Capítulo 58

1.1K 72 9
                                    


- ¿Estás lista? – me preguntó por segunda vez, me había permitido darme una ducha y algo en el sabor de la última ingesta de comida, me hizo comprender que la droga ya no estaba entre ella, al menos no del mismo modo que antes.

Asentí.

El miedo me envolvía en un manto glacial para todo mi cuerpo, pero... ¿qué más podía hacer? Si nadie estaba luchando por mí, debía ser yo quien lo hiciera. Aunque traicionase así cada uno de mis principios.

- Vamos – dijo Sam agarrándome de un brazo, el cual empezó a doler a los pocos segundos. Me sentía tan dolorida en cada parte...

Una puerta se abrió en cuanto nos paramos, dos hojas de metal que se encontraban muy bien unidas, pues ni siquiera un halo de luz surgía de entre ellas.

Noté enseguida como un aire muy distinto al que había respirado todo este tiempo nos envolvía. Al igual que la luz, que dañó mis ojos por unos segundos, los primeros, en los que aunque las manos de Sam me tenían atrapada, había tenido la decencia de no moverme hasta que me acostumbrara a lo que nos rodeaba.

- ¿Seguimos? – preguntó él de nuevo.

Asentí.

Unos pasos más y la puerta se cerró de nuevo, dejando al otro lado la peor de las torturas. No se lo deseaba a nadie, era horrible estar encerrada allí.

Aún con unos minutos de observación seguía sin comprender donde nos encontrábamos. Lo que me rodeaba no lo había visto nunca, así que tras dejar mi empeño por descubrirlo miré a Sam buscando una respuesta.

- ¿Recuerdas mi amigo? ¿Aquel que te dije que me había enseñado un lugar mejor?

Asentí, me lo confesó en la habitación de Eric aquel día que me secuestró.

- Él me enseñó este lugar – dijo extendiendo sus brazos mostrando el espacio – Tardé meses en encontrarlo, pues sabía perfectamente que no era seguro llegar aquí, pero como él me había traído un par de veces, tras varios intentos, lo conseguí. Sé que te gustará, vamos.

De nuevo, unas hojas de metal bien protegido, se abrieron frente a nosotros. Lo que había al otro lado me dejó aún más estupefacta si es que eso fue posible en algún momento.

Había muchas personas a nuestro alrededor: niños y niñas de todas las edades, mujeres y hombres bastante jóvenes, ninguna persona mayor, todos nos miraban expectantes. ¿Quiénes eran todas estas personas?

- Llevaban mucho tiempo queriendo verte de cerca, por eso te miran así – me dijo Sam acercándose demasiado a mí.

Mi boca se encontraba abierta. No podía estar de otra manera cuando cada uno de los niños empezó a acercarse y decir mi nombre.

- ¿Cómo saben cómo me llamo? – le pregunté a Sam realmente sorprendida por este recibimiento.

- Han crecido viéndote, Altaira. Han crecido viéndonos, en el lago, en el centro estudiando, en las cosechas de Cordialidad, en todos lados. Hemos sido siempre su ejemplo a seguir.

Aparté la mirada de todas esas personas y la centré en Sam.

- ¿De qué estás hablando? – pregunté más que confundida.

Negó.

- ¿Sam? – insistí, no estaba entendiendo ni una mínima parte de todo esto.

- No puedo explicarte más, Altaira. Solo debes saber que estás a salvo, aquí nadie podrá hacerte daño y mucho menos, por el momento, encontrarte. Te he traído al mejor lugar en el que tú y yo podemos estar, formar la familia con la que tanto hemos soñado.

Negué de la forma más directa que pude.

- Sam...

- Déjalo ahí, Altaira. Vas a estar bien aquí, vamos a estar bien, ya lo verás.

Tenía tantas preguntas que hacerle. Deseaba volver a Osadía, pero al mirar a mi alrededor otra vez, sentí que estábamos muy lejos de allí. Demasiado quizá para que alguien alguna vez me encontrara de nuevo.

Quizá estaba destinada a los confines de este lugar.

Quizá estaba destinada a sufrir y morir, por querer a alguien que en esta realidad no existe más.


NARRA ERIC

- Jeanine, esta chica no está bien, quizá deberíamos dejarla, acabaremos con ella – dije cada una de esas palabras con miedo de su respuesta, de sus acciones.

- ¿Qué te pasa, Eric? ¿A caso ahora te compadeces de toda esta basura que nos rodea? ¿Qué ha cambiado en ti? – su voz siempre me había empequeñecido. Conllevaba tanto poder en cada timbre que hasta al más fuerte lo debilitaba.

Negué.

- Esta chica solo tiene dos opciones, Eric: morir a manos de mi plan, porque yo así lo he querido o bien morir sin ningún cometido. Confío en ti, haz lo que desees con ella. Eso sí, hagas lo que hagas, deshazte de su cuerpo, no deseo volver a verlo.

Asentí.

Una vez se marchó de la sala me metí en el ordenador más próximo para desprogramarla.

- Alice, vas a estar bien. Ya no voy a tener que darle más explicaciones a Grace sobre ti, vas a volver con nosotros – dije mientras hacía lo que debía.

JenGVargas

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡COMO CUANDO DESCUBRES QUE TAMBIÉN CANTA Y MUERES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 

:o :o :o

¿Os suena ese lugar al que Sam ha llevado a Altaira?

Eric ha conseguido salvar a Alice, ¿creéis que si tuviera la oportunidad de salvar a Altaira se lo pensaría dos veces?

Es más, quiero saber unas cosas...

¿Qué pensáis de Altaira, de lo que le está pasando y de lo que debería hacer?

¿Y de Eric, que opinión tenéis sobre él? ¿Está haciendo lo correcto? ¿Esconde algo más de lo que nos deja ver?

Os mando un beso!!!


CAPÍTULO EDITADO

Treat you betterDove le storie prendono vita. Scoprilo ora