Capítulo 82

800 46 5
                                    


Pasé el lago de largo, ese había sido mi sitio por años, el lugar donde sentía que todo estaba en su sitio sin importar el dolor que emanaba de cada una de mis respiraciones fuera de él. Pero justo en ese momento, al verlo tan verde y sereno como de costumbre...Sentí que algo había cambiado, algo más que esencial en mí.

Mi dolor parecía haberse convertido en algo superior, nada tenía que ver con quien era, sino con quien soy.

He de decir que no logré llegar demasiado lejos. El lago quedó atrás pero no fueron muchos pasos más los que conseguí dar.

Sí, no os equivocáis, Eric me detuvo.

No mediamos palabra, él no quiso hacerlo y yo...bueno, no tenía demasiado que decir. Me rodeó de una forma diferente a como lo había hecho anteriormente. Todo mi peso estaba a su cargo y sin darme cuenta muy bien del como, nos estábamos moviendo. Cuando se detuvo, mi cabeza yacía en uno de sus hombros. Las lágrimas lo habían inundado por aquel entonces, a él y a su camiseta, pero no pronunció palabra alguna por ello. No parecía que me lo fuera a echar en cara y eso me hizo sentir libre de dejarme llevar.

Se sentó en alguna parte que ni siquiera comprobé, porque mis ojos estaban bastante ocupados en expulsar sentimientos en aquel entonces. Evidentemente me llevó con él.

Me fue moviendo de un lado a otro como si esa fuera la forma de consuelo perfecta, al menos yo la sentí así.

Había tanta seguridad en cada uno de sus gestos que la protección que me producía era especial. Una gran burbuja nos rodeaba y nos separaba de ese mundo tan maltrecho y que dentro de poco iría aún a peor. Todo parecía de ensueño, incluso mis lágrimas caían de una forma diferente.

No tenía ni la más mínima idea de lo que se estaba produciendo ahí, sentados, pero creedme cuando os digo que momentos así no suceden todos los días.

Dudo sobre el tiempo que estuvimos allí, pero poco a poco todo se fue haciendo a menos, mi corazón se fue acomodando a todo ese instante de locura y mis pensamientos empezaron a aparecer poco a poco.

- No vuelvas a hacerlo – dijo Eric serio, de verdad.

- ¿El qué? – pregunté con algo de temor.

- Irte de esa manera, no tenías porque hacerlo.

- Lo siento – me disculpé.

- No, no lo sientas, solo no lo vuelvas a hacer – buscó mi mirada, yo me encontraba sentada sobre sus piernas mirando al suelo, por lo que no fue demasiado complicado dar con ella – por favor – pidió rogándome.

- No lo haré, lo prometo, solo es...el momento me ha sobrepasado. Me siento culpable, culpable de no estar cuando me necesitabas, culpable de dejarme engañar de esa forma por, mi ahora descubierto, hermano, culpable de tantas cosas...

- No eres culpable de absolutamente nada, Altaira. ¿Culpable de dejarte engañar? Dirás que eres una víctima más de este maldito sistema corrupto y sobre todo de Sam. ¿Culpable de no estar cuando te necesitaba? Culpable me siento yo de fallarte y no haber logrado encontrarte antes de que ese...te pusiera una mano encima. No te sientas así, por favor, suficientes cosas tienes encima como para sentirte de esa forma.

Sus dedos no dejaban de acariciar mi mejilla y yo solo podía dejarme llevar con sus palabras. Junto a él todo parecía tan distinto.

- No sé lo que debo o no sentir, pero te prometo que no vamos a dejar las cosas como están. Tu hermana no se va a marchar sin haber luchado y yo te voy a ayudar a emprender ese camino. ¿Vamos a hacerlo, de acuerdo? Por ella y por todas esas personas que lo necesitan, no todos son como nosotros, Eric, hay gente que necesita ayuda, demasiada, un líder. Alguien que los sepa llevar, tú mejor que nadie sabes como hacer esa parte. Es nuestro deber intentarlo. ¿Me oyes?

Su mirada para aquel entonces se había fijado en alguna parte de mi cara, parecía no estar entendiendo nada de lo que le decía y no entendía el porque, le estaba hablando de algo más que importante.

Sus manos se posaron en mí, una en la nuca y otra en mi espalda. Para cuando me quise dar cuenta de lo que estaba sucediendo sus labios estaban en los míos. Acariciándolos de una forma sutil pero demasiado intensa. Se separó un instante para mirarme a los ojos, buscando algún tipo de licencia en ellos. Al parecer la encontró, ya que nos volvió a unir de esa forma tan especial y que yo empezaba a necesitar para respirar.

JenGVargas

Volver a escribiros me resulta tan gratificante...Me hace tan feliz dejarme llevar a través de los ojos de Altaira...

He tenido unos meses complicados con la universidad, pero justo el viernes terminé, así que...¿Preparadas para disfrutar un verano, o quizá otra estación dependiendo de dónde seáis, junto a estos dos grandes personajes?


CAPÍTULO EDITADO



Treat you betterWhere stories live. Discover now