Epílogo. Amira Rey.

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«Amira Rey»

«Amira Rey»

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Soplé la taza de café que tenía entre mis manos mientras miraba como la lluvia golpeaba contra el inmenso ventanal que estaba a mi lado. Amaba ese olor a tierra mojada y no había notado cuánto lo extrañaba hasta ese momento.

En Sunforest casi nunca llovía, el clima de nuestro hogar era perfecto gracias a la magia que corría por el bosque, a no ser que mi esposo o mi hija semi-hada perdieran el control de sus elementos y desataran una inesperada tormenta.

Había sucedido un par de veces, pero nada de qué preocuparse.

—Tierra llamando a Amira.

Sonreí al escuchar la voz de Raúl y le lancé una mirada divertida.

—¿Qué? —pregunté, dándole un sorbo a mi café.

—Parece que nunca dejarás de estar absorta en tu propio mundo —comentó mi amigo colocando un sobrecito de azúcar en su bebida.

—Ya vas a empezar —rodé mis ojos.

—No era una queja —explicó él con una sonrisa— de hecho me alegra saber que a pesar de los años sigues siendo la misma.

—Eso no es cierto —negué— he cambiado muchísimo.

—Claro que has cambiado —confirmó encogiéndose de hombros—. Has crecido y madurado, pero tu esencia es la misma.

—Míranos —le dije, señalándonos—, hablando como dos adultos.

—Quién lo iba a decir, ¿verdad?

—¿Cómo está Ana? ¿Y Lucas?

Mi amigo sonrió con sinceridad, todo el amor que sentía por su familia estaba reflejado en su rostro.

—Muy bien —respondió— Lucas está emocionado por mañana, ya sabes que le encanta visitar Sunforest.

—Él puede venir cuando quiera —le recordé—. Azael ya no es un problema, Sunforest está a salvo.

—Aún no puedo creer que Ada acabara con él —comentó impresionado.

—Tengo una hija muy especial —respondí orgullosa.

—¿Y cómo está Jared?

Suspiré.

—Creo que nunca lo había visto tan nervioso en toda mi vida.

—¿No se estará arrepintiendo de casarse?

Reí.

—Claro que no, simplemente es un torbellino de emociones.

—Todavía no te perdono por no haberme dicho sobre su muerte —reclamó, pero ya no lucía tan enojado como cuando recién le conté la verdad.

SunForest 4. Ada Rey.Where stories live. Discover now