Capítulo 60. Un día.

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«Un día»

Durante los últimos días habíamos repasado una y otra vez cada uno de los detalles de nuestro plan, intentando evaluar qué podría salir mal y creando una posible solución para cada problema que teníamos previsto

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Durante los últimos días habíamos repasado una y otra vez cada uno de los detalles de nuestro plan, intentando evaluar qué podría salir mal y creando una posible solución para cada problema que teníamos previsto.

A estas alturas, todos sabíamos exactamente qué era lo que teníamos que hacer para concretar nuestra misión. Incluso, Enid y yo habíamos leído tantas veces el hechizo que ambas nos lo sabíamos de memoria y yo lo repetía silenciosamente una y otra vez, como si de un mantra se tratara y lo estuviera decretando.

Samara y Aiden seguían capacitándose juntos, ideando una manera para curar a Jared mucho más rápido de lo que lo habían logrado la primera vez y reuniendo todo el material posible. Flora se estaba ejercitando incansablemente con ayuda de Zigor, quien su lealtad estaba de nuevo con nosotros y no había flaqueado ni una sola vez desde nuestra última reunión.

En cambio, Arus, Joham, Ezra y yo nos estábamos entrenando juntos por primera vez, aprendiendo nuestras diferentes formas de luchar y de movernos. Trabajando nuestra magia para volverla una sola. Combinando nuestros elementos para hacerlos invencibles. Cada vez que finalizábamos una enorme sonrisa se formaba en mi rostro, porque estaba segura de que acabábamos de convertirnos en un doloroso grano en el trasero de Azael.

El ejército de Sunforest también estaba listo, mucho mejor preparado de lo que nunca había estado en antiguas guerras. Ellos ahora entrenaban junto al ejército de las hadas, comandados por la corte real de Féryco. Sí, incluyendo a Nia, aunque ella y yo solo nos habíamos cruzado un par de veces y las dos fingimos que no nos conocíamos.

Por pura curiosidad asistí a uno de los entrenamientos y quedé realmente complacida con lo que vi. Carwyn y Frey parecían los más experimentados en liderar, ya que ellos comandaban a todos con ayuda de Elof. Loui, Nia, Clío y Loan les enseñaban a los demás a ejecutar las órdenes a la perfección, en una sincronía bastante sorprendente. Y a pesar de que no me encantó comprobar que el hermano menor de Ezra estaría al pie de la batalla, decidí no discutir al respecto. Al fin y al cabo, esa no era mi decisión.

La manera en la que hadas y forestnianos aprendieron a compenetrarse me dio esperanza, no solo de alcanzar la victoria, sino del futuro que se avecinaba si superábamos esa guerra. Lo que Ezra y yo podríamos lograr con una alianza formal.

Mi novio y yo aún no habíamos hablado sobre mi boda con Azael, prácticamente porque no teníamos ni un segundo a solas durante el día. Y en la noche, los dos estábamos tan exhaustos por el arduo trabajo que apenas nos veíamos, abrazábamos y caíamos rendidos juntos, en un sueño que más bien parecía un coma.

De todas formas, no había tiempo que perder. El eclipse era al siguiente día y el tiempo por fin se nos estaba agotando. No era que no estuviéramos listos para enfrentarlo, pero la ansiedad comenzaba a dominarnos a todos de distintas maneras.

SunForest 4. Ada Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora