Capítulo 41. Amigos.

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«Amigos»

Ezra llevaba dos días inconsciente y yo realmente comenzaba a preocuparme, era inevitable

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Ezra llevaba dos días inconsciente y yo realmente comenzaba a preocuparme, era inevitable. Sin embargo, cuando le supliqué a Samara que fuera a revisarlo de nuevo me aseguró, una vez más, que él se estaba recuperando exitosamente.

Quería quedarme con él y no salir de la cama en todo el día hasta que abriera sus ojos y ese enorme peso que caía sobre mi corazón se aligerara un poco, pero cuando Dandelion me recordó muy amablemente que tan solo faltaban nueve días para el eclipse, me levanté con la intención de asistir a cada uno de mis entrenamientos y seguir dando lo mejor de mí misma.

Loan se quedó con Ezra para estar al tanto de él, prometiendo que me avisaría de inmediato sobre cualquier novedad, mientras que un lobo nuevo ocupó su lugar para acompañarme al claro. Arus me había jurado que esa vez no se trataba de ningún familiar, amigo, vecino o cualquier cosa que tuviera que ver con Ezra, aunque eso ya no importaba.

La meditación de ese día resultó tan efectiva que cuando terminó, me sentía mucho más tranquila y menos ansiosa, sentimiento que desapareció por completo cuando se hizo mediodía y Aiden no llegó a nuestro entrenamiento con Joham.

Maldita sea, Aiden. Había estado tan preocupada por Ezra que me olvidé por completo de él y no pude evitar sentirme como una horrible, muy horrible persona.

Cuando Joham y yo terminamos nuestra ya usual carrera de calentamiento, aproveché los minutos que nos tomamos para recuperar el aliento y reuní la valentía que necesitaba para preguntar por mi amigo.

—¿Y Aiden?

A pesar de que formulé mi pregunta con toda calma que me fue posible reunir, Joham debió notar una chispa de ansiedad en mi rostro, porque sus ojos verde pardo me evaluaron durante largos segundos antes de responder.

—Samara me pidió que lo dejara descansar —respondió con cuidado—, por ahora solo seremos tú y yo.

Hice una mueca porque no me tragué esa excusa, aunque sabía que Joham no me estaba mintiendo. Tal vez Aiden había utilizado a su mamá para zafarse de mí... y probablemente estaba en todo su derecho de hacerlo.

Solté un suspiro y mi padre volvió a mirarme inquisitivamente, pero decidió no decirme nada más acerca del tema y yo le agradecí en silencio. Después de eso, el sargento Joham apareció y durante un par de horas lo único que pude pensar fue en el duro entrenamiento.

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SunForest 4. Ada Rey.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin