Epílogo. Joham Rey.

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«Joham Rey»

—Hace mucho, mucho tiempo —comencé a relatar para la bebé que estaba recostada en mis brazos— existió un ángel que se volvió malvado y fue expulsado del cielo

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—Hace mucho, mucho tiempo —comencé a relatar para la bebé que estaba recostada en mis brazos— existió un ángel que se volvió malvado y fue expulsado del cielo. Este ángel comenzó a gobernar a todos los malos y a bestias muy, muy feas.

Eira alzó sus ojos verdes y mi corazón se saltó un latido al comprender que mi nieta comenzaba a reconocer mi voz. La pequeña había crecido mucho durante sus primeros seis meses, pero seguía cabiendo entre mis brazos. Tenía ganas de que nunca creciera para poder abrazarla siempre de esa manera.

—¿Te gusta la historia que el abuelo te está contando?

Si, me había convertido en abuelo a los 46, pero valía la pena con tal de disfrutar a Eira todo el tiempo posible. Cuando le sonreí, soltó una boruca graciosa y movió sus bracitos con emoción.

—Oye, este cuento es para que te duermas —le recordé— así que bájale dos rayitas a tus balbuceos.

Ella pestañeó una vez y yo me derretí por dentro, ¿cómo es que una bebé podía acabar con todas mis defensas en un segundo?

—Como te decía —continué— el ángel llevaba mucho tiempo gobernando a los malos, pero un día nació una bebé tan especial y poderosa que llamó la atención del malévolo ángel, poniendo en peligro a todo Sunforest.

»Los reyes del bosque intentaron poner a la princesa a salvo escondiéndola en otra dimensión, pero ese plan no resultó como querían porque ella tenía un hermano mayor: un príncipe muy valiente que luchó con todo su corazón para recuperarla.

Eira bostezó y yo no estaba seguro de si mi voz la estaba arrullando o mi historia resultaba lo suficientemente aburrida como para hacerla caer.

    —Fue el príncipe quien la buscó durante años, la encontró, la cuidó y la devolvió al bosque. Al principio, los reyes se enojaron muchísimo con su hijo por haber puesto a todos en peligro de esa manera, pero ellos decidieron darle una oportunidad y por primera vez en mucho tiempo, la familia real volvió a estar completa.

    »Pero el ángel no planeaba rendirse, aún quería a la princesa e hizo todo para conseguirla, para adueñarse de su poder. Así que el valiente príncipe decidió hacer un enorme sacrificio... y murió para salvarla, convirtiéndose en uno de los héroes que Sunforest siempre recordará.

Eira comenzó a parpadear lentamente hasta que sus ojitos se cerraron por completo. Su respiración, poco a poco, se volvió acompasada, aunque yo sabía que ella aún podía escucharme.

—Sin embargo tú y yo sabemos que ese no es el final, o no estarías aquí —susurré dándole un beso en su cabecita— porque si no te diste cuenta, el valiente príncipe es tu papá. Y sí, él murió para poner a salvo a tu tía, pero todos nos unimos para poder recuperarlo. Y lo logramos.

SunForest 4. Ada Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora