Capítulo 35

2.3K 152 59
                                    

NARRA ERIC

Desconozco el motivo por el cual le confesé uno de mis mayores secretos a una chica de la que prácticamente no tenía noción alguna. Algo extraño sucedía cuando estábamos juntos y no me gustaba en lo absoluto.

Quizá la presión de estar solo en algo así me pudo y al saber que ella no diría nada...me dio el impulso que necesitaba para liberar una parte de mi tensión.

- ¿Cómo se llama? – me preguntó con la mirada fija en mí. No sé como, pero habíamos vuelto al mismo sitio y ambos estábamos sentados, yo contemplando el vacío esta vez.

- Grace – dije prácticamente en un susurro, mientras una sonrisa se me escapaba sin pensar.

- Precioso – dijo aún con sus ojos en los míos.

Asentí.

Cada parte de mí se había alterado y solo de pensar en no tenerla ahora mismo a mi lado...lo veía todo de otra forma y color.

Noté como su mano se posaba en mi hombro y fijé mi mirada, algo emocionada, en ella.

Sonreí.

Me devolvió la sonrisa.

Al estar con ella algo se creaba entre ambos y me aterraba esa sensación, me encontraba débil y eso era algo que al no poderlo controlar no me gustaba lo más mínimo.

- ¿Y tu hermanastra de dónde salió? – me preguntó intentando que el ambiente volviera a la normalidad.

- Mi madre la adoptó cuando conoció a mi padre, ya que la madre de ella murió. Fue extraña la situación, pero nos hicimos a ella, como a todo, supongo.

- ¿Y tu madre sabe que ella...está loca por ti?

En ese momento no supe si hablaba con una extraña o más bien con alguien que me espiaba a diario. ¿Cómo narices lo sabía?

- ¿Cómo...

- Os vi, uno de los primeros días cuando corríamos con Cuatro, ¿recuerdas? La besaste cuando viste que os miraba. También el otro día en uno de los pasillos. Ahí fue cuando me percaté de la realidad.

- Ella tiene problemas, muchos problemas mentales. No puedo hacer otra cosa que dejarla hacer, no sé como tratarla en muchas ocasiones, pues sus cambios de humor abundan y... No me deja tranquilo, se cree que en algún momento hemos estado juntos, pues su mente eso le hace creer y...

- Debe ser extraño para ti – dijo ella como si lo que le acababa de decir fuera lo más normal del mundo.

- Demasiado – dije sin pensarlo mucho.

Noté como suspiraba y por algún extraño factor mi cuerpo hizo exactamente lo mismo.

- Sienta bien hablar para otra persona que no seas tú mismo. Llevo demasiados años sin poder hacerlo con nadie – confesé con algo de vergüenza.

- Conozco la sensación. Con Sam me sentía libre de hablar sobre cualquier cosa, pero nunca me abrí por completo, así que desde que mi madre se marchó...Yo misma soy lo único con lo que realmente soy sincera, aunque a veces es duro...

- Demasiado, ¿verdad? – le pregunté.

Asintió como respuesta.

Vi como al igual que yo, tenía una parte rota, una bastante grande, la cual no se podía simplemente olvidar sin más.

En ningún momento lo pensé, pero mi brazo se encontraba a su alrededor. Sentados mirábamos al vacío, cada uno pensando en su triste y dura realidad.

- Gracias – dijo ella.

- ¿Por qué? – le pregunté, pues siempre había sido más duro con ella que con ninguno de los principiantes, sentía que debía pedirle disculpas, no que ella debiera agradecerme a mí.

- Te has portado mal conmigo, pero a la vez...Siempre me salvas de cada nefasta parte. Te lo agradezco – me confesó mirándome. Estábamos pegados, mi brazo se encargaba de ello.

Sus ojos me transmitían todo y eso era algo que me fascinaba.

- No tienes porque agradecer nada, es más, debería disculparme por todo lo que te he hecho.

Sonrió.

No me gustaba que olvidara todo tan rápido, eso era algo que podía ponerse en su contra en algún momento.

No sé cómo sucedió, pero empecé a escuchar un sonido interno, era rápido y constante, se hacía notar y a mí estaba por volverme loco.

Sus ojos me cautivaron con esa mirada tan sincera...

Y los míos parecieron causar lo mismo en ella.

Mi brazo no había dejado de estar a su alrededor, en sus hombros más concretamente. Ella solo conseguía mirarme, ambos lo hacíamos demasiado.

Entonces una parte realmente desconocida para mí, se abrió y tuve ganas de besarla, unas ganas demasiado arrebatadoras, como para no escucharlas.

Un palmo de distancia separaba nuestras bocas y decidí ser yo quien lo olvidara.

Acorté esa pequeña distancia y rocé mis labios con los suyos. Estaban calientes, demasiado calientes, pero eran perfectos, tal y como los había soñado en alguna que otra ocasión.

Esperé unos instantes sin moverme, pues no sabía si ella realmente quería lo mismo que yo. No se echó para atrás y esa fue sin duda la señal que necesité para dejarme de tonterías.

El brazo que la rodeaba fue a parar a su mejilla izquierda y mi mano derecha acarició la otra parte de su suave cara. Podía notar su pulso acelerado en cada pestañeo de sus ojos y el calor en sus mejillas.

Acorté la distancia, que de nuevo se había creado, acercando su cara a la mía.

Y la besé, la besé sin pensar y sin noción alguna de qué podría pasar. Solo disfruté del calor de sus labios en los míos.

Sin ninguna duda estaba soñando, esto no podía ser cierto. ¿Des de cuándo a mí me gustaba alguien que no fuera mi pequeña Grace?

JenGVargas

Os puedo asegurar que desconocía que estos dos actorazos habían trabajado juntos, se me hace extraño :o

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Os puedo asegurar que desconocía que estos dos actorazos habían trabajado juntos, se me hace extraño :o

Bueno, pues aquí está la parte tan esperada, sé que no es una de mis grandes escrituras, pues suelo hacerlo más intenso, pero así me salió.

Creo que era el momento ya, después de 35 capítulos ni más ni menos.

Quiero saber vuestras opiniones. Gracias por leer, votar y comentar, es lo único que me hace seguir adelante. Gracias de veras.

En cuanto a reflexión del capitulo... Bueno, todo cambia, ¿no? A veces incluso demasiado rápido. Sientes que vives en una realidad demasiado verídica y después...ZAS! No sabías en realidad ni la más mínima parte sobre ella.

Eso es la vida, supongo, un poco infernal y dolorosa, pero la vida.

CAPÍTULO EDITADO

Treat you betterWhere stories live. Discover now