Capítulo 52. Espejismo.

811 149 17
                                    




«Espejismo»

Amira me ayudó a explicarle brevemente a Samara que necesitaba su ayuda y agradecí cuando la sanadora curó mis marcas sin hacer más preguntas, aunque con una mirada llena de diversión

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Amira me ayudó a explicarle brevemente a Samara que necesitaba su ayuda y agradecí cuando la sanadora curó mis marcas sin hacer más preguntas, aunque con una mirada llena de diversión. Incluso, me regaló un tarrito de flor de yue para que no tuviera que ir con ella a cada rato por unos simples rasguños.

Tardé un momento en comprender lo que Amira y Samara intentaron enseñarme esa mañana, pero al final fue muy claro. Aprendí que no tenía que avergonzarme por mi cuerpo o por decidir pasar la noche con mi novio. Que si yo así lo quería, sería aceptado por ellas, siempre y cuando yo fuera responsable a cambio. Así que una parte de mí también comenzó a aceptarse de esa manera para poder dejar la culpa o el miedo de lado.

Ahora entendía porque Jared siempre se había permitido ser tan libre con Flora.

Eso hizo que mi humor matinal volviera de golpe, porque ahora tampoco había razón alguna como para intentar ocultar toda la felicidad que estaba sintiendo tras esa maravillosa noche. Además, era un sentimiento que me tenía bien merecido, sobre todo después de lo que había pasado durante las últimas semanas.

Necesitaba un respiro y no tenía nada de malo disfrutarlo al máximo. Estaba segura de que Ezra tampoco tendría problema alguno con eso.

Así que cuando se hizo mediodía y llegué a mi segundo entrenamiento aún con mi enorme sonrisa de satisfacción grabada en mi cara, Joham y Aiden parecieron un poco deslumbrados por ella.

—Estás rara —concluyó mi amigo— creo que nunca antes te había visto sonreír así, ¿no te duelen las mejillas?

—Déjame en paz —dije riendo.

Había mucha más comprensión en la mirada de Joham que de Aiden, pero mi padre decidió no hacer ningún comentario al respecto, aunque si me dedicó una mirada llena de calma que apoyó silenciosamente el discurso de Amira: él también confiaba en mí.

Gracias a Dios que Samara había desaparecido toda la evidencia de mi cuerpo, o tal vez aquella no hubiera sido una mirada tan tranquila.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
SunForest 4. Ada Rey.Where stories live. Discover now