Capítulo 27

2.7K 169 43
                                    


- Chicos hoy comenzaremos las pruebas individuales – dijo Cuatro comprobando algo en su carpeta.

- Cada uno de vosotros será evaluado física y psicológicamente – Eric continuó.

- Queremos ver el cambio que realizáis, por ese motivo es necesario que veamos como sois en este momento para ver hasta donde podéis llegar. Está claro que esto deberíamos haberlo hecho el primer día, pero se decidió de esta manera, por motivos que no se van a comentar – aclaró Cuatro.

Tras esas palabras y una leve mirada de ambos hacia cada uno de nosotros, comenzaron a leer la lista de nombres que había junto con un número.

- Ahora cada uno de vosotros conoce el número que se os ha adjudicado. Iremos diciéndolos e iréis pasando poco a poco.

Un asentimiento conjunto se extendió.

Mi número era el 6 y éramos bastantes más. No me supuso nada escucharlo, no me importaba excesivamente.

Chicos y chicas fueron pasando a una sala, que de la nada había aparecido en la zona de entrenamiento. Cuando llegó mi turno y tras ser llamada por Cuatro, entré en esta.

Me encontré con una butaca reclinada, una muy parecida a la que había para las pruebas.

Eric se encontraba sentado en una silla algo alejado de la butaca, al verlo, mi inútil corazón se aceleró y enseguida las imágenes de ayer se apoderaron de mi cabeza.

- Altaira, puedes sentarte – me ofreció Cuatro.

Lo hice sin rechistar.

- Bien, ¿qué número eres? – preguntó Eric. ¿Era obvio, no? Aun así, le dije lo que pedía.

- Seis.

Y lo apuntó.

- ¿Edad?

¿No era obvio?

- Dieciocho...

Miré a Cuatro, mi edad estaba más que clara, sino no podría haber llegado a Osadía. Su mirada de respuesta no es que fuera demasiado explicativa, así que volví a poner la atención en el otro chico encuestador.

- ¿Nombre?

Esta vez ni siquiera miré a Cuatro, respondí observando el maltratado suelo, ¿cuántas personas lo habrían pisado?

- Altaira.

Al pronunciarlo ambos se me quedaron mirando con algo más de atención. ¿Qué se suponía que les sucedía? ¡¿Es que los ojos que tenían en la cara no les transmitían las imágenes al cerebro?!

Me estaba empezando a exasperar y eso, yo mejor que nadie, sabía que no era bueno.

- ¿Altura?

- 1,60

- ¿Peso?

- 56 kg.

- Estás demasiado delgada – dijo Eric arrepintiéndose tras recibir mi poco agradable mirada. ¿Qué derecho tenía él a opinar sobre mi cuerpo?

Se aclaró la garganta y continuó.

- ¿Sangre?

- Cero negativo. 

-Bien, he terminado – dijo Eric cerrando la carpeta que ahora contenía todos los datos que al parecer necesitaba en ella.

- Ahora necesitamos que te levantes y repitas los ejercicios que Eric te va a mostrar. Yo mientras te observaré y tomaré nota, ¿de acuerdo? – ahora era Cuatro el que poseía esa misma carpeta.

Asentí.

Copié cada movimiento que Eric hizo frente a mí. Al principio, estiramientos, después algunas flexiones diferentes a las que nos habían enseñado esos días y para terminar algún que otro ejercicio de coordinación.

-Bien, hemos terminado con esto – dijo Cuatro mientras Eric bebía agua. Hacía calor en la sala y moverse tanto en ese pequeño espacio no ayudaba. Habíamos estado al menos una media hora moviéndonos, mientras yo me preguntaba que tanto necesitarían escribir.

También necesitaba agua, pero estaba claro que...

- ¿Quieres? – me preguntó Eric botella en mano, su botella.

No respondí.

- Va, bebe – dijo pasándomela.

Asentí, de nuevo. Bebí grandes sorbos.

Cuando terminé se la volví a pasar y me percaté de la fija mirada que tenía Cuatro en mí. Algo no le encajaba al parecer, eso fue lo que pude leer de su semblante, antes de que comenzara de nuevo a hablar.

- Ahora te haremos algunas preguntas que debes responder sin pensar demasiado, ¿de acuerdo? – dijo pidiéndome con gestos que me volviera a sentar en la butaca.

- Cierra los ojos, te será más sencillo – me recomendó Eric, lo hice.

- ¿Tienes hermanos? – preguntó Cuatro y pude imaginármelo esperando la respuesta para escribirla.

- No.

- ¿Te hubiera gustado tenerlos? – preguntó ahora Eric.

- Sí – por supuesto que sí, aunque en algún que otro momento lo creí tener, creí y sentí que Sam lo era, uno mayor y protector.

- ¿Tienes amigas? – preguntó Cuatro de nuevo.

- No.

- ¿Las has tenido en algún momento?

Me encantaría responder esa pregunta mirando a esos ojos, pero seguí su consejo y los mantuve cerrados.

- Sí, las tuve.

- ¿Y por qué ya no? – continuó preguntando. ¿Realmente esto tenía que ver con la plantilla que debían rellenar? ¿Por qué Cuatro me hacía preguntas lógicas y Eric preguntas algo más personales?

- Supongo que cuando mi madre se marchó yo cambié mi forma de ver el mundo y me percaté de que no todos hacen por ti lo que tú haces por ellos, así que no me valía la pena seguir teniéndolas, con Sam me bastaba, era mi mejor amigo y él no desapareció cuando todas lo hicieron.

- Hablemos de Sam... - dijo Eric como si nada sucediera.

Entonces abrí los ojos, ese no era un tema por el cual pudiera sentir sin ver, no en este preciso momento.

Un golpe seco, seguido de dos más, se escucharon en la puerta de la sala. Cuatro la abrió y tras escuchar a quien estuviera detrás se dirigió a nosotros.

- Me necesitan unos minutos, si me disculpáis ahora vuelvo.

- Ya acabo yo, no te preocupes – dijo Eric sin ninguna preocupación aparente.

Y de nuevo mi corazón volvió a hacerse notar, justo en el momento en que la puerta se cerró dejando a Cuatro fuera de la sala. La mirada de Eric, una distinta a la que había visto cuando volví a abrir los ojos, se posicionó en mí y algo más que el corazón se hizo notar.

JenGVargas

Uhhhhhhhhhh Uhhhhhhhhhhhh Uhhhhhhhhh dhasbflskdahfkshdks Eric y Altaira en la misma sala y SOLOS, ¿qué pensáis que pasará? COMENTAD COMENTAD!! Quiero saber vuestras opiniones. Gracias por leer a todos <3

CAPÍTULO EDITADO


Treat you betterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora