Capítulo 44. Esperanza.

850 147 109
                                    


«Esperanza»

Un repentino sollozo escapó de mi garganta al escucharlo y algunas lágrimas corrieron por mis mejillas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Un repentino sollozo escapó de mi garganta al escucharlo y algunas lágrimas corrieron por mis mejillas. Él me miró con ternura.

—No llores —pidió.

—Oh claro —dije secando mi cara con el dorso de mis manos—, porque decir eso es super útil y mágicamente hará que deje de llorar.

Ezra rió por lo bajo, justo cuando la puerta se abrió sin previo aviso y papá entró con ojos acechadores, esperando sorprendernos con las manos en la masa, pero Ezra y yo estábamos sentados tranquilamente con un buen espacio de separación entre nosotros.

—Sin importar qué —lo reté un poco molesta por la intromisión— deberías respetar mi privacidad y tocar la puerta antes de entrar.

Papá habría respondido a mi reto sino se hubiera atragantado al encontrarse con mis lágrimas, entonces se giró hacia mamá como diciéndole: está llorando, es toda tuya. Para mi sorpresa, mamá entró junto con Amira, quién silenciosamente me prometió con una mirada que pronto los sacaría de ahí. Ella había venido en mi rescate.

Mamá se alteró un poco al notar mis lágrimas y vi la histeria nacer en sus ojos. Tampoco le gustaba mucho verme llorar, ella siempre había creído que podía protegerme lo suficiente para que mi mundo siempre fuera color de rosa y mi única preocupación fuera nunca dejar de sonreír.

Pero la vida no era de color de rosa y el dolor existía, y no había nada que ellos hubieran podido hacer para evitarlo. De hecho, frente a la tumba de Jared, Amira me había dicho que el dolor no era malo y que te hacía fuerte, así que tal vez todos teníamos que soportar la cantidad justa de dolor para poder crecer y madurar.

De todas formas, ese no era el caso.

—Son de felicidad —aclaré antes de que su pánico creciera aún más. 

Amira sonrió dulcemente al imaginar lo que aquello significaba: que Ezra y yo por fin estábamos solucionando las cosas.

—Hola Ezra —lo saludó mientras lo evaluaba— ¿cómo te sientes?

—Mucho mejor, majestad. Gracias por su interés.

—Gracias a ti por haber cazado a ese camaleón —dijo con sinceridad—. Siempre estaré en deuda contigo por eso.

—No hay deuda —negó él—, mucho menos cuando su hija mató al segundo demonio y de paso salvó mi vida.

—No sé porque Ada me sigue sorprendiendo —dijo con alegría, dedicándome una mirada cariñosa—. Sé que ambos están exhaustos y necesitan descansar, pero queríamos venir a darles las buenas noches. Esperamos no molestarlos.

Mis padres adoptivos se veían un poquito sorprendidos por la sutileza de Amira, pero no dijeron nada y se limitaron a asentir, yo miré a mi madre biológica con agradecimiento y ella me guiñó uno de sus ojos azules discretamente.

SunForest 4. Ada Rey.Where stories live. Discover now