Capítulo 63

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- No me mires así, os he dejado el tiempo suficiente para que os pongáis al día – comentó Sam ante mi mirada acusadora. Sus brazos se encontraban mostrando su fingida inocencia, siempre había sido un gesto que le había gustado mostrar.

No podía mediar palabra, ni con él ni con la persona que me había mentido toda mi vida, haciéndome creer que mi padre era otro hombre, uno que bastante bien conocía por medio de mi, ahora, hermano.

Por un instante deseé volver a sumergirme en aquella oscuridad en la que Eric había entrado para salvarme, hacía ya un tiempo que desconocía.

Él fue la única persona, aunque antes no lo veía, que me trató de una forma indiferente al principio, aunque más agresivo que con los demás, fue. Jamás supe porque lo hizo, pero gracias a su comportamiento aprendí lo suficiente en Osadía como para mantenerme cuerda en estos momentos.

Me levanté del sofá y me dirigí hacia la puerta. Me situé justo al lado de Sam esperando que este la abriera y nos fuéramos bien lejos de esa verdad que yo no quería, ni estaba dispuesta, a asimilar.

Por suerte no hizo ninguna pregunta, su expresión era de incomprensión, pero poco me importaba a estas alturas.

Salimos de allí y una paz muy distinta me envolvió, por eso pude respirar de una forma tranquila.

Cuando estábamos llegando a lo que se había convertido en mi "hogar" estos días, un chico alto, rubio, de ojos castaños y semblante bien definido, nos detuvo.

Saludó a Sam y empezaron a hablar como los buenos amigos que parecían ser. Quise decirle a ese chico que no se fiara de la amistad de ese lunático, pero sería la palabra de Sam contra la de una chica recién llegada a este recinto. A la que tomarían por loca sería a mí sin duda alguna.

Sentí su mirada encima de mí varias veces, aunque lo hacía de forma desinteresada pues Sam le hablaba de algo interesante.

Tras esperar que terminaran de una vez, lo hicieron y Sam me dejó en mi habitación alegando varias cosas que debía hacer. No hacía falta que me acompañara a todos lados, bien se lo había dicho muchas veces, pero a él no le importaba, quería tenerme controlada todo el tiempo. Según él me había traído aquí para que formáramos una familia juntos, pero ese tipo de familia no se podía crear, no entre él y yo, no entre un hermano y una hermana de sangre. Si antes ya me creaba cierta repulsión, ahora ya ni hablábamos.

NARRA ERIC

Cordialidad había sido la propuesta de Cuatro para ponernos a salvo. Me ayudaron a trasladar a Grace y Alice hasta allí, cosa que les agradecí.

Evidentemente me dieron su palabra de que las mantendrían a salvo, pues yo no pude quedarme. Mi papel era importante y no podía tirar por la borda todos estos años mostrando mi lado con Jeanine. De lo contrario ella se enfadaría más, si es que eso era realmente posible, e iría contra nosotros con todo su poder, ese que aún tenía, ese que había vuelto a conseguir en un par de horas. Ya no había programa, nada que controlara a los demás por medio de una simulación, ya no había ataque contra Abnegación por su parte, es más, se estaba encargando personalmente de que todos creyeran su inocencia. Eso era importante en estos momentos.

Todo había cambiado, excepto que iba en contra de los divergentes, pero ahora no lo hacía a escondidas ni muchísimo menos. Compartía sus avances en las pantallas que envolvían a nuestro mundo, a cada facción.

Al menos, aunque debía estar alejado de mi adorada hermana, sabía que se encontraba a salvo y eso sin ninguna duda me mantenía lo suficiente enérgico para seguir fingiendo algo que no era.

Cuatro, Tris y yo nos manteníamos informados los unos a los otros, era muy importante todo lo que pudiera suceder. También se comunicaban para hablarme de Grace y todo lo que estaba aprendiendo en Cordialidad.

La búsqueda de Altaira había sido uno de mis mayores fracasos y aunque las esperanzas de encontrarla no mermaran, todo a nuestro alrededor nos convencía de que no era el momento. Poner en peligro todo nuestro plan, lo que tanto trabajo nos estaba costando mantener...no era una opción y sé que ella tampoco lo hubiera querido así.

Dolía, cada mañana, cada tarde y cada noche. Las pesadillas de mis noches habían variado, se habían convertido en una forma de pasar un rato con ella. Era complicado soportarlas, al igual que lo era abrir los ojos y sentir que la distancia era real, palpable.

No podía evitar pensar en todo lo que había vivido ella en la facción donde ahora ellos se hospedaban. Me endurecía la piel y me congelaba la sangre, pero no podía ser de otra manera.

Ella estaba atrapada y no sabíamos donde.

Nosotros también lo estábamos y por desgracia éramos conscientes de cada paso.

Me encontraba de camino hacía Abnegación, que había quedado reducido a cenizas. Jeanine nos había mandado a encontrar una caja, en la casa de Tris, una caja que la madre de esta, de la cual habían ya encontrado su cuerpo, había escondido. Jeanine no le confesó a nadie lo que había ahí dentro ni porque era tan importante, pero sus órdenes debían cumplirse costara lo que costase.

JenGVargas

Cuatro y Tris haciendo de padre y madre, respectivamente de la  hermana de Eric, quién lo iba a decir, eh...

Jeanine sigue con sus planes, para ella todo es normal, no entiende de sentimientos, su ego y poder puede con todo.

Eric sufre, sufre tanto como Altaira, quien empieza a encontrarse bastante perdida en ese lugar. Está claro que, qué la encuentren no va a ser tan sencillo y ella lo sabe, aunque ahora se ha quedado encallada en el gran secreto que su madre le ha desvelado, ¡SU MADRE! Aquella que creía desaparecida y muerta para siempre, aunque no lo estaba, para ella seguramente lo ha hecho después de contarle todo eso.

Espero que lo estéis disfrutando, os mando un beso, ¿qué raro en mí, no? <3

CAPÍTULO EDITADO

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