Capítulo 85 [+18]

696 32 0
                                    



Capítulo subido de tono. Responsabilidad en vosotros.




Quizá habían sido horas todo lo que había pasado des del momento más maravilloso que recuerdo haber vivido hasta ahora o quizá habían sido minutos lo que lo distanciaba. Sin embargo era hora de volver, la realidad sucumbía a cualquier necesidad pasada de amarse a escondidas.

Eric me lo hizo saber de la mejor manera que encontró, recorriendo mi cuerpo desnudo con sus labios, logrando así que este de nuevo se activara en un sentido que no debía.

- Eric - lo llamé sin abrir los ojos, prefería recibir sus caricias en la oscuridad más absoluta.

- Hmmm...¿si? - estaba ocupado, bastante a decir verdad. Su boca se encontraba demasiado atareada en mi zona más sensible y mi cuerpo no pudo evitar tensarse de una forma a la que seguramente podría acostumbrarme.

- Deberíamos volver, ¿sabes? - desconozco como tuve la cabeza fría de pronunciar esas palabras si ni siquiera tenía idea alguna de lo que estaba diciendo.

- Tienes toda la razón, Altaira - dijo despegándose por completo de mi cuerpo, se situó de rodillas a un lado de la cama y dejó un vacío eterno a mi alrededor.

No pude evitar fijarme en su mirada, no hablaba en serio, intentaba provocarme y si quería jugar...Iba a perder la partida, sin lugar a dudas.

Bajé mis ojos hacia su entrepierna y no me costó comprobar los buenos días en los que había amanecido. Una sonrisa apareció en mis labios, pero la deshice justo en el instante anterior a que él se percatara de ella.

No dudé en acercar mis manos a esa zona tan erecta y tocarla de forma suave y sensual, acompañada por todo mi cuerpo a su vez. Hice que se tumbara y él no opuso resistencia alguna a mi petición. 

Mis labios besaron cada parte y sus gemidos empezaron a sonar provocando así que mis ganas aumentaran, por ello apareció mi lengua, vergonzosa al principio, decidida al final. Eric no podía soportarlo más, se iba a dejar ir y yo mejor que nadie lo sabía, pero cuando era el momento de hacerlo, me despegué de él por completo, devolviéndole su jugada sucia de hacía varios minutos atrás.

- Debemos irnos - dije levantándome y buscando mi ropa interior por el suelo. No quise mirarlo de nuevo, era débil y saber qué estaba sintiendo en ese momento no me iba a ayudar precisamente a ganar el juego que ambos habíamos iniciado sin darnos cuenta o quizá sabiéndolo des del principio.

Cuando encontré mis braguitas no dudé en ponérmelas, pasé un pie y cuando fui a pasarlas por el otro, el cuerpo de Eric a mis espaldas, me lo impidió.

- ¿A dónde crees que vas? - me dijo aplastándome con todas las partes de su cuerpo, todas y cada una. La necesidad en ese instante era más grande que yo y eso lo sabía, pero si algo me consideraba era cabezota y podía sobrevivir soportando el no tener lo que deseaba solo por salirme con la mía.

- Tu hermana está con mi padre, quien seguramente se estará preguntando donde narices nos hemos metido, así que hay que volver - no se había despegado ni un centímetro de mí, es más, parecía que había ganado más de uno a su favor y para que negar que para el mío propio.

Su miembro se encontraba aún más decidido que antes entre mis glúteos, porque aunque su altura superaba a la mía se las había ingeniado para que así sucediera.

- Tu padre sabe cuidar perfectamente de mi hermana - empezó a mover sus caderas de un lado a otro y no pude no seguirle en cada movimiento - Además, seguro que piensa que estamos intentando salvar el mundo.

Me había ganado la batalla en el momento que se había acercado por detrás, pero no era algo que fuera a aceptar en voz alta y hacerme la dura se me daba mucho mejor ahora, había aprendido muchas lecciones en muchos sentidos.

- No sé, no acaba de convencerme - dije deteniendo mis caderas en seco.

Fue precisamente cuando le dio la vuelta a mi cuerpo, que me quedé sin palabras existentes en mi vocabulario. Sus manos se hicieron con mis glúteos de nuevo, pero esta vez por decisión propia y de un tirón logró que mis piernas lo rodearan, solo que esta vez pudimos sentirnos completamente el uno al otro, no existía pieza de ropa habida o por haber que nos separara. 

Cerré mis ojos y él, por el suspiro profundo que dio, intuí que también los había cerrado.

- ¿Sigue sin convencerte? - me preguntó tras morderme la oreja izquierda.

Un gemido más que profundo fue expulsado de mis labios.

- Pues... la verdad es que no - y si aquello resultara ser una prueba más estaba segura que no podría soportarla mucho tiempo más.

- No parecéis estar de acuerdo entonces - me dijo en el momento que dos de sus dedos viajaron a mi humedad, comprobando que lo que mi boca decía era lo mismo que mi cuerpo pedía.

- Lo estamos - dije sin apenas fuerza, estaba derribando cada una de mis fortalezas, las cuales se tambaleaban sin piedad, así como mis ansias de sentirlo dentro de mí una vez más.

- ¿Segura? - me pregunta acercando su miembro a mi húmedo centro.

La poca cordura con la que cuento se fuga a otro lugar mucho más lejano esta vez, muevo mis caderas hasta que nos encontramos conectados de la forma más profunda que encuentro en mis movimientos.

- Totalmente segura - digo deteniéndome por completo. 

Eric coge toda la iniciativa y se sienta conmigo encima en la cama, con sus manos me facilita la forma en la que moverme y me dejo llevar hasta que juntos llegamos a un orgasmo sentido no solo por nosotros, sino seguramente por toda Cordialidad.

- Ahora sí que podemos volver - dice dejándonos a ambos tumbados en el colchón.

- Dame unos minutos - le pido cerrando los ojos de nuevo.

- Los que necesites, cabezota, los que necesites.

JenGVargas






Treat you betterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora