Capítulo 60

1.2K 71 7
                                    


NARRA ERIC

Esas preguntas se fueron disipando poco a poco cuando me percaté de que salían de la sala sin mirar atrás, corriendo, ¿a dónde iban?

No dudé en hacer lo mismo y seguirlos. Debía hablar con ellos, aclarar las cosas ahora que al parecer nos habíamos librado de Jeanine y sus planes maquiavélicos.

Subieron al tren que justo estaba pasando en ese momento. Cuando ya se habían cerrado las puertas de su compartimento, no dudé en correr como nunca para pillar ese tren.

Tras varios intentos conseguí subir al último vagón, este se encontraba vacío, ellos estaban en el contiguo al mío. Solo tenía que abrir una puerta y ya los tendría a mi alcance para hacer que me escucharan, pero antes, necesitaba un espacio para aclarar cada una de las explicaciones que debía dar. Que me escucharan no iba a ser tan sencillo, no ahora que ellos sabían, lo que yo mismo era capaz de hacer, pero costara lo que costase me iban a escuchar. No estaba dispuesto a dejar a Grace protegida solo por mí, necesitaba ayuda.

NARRA ALTAIRA

- Esta es Wessy – dijo Sam señalando a una chica morena de ojos claros. La imagen de Eric besándose con aquella chica, morena también, llegó a mí y no pude evitar encontrar cierto parecido entre ambas.

- Hola Wessy – la saludé.

Ella me sonrió de una manera muy especial.

- Va a ser tu instructora aquí. Puedes confiar en ella, os llevaréis bien – me explicó Sam.

¿Instructora? Yo ya tenía de eso en Osadía, dos de los mejores instructores. No quería a nadie, más que a ellos. Mi expresión confesó mi opinión, pero la respuesta de Sam, el cómo me miró, me hizo comprender que no tenía más remedio que seguirle el juego, pues habíamos hecho un trato y yo debía cumplirlo porque él lo estaba haciendo.

Asentí, finalmente.

- Bien, entonces os dejo solas, debéis entrenar. Mientras tanto haré lo mismo, ¿de acuerdo? – preguntó él mirándome solo a mí.

Asentí de nuevo, no veía el momento de perderlo de vista. Me repugnaba estar a su lado como lo había estado desde que me sacó de aquel cuarto oscuro, pero esa se había convertido en mi nueva realidad, por desgracia.

Antes de salir de la sala de entrenamiento, exclusiva al parecer para la morena y para mí, se acercó sigilosamente y depositó un beso en mi frente. Tuve la necesidad de correr, no lo quería cerca de mí.

- Veo que le tienes cierta reticencia a sus labios – dijo la chica frente a mí.

- Que estoy aquí porque no me queda más remedio no es un secreto – dije yo sin medir mi tono.

- No lo puedes entender ahora, pero créeme que algún día se lo agradecerás hasta el cansancio. No sabes la suerte que tienes, te ha salvado y aunque tú no lo veas ahora...lo harás, no mucho más lejos de mañana, ni pasado.

No pude evitar esbozar una sonrisa cínica.

- No lo puedes entender ahora, pero créeme que algún día pagará por lo que me está haciendo, no tienes ni idea, guapa – le dije copiando parte de sus palabras, nadie decidía por mí. Yo era dueña de mis sentimientos y decisiones, nadie más, sino... ¿qué me quedaba?

Su respuesta fue un golpe en las costillas.

La lucha por sobrevivir había comenzado y yo no estaba demasiado entrenada en estos momentos, pero lo iba a estar. Así un día no muy lejano, podría idear un plan para escapar de aquí. No podía ser tan complicado, ¿no?

Treat you betterWhere stories live. Discover now