Capítulo 86

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Tras esos minutos que necesité para cerrar los ojos y sentir la fantasía que había vivido durante esas horas, hubo que volver a asentarse en la realidad que nos acaecía. Así que colocamos las dos sábanas encima de la cama, junto con esas piedras que las sostenían y salimos de aquella cabaña que tan efímeros recuerdos albergaba ahora.

- Creo que tengo un nuevo lugar favorito y nada más y nada menos que en Cordialidad, quien lo iba a decir... - la sonrisa en los ojos de Eric lo significa todo tanto, que aterra.

- Para que veas, las cosas cambian con demasiado vértigo a veces - le contesto cerrando la puerta de la cabaña y buscando su mano después.

Cuando se percata de mi intención, es él quien se encarga de sostener la mía, me arrastra y me da un beso en los labios pausado e intenso.

- Me podría acostumbrar a esto sin problema alguno - le digo despegándome unos centímetros de su cuerpo.

- Yo ya lo he hecho, Altaira - una mirada que lo dice todo nos conecta y segundos después ambos nos ponemos en movimiento, es hora de volver a casa.

- Yo ya lo he hecho, Altaira - una mirada que lo dice todo nos conecta y segundos después ambos nos ponemos en movimiento, es hora de volver a casa

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- ¿Papá? - lo llamo mientras ambos entramos en la cabaña que hasta hace poco habitaba solo mi padre.

- Alomejor está con Grace - me dice Eric en apenas un susurro imperceptible.

Asiento dirigiéndome a la habitación donde la pequeña se encuentra, pero no está, la cama yace totalmente vacía, al igual que el resto de la vivienda.

Los nervios empiezan a crecer, en ambos, segundo a segundo.

- ¿Dónde coño  se han metido? - Eric no parece estar muy lejos de perder los papeles y está claro que yo tampoco de acompañarlo en ese mismo cometido.

- Vamos al lago, no vaya a ser que hayan ido a buscarnos - le digo de la manera más pacífica que encuentro, no quiero añadir más tensión a la situación.


El lago estaba desierto, como parecía estarlo toda la maldita facción.

Eric se estaba empezando a volver loco, cada uno de sus movimientos eran desquiciados, para mí, dolorosos. No tenía ni idea de por donde empezar a buscar o siquiera qué pensar. Solo lograba sentir la culpabilidad más grande que podía existir, si no nos hubiéramos entretenido, nada de esto estaría pasando.

¿Qué se hace en una situación así? ¿Cómo encuentras la manera de no volverte loco y poner los pies en la tierra para buscar una solución?

Ni Eric ni yo parecíamos conocer el camino y mucho menos la actitud con la que debíamos enfrentarlo.

JenGVargas


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