Capítulo 23. Princesa.

823 162 46
                                    




«Princesa»

Cuando desperté al día siguiente aún estaba bastante dolorida —sobre todo de mis brazos y de mi espalda— pero gran parte de mi energía había vuelto e incluso me sentía de mejor humor, aunque eso último podría deberse a la presencia de Aiden

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando desperté al día siguiente aún estaba bastante dolorida —sobre todo de mis brazos y de mi espalda— pero gran parte de mi energía había vuelto e incluso me sentía de mejor humor, aunque eso último podría deberse a la presencia de Aiden.

El forestniano se quedó toda la mañana conmigo haciendo bromas sobre lo que sucedió ayer para calmar un poco las aguas y aunque algunas eran muy tontas, no puedo negar que la mayoría me hicieron reír.

—Ada —me llamó alzando sus cejas en un gesto coqueto—. ¿Ya te dije lo ardiente que estuviste ayer?

Reí a carcajadas y utilicé un cojín para golpearlo en la cabeza.

—Si Joham te escucha decir eso... —le advertí—. No creo que a él le haga tanta gracia.

—Joham no está aquí. —Se encogió de hombros, guiñando uno de sus ojos amarillos.

Agradecí internamente cuando Flora apareció en mi habitación cerca del mediodía, porque Aiden empezó a comportarse ante su presencia y dejó a un lado sus chistes para poder contarle a nuestra amiga todo lo que había sucedido. Ella escuchó atentamente y luego discutieron un buen rato sobre la magnitud de mis poderes, mientras yo me limité a beber mi tercer tónico del día.

Esa mañana Samara me había advertido que me quedara en cama hasta que ella dijera lo contrario. Además, tenía que seguir bebiendo ese tónico color rosado —un té de flor de yue junto con otras plantas medicinales— para poder recuperarme por completo. A pesar de que su sabor era horrible, cada vez que lo tomaba sentía como si mis huesos pesaran menos, así que me lo bebía todo sin chistar.

—Arus tuvo que irse casi corriendo —comentó Aiden, llamando mi atención—, las hadas estaban algo histéricas.

—¿Por qué? —pregunté arrugando la frente, él no me había contado eso.

—Ya sabes que son guardianes del bosque —respondió restándole importancia—. Supongo que se preocuparon cuando sintieron que lo descongelabas.

Flora me miró de reojo, adivinando mis pensamientos. Eso significaba que Ezra estaba enterado de lo que yo había hecho y aún así no se molestó en venir. ¿Era esa su respuesta? Después de todo, yo le advertí que no quería volver a verlo si él no estaba dispuesto a luchar por mí. Tal vez lo subestimé.

«No pienses en eso» —me aconsejó la forestniana—. «Ya tienes suficientes problemas como para preocuparte por algo más»

«Lo sé» —admití con una sonrisa fingida que esperaba fuera tranquilizadora.

Aiden no notó nuestra breve charla y continuó platicando de otras cosas. A la hora de comer, Almendra subió una enorme bandeja para los tres y la devoramos en mi cama, yo muy agradecida de que ellos aún no se aburrieran de mí y me estuvieran haciendo compañía.

SunForest 4. Ada Rey.Where stories live. Discover now