Capítulo 54. Corte real.

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«Corte real»

—Puedo volver más tarde —dijo una voz tranquila

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—Puedo volver más tarde —dijo una voz tranquila.

Ezra y yo nos sobresaltamos al mismo tiempo, tan perdidos en nosotros que ni siquiera lo habíamos sentido llegar... y Arus era tan silencioso como un gato. Mi novio respiró hondo tras apartarse de mí y terminó de limpiar mis mejillas con sus pulgares, para después ayudarme a bajar de la mesa. 

Miré a mi abuelo y noté como él se tensó al percatarse de mi llanto, pero había sido tan liberador que ni siquiera me importó que me viera así. Negué con la cabeza, para no preocuparlo.

—Estoy bien —le dije, imitando su tranquilidad.

—¿Segura?

Observó a Ezra, dubitativo, pero mi novio se limitó a confirmar mis palabras. Arus parecía un poco fuera de lugar, tal vez porque nunca antes había consolado a alguna nieta llorona. Aún así, me sorprendió un poco la suave caricia que hizo en mi cabello. Sonreí al verlo esforzarse de esa manera.

—Gracias.

Arus asintió.

—¿Querían hablar conmigo?

—Si —respondió Ezra y por el rabillo del ojo lo vi señalar la corona de Melisande.

Arus sonrió cuando se percató de ella.

—Ah —comprendió— escuché los rumores de que una bella princesa con la corona de Melisande apareció en nuestras danzas, hipnotizando a todos con sus pasos de baile.

—Fue divertido —respondí sentándome en la butaca más cercana para alcanzar la tiara y girarla entre mis manos—. Sé que la reconociste antes, cuando nos encontraste en el río ¿por qué no me dijiste?

Arus me miró con sinceridad, mientras se sentaba a un lado de mí.

—Porque nunca te había visto tan feliz como ese día —confesó— y no quería arruinarlo.

—¿Eres descendiente de Melisande?

Él asintió. Ezra y yo nos miramos, su teoría acababa de ser confirmada.

—Pero no sabía nada respecto a la corona —aclaró—. Es decir, sabía que estaba perdida, pero no creí que tú estuvieras destinada a encontrarla.

—¿Por qué yo? ¿Lo sabes?

Arus negó.

—Solo puedo hacer conjeturas.

—Me gustaría escucharlas —pedí.

Arus tomó la corona de mis manos para poder evaluarla con atención.

—Melisande fue alguien muy querida en su época —me contó—: poderosa, firme y fuerte, pero también compasiva. Esta corona, fue hecha especialmente para ella por su corte, con cuarzos que brillan porque la reina representaba para ellos una luz en medio de la oscuridad. Así que durante su reinado, la tiara se convirtió en un símbolo, una promesa de esperanza.

SunForest 4. Ada Rey.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ