para mantener la vista en ella por mucho tiempo. Decidí que debía hacerlo, aunque mis ojos se quedaran sin visión alguna. No importaba, yo podía, la mano de Eric apretando la mía era solo un recordatorio de ello.

Enfrenté la luz y esta solo tardó un minuto en desaparecer, un minuto en el que deseaba que mis ojos se cerraran. Dolía tanto su intensidad...

Pero respiré tranquila cuando esta se disipó. Fue entonces cuando lo encontré a él. De nuevo, ahí estaba, tan frío y distante como siempre. Quería algo de él, algo que él no podía darme, eso es lo que estaba sintiendo esa Altaira, la misma que empezó a correr cuando todo era demasiado doloroso como para soportarlo.

Siento que todo va a volver a suceder una vez más, pero no es así. Algo diferente ocurre esta vez. Alguien, diferente.

La mano de Eric, el que hace apenas unos segundos se encontraba frente a mí, se convierte en una esposa para mi mano derecha, hecho que me hace detenerme en la carrera que había emprendido.

- No te vayas – me suplica.

Lo miro a los ojos, unos que son tan conocidos para mí, que duelen en mi piel.

- No me dejas otra opción – le digo sintiendo el momento real.

Intento concentrarme en esa imagen, en esa en la que el Eric de mi imaginación me pide que no me vaya, pero esta intenta desaparecer con mucha fuerza.

De un momento a otro vuelvo a sentir esa mano que sostiene la mía en la oscuridad en la que he estado perdida tantos días. No quiero abrir los ojos, pues no sé qué es lo que pasará en el momento en el que lo haga.

Otro apretón por su parte y la imagen aún de nuestra conversación en mis párpados.

No irme, eso es lo que él me pide. Quizá, es la solución para que todo esto termine, pero quizá no deseo que termine. Quizá no deseo que todo vuelva a ser como es. Quizá necesito un poco más a Eric preocupándose por mí. Quizá solo necesito quedarme dormida un poco más, como cuando en Cordialidad tenía que irme del lago para ir al colegio o como cada madrugada me despierto para ir a entrenar junto a Tris. Quizá solo necesito no existir un poco más.

Otro apretón de su mano hace que cada sentimiento cobre sentido.

Pero no puedo hacerlo, no puedo permitir que su hermana, a la que tanto tiempo invierte en proteger, continúe más días sin verlo. No puedo permitir que se quede encerrado conmigo en una oscuridad total para mí y alumbrada para él. No puedo.

Debo ser fuerte, una vez más. Debo enfrentar la realidad. Eric está aquí, conmigo y si está haciendo todo esto para que yo despierte, debe haber algo más en él de lo que me deja ver, ¿verdad?

Eso me hace sentir fuerte por un segundo. El segundo que necesito para dejar ir esa imagen de ambos y abrir los ojos topándome con una sonrisa de Eric, una sonrisa radiante.

- Lo has hecho – me dice aún con su mano aferrada a la mía.

Asiento. No quiero que eso se termine, pero supongo que no queda más remedio.

Su mano, poco a poco, se deshace de la mía y entonces, la oscuridad termina. Ya no me encuentro atrapada y eso es lo que llevo queriendo desde que todo pasó, pero ahora, no se siente como un logro.

JenGVargas

Solo tengo una palabra para describir, como escritora, este capítulo: ¡GUAU!

No os imagináis como cada palabra ha surgido de mis dedos.

No tenía ni idea de como iba a seguirlo, pues en realidad nunca tengo una idea cuando cojo el ordenador y me pongo a escribir. Una palabra y ahí todo mi alrededor desaparece, todo cobra sentido, pero hoy sin duda ha sido uno de los mejores días en ese sentido.

Le he cogido un cariño a Altaira increíble, creo que me identifico mucho con ella y eso me hace sentir de todo. 

Os mando un beso gigante, de una chica que ya va tarde para prepararse e ir a la universidad, pero que no le importa, porque se siente demasiado realizada!

<3


CAPÍTULO EDITADO

Treat you betterWhere stories live. Discover now