Capítulo 29. 25 días.

794 158 47
                                    


«25 días»

Al día siguiente me levanté un poco adolorida, pero lo suficiente descansada para soportar mi nueva rutina y me dije mentalmente que debía agradecerle a Samara la próxima vez que la viera, porque estaba segura que me había podido levantar de la ca...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente me levanté un poco adolorida, pero lo suficiente descansada para soportar mi nueva rutina y me dije mentalmente que debía agradecerle a Samara la próxima vez que la viera, porque estaba segura que me había podido levantar de la cama gracias a su tónico.

Me vestí y cuando salí de mi habitación le dediqué a Loan una gran sonrisa, mientras que el lobo estrechó sus ojos en señal de desconfianza.

—Buenos días —lo saludé con mi mejor voz cantarina. Loan gruñó y yo puse mis brazos en jarras—. ¿Es que todos los días te levantas de malas? —le pregunté rodando los ojos—. Si es por dormir en el pasillo, prefiero que duermas en mi cama a tener que lidiar con un lobo cascarrabias.

Cuando los ojos negros de Loan se abrieron con sorpresa, comprendí que mis palabras podrían malinterpretarse.

—No en tu forma humana —aclaré rápidamente—. Ni en la lobuna, porque abarcarías toda la cama. Pero podrías convertirte en un gatito, tengo uno en casa y estoy acostumbrada a dormir con él. —Loan emitió un sonido extraño y tardé en comprender que se trataba de una risa—. Tú, lobo gruñón, ¿te estás burlando de mí?

El lobo sacó la lengua, evidentemente divertido y no pude evitar devolverle la sonrisa.

—Supongo que lo que dije fue un poco gracioso —admití— pero oye, se nos hará tarde si seguimos platicando.

«Aún es temprano» —dijo dentro de mi cabeza y yo me felicité mentalmente por haberlo hecho hablar.

A pesar de que el lobo era enorme, su voz sonaba joven y me dije a mí misma si era muy pronto para preguntarle su edad. Tal vez en otro momento.

—Lo sé, pero es el tiempo justo para llegar al claro corriendo. Necesito aprovechar cada oportunidad que tenga para mejorar mi condición física.

Loan se levantó y se estiró, preparándose para seguirme.

«Ayer no lo hiciste tan mal, princesa»

—¿Tan? —me burlé—. Eso me dice más que suficiente.

El lobo agitó su cola y dio vueltas a mí alrededor, como si intentara animarme por su comentario. Yo volví a acariciarlo detrás de las orejas cuando pasó junto a mí y esa vez no me gruñó.

—Ves, te dije que eso te gustaba.

Corrimos para llegar al claro y Loan se mantuvo a mi lado, a un ritmo constante y muy atento a nuestro alrededor. De vez en cuando me soltaba un par de frases alentadoras, sobre todo cuando mi respiración se volvía demasiado forzada. Para cuando llegamos a la meta, los dos estábamos más despiertos y llenos de adrenalina.

Dandelion ya estaba en el claro, esperándonos. Nos miró con las cejas alzadas pero con cierta diversión grabada en sus ojos amarillos, esos que eran idénticos a los de Aiden.

SunForest 4. Ada Rey.Where stories live. Discover now