Capítulo 38

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- Mamá – gritó alguien - ¡Mamá!

Me acerqué de forma lenta, aunque mi cabeza estaba desesperada porque mi cuerpo se moviera de forma rápida.

Parecía como si esta no estuviera conectada a mi sistema nervioso. Intentaba que reaccionara con todo lo que se me ocurría, pero no era capaz.

- ¿Qué pasa cariño? – salió sin poder alguno de mis labios.

- Papá no se despierta y quiero jugar con él a subir la cuerda. Quiero tocar el techo con mi mano derecha, como tú me enseñaste ayer.

Una niña preciosa con los ojos de Eric se encontraba frente a mí, algo tan perfecto, ¿podía realmente existir?

- ¡Pues si eso es lo que quieres debemos despertarlo!

Le hice señas para que me siguiera, para despertarlo, la mejor manera era sin lugar a dudas, pegarle, con todo el amor del mundo, pero pegándole era la única forma en la que su cuerpo reaccionaba. Lo tenía más que comprobado después de tantísimos años.

¿Cómo sabía yo eso? ¿Tantísimos años?

Aún, cerrando los ojos, podía recordar el primer intento. Teníamos tantos recuerdos juntos que sentía que podía explotar en cualquier momento. Tanto buenos como malos, está claro.

Hice lo que debía para que el hombre tumbado frente a nosotras se despertara, unos cuantos movimientos y después dejé a la pequeña que siguiera mis actos.

Poco tiempo después, sus brazos ya tenían bloqueada a esa pequeña personita de ojos enormes y preciosos.

- Pero, ¿qué hacéis? – preguntó él intentando sonar enfadado.

- Papá, quiero que me ayudes a subir la cuerda, como ayer...

Unos pucheros por parte de la criatura y el ahora nombrado padre, ya estaba dispuesto a todo por ella.

¿Padre? ¿Madre? ¿Recuerdos juntos?

Unos golpes en mi pierna me hicieron volver a la realidad. Abrí los ojos y lo primero que noté fueron mis mejillas llenas de agua, había estado llorando, ¿desde cuándo era tan frágil?

No podía ser, que, además mi subconsciente, me traicionara de esa manera.

Era Tris. Me senté en la cama de golpe y con mi expresión ya le pregunté que sucedía.

- ¿Vienes a entrenar? – me preguntó ella.

- ¿Ahora? – le pregunté intentando averiguar la hora que era.

- Son las dos de la mañana. Hemos dormido cuatro horas, el tiempo suficiente. ¿Vienes a entrenar o no?

¿Cómo podía variar su humor tan rápido?

Acepté, quizá quería hablarme de algo, así que no lo dudé.

Mientras me ponía los zapatos y la chaqueta, volvió a hablar.

- Te espero en la sala de entrenamiento.

Asentí, sabiendo que ya se había ido, pero nadie podía culparme. El sueño de una hija preciosa junto a Eric me había dejado flotando en una realidad contradictoria. Preguntas y más preguntas, ¿qué le había sucedido para que después de ese momento juntos en el acantilado todo cambiara?

JenGVargas

Me encuentro algo perdida, lo sé, y os pido perdón de antemano, pero no puedo hacer otra cosa. Últimamente todo va demasiado rápido para mí en cada uno de los aspectos y aunque a veces quiero pararme a pensar y poder decidir, el tiempo me atrapa y no soy capaz de salir. 

Tras estas palabras, quiero dar unas gigantescas: GRACIAS!! Porque aunque estoy desaparecida la historia sigue subiendo en visitas y ojalá pudiera verlas a todas y abrazarlas!!! 

Ahora comenzaré de nuevo a subir más seguido, o al menos eso espero...

Os mando un fuerte saludo!!! <3

CAPÍTULO EDITADO

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