Capítulo 30

2.5K 170 10
                                    


Un paso detrás de otro, fue así como llegué al exterior, en mi empeño por respirar fuera de esa gran edificación.

Un latido detrás de otro, a una velocidad vertiginosa me llevaron a situar mis manos en mi cabeza y agacharme prácticamente al nivel del suelo. Notaba cada uno de ellos en mis oídos, como si de verdad habitaran fuera de mí.

Aun despertando de esa gran pesadilla no lograba entender como Sam podía haber llegado a esos extremos. No había razón suficiente para tal locura. Sí, era irreal, pero para mí tenía mucho más significado del que parecía. El motivo desde luego era desconocido para mí, pero estaba presente y eso era más que suficiente.

Una mano se situó en mi hombro derecho y mi cuerpo reaccionó de una forma peculiar, dándose por vencido y cayendo de rodillas en el áspero suelo de hormigón.

Alguien intentaba comunicarse conmigo, con mucho empeño, pero mi sentido de audición solo tenía atención para cada latido que daba mi órgano vital. No estaba bien, podía recordar la última vez que había tenido uno de estos ataques. Contaba con quince años de edad cuando viví el último de ellos. Estaba triste, demasiado triste y también cansada, pues no lograba dormir más de dos horas seguidas antes de que la marcha de mi madre me atacara el subconsciente.

Mi padre intentó que todo eso desapareciera, le costó meses, pero lo logró. Engañar a esa parte de mí fue un reto para él, pero tuvo éxito en su empeño.

Aunque no por demasiado tiempo, de nuevo, ahí estaba una vez más uno de esos tantos ataques. No eran bonitos de presenciar, pero mucho menos lo era vivirlos.

- Altaira, respira...

Algo se filtró entre tanto alboroto y al escuchar esa voz... Su voz, mi cuerpo pareció relajarse en algún punto.

- Eric...Ayúdame, por favor... - esas palabras parecían dichas por alguien que no fuera yo, era tan extraño...

- Respira – me ordenó.

Intenté seguir su consejo.

- Eso es, una vez más. Hazlo de nuevo.

Sus palabras me ayudaron en cada inhalación de oxígeno.

- Muy bien.

Sus brazos me rodeaban para evitar todo contacto con el suelo.

- Lo estás haciendo muy bien.

Entonces todo terminó. Podía escuchar de nuevo de una forma normal, mi corazón, aunque seguía acelerado, podía controlarse por él mismo y eso era lo mejor que me podía suceder en ese momento.

Me había quedado sin fuerzas, pero no importaba, Eric me sostenía y no parecía que me fuera a soltar. Un gesto bastante noble de su parte.

Lo abracé.

Sin pensar, solo actué. Hice lo que todo mi cuerpo sintió que debía hacer.

Su respuesta me sorprendió, pues no me rechazó.

- Estás...bien – dije con una voz bastante seca.

- ¿Por qué no iba a estarlo? – preguntó él algo sorprendido por el gesto y por la frase.

Protección, eso me ofrecían sus brazos a mi alrededor.

- No lo sé, solo...

- Será mejor que te sientes un rato, te traeré agua, ¿de acuerdo? – me ofreció él acompañándome a un trozo de piedra que había por ahí cerca.

Me ayudó a sentarme y se marchó a por ese vaso de agua.

En esos minutos, tuve tiempo para respirar de una forma más tranquila y para serenarme.

En esos minutos, tuve tiempo para respirar de una forma más tranquila y para serenarme

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

- Aquí tienes – dijo tendiéndome el vaso.

- Gracias – dije bebiendo demasiado rápido.

Sí, me atraganté.

- ¿Mejor? – preguntó tras ese lapsus de mi garganta.

Asentí.

- ¿Me vas a decir el motivo por el cual has dicho eso? – preguntó mirándome de una forma desafiante. Volvía a ser él. Quizá no había dejado de serlo. Aunque no recordaba ese tipo de gestos entre tanta tensión y frialdad.

Me quedé mirándolo a los ojos, probablemente era una de las pocas personas que no le imponía demasiado mirarlo fijamente.

- Tuve una pesadilla...

Confesé mirando al suelo.

- ¿Sueñas conmigo? – preguntó algo sorprendido de nuevo.

- No fue un sueño, fue una pesadilla.

- ¿Y te hacía daño? – preguntó con una voz demasiado sensible.

- ¿Tú a mí? – le pregunté volviendo mi mirada a él.

Asintió.

- ¡No, por supuesto que no! Morías, en la pesadilla, morías.

Algo cambió entre nosotros, ¿el qué? Sería bueno saberlo, pero no apareció, simplemente dijo una frase y se marchó. Como si nada hubiera sucedido, como si no me hubiera salvado de morir ahogada por los sonidos de mi propio corazón.

- Quizá ese sea mi destino.

JenGVargas

CAPÍTULO 30, 30, 30, 30!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 

Un acercamiento más entre Altaira y Eric. Así es como celebro haber escrito ya 30 capítulos de esta hermosa historia!

Estoy bastante orgullosa del camino que está cogiendo.

Espero que de verdad os haya gustado! Y gracias a algunos de vosotros por votar y comentar capítulo tras capítulo.

Besos osados, de Eric, para todos. Quien no los reciba que me avise, yo lo obligaré a que os los de! Jajajaja <3

CAPÍTULO EDITADO

Treat you betterOnde histórias criam vida. Descubra agora