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1 de junio 1872

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1 de junio 1872.

White Oak Lands, Minnesota.

Olivia tachó el cuadrado en el calendario y se detuvo con su corazón paralizado para ver como el nuevo mes comenzaba. El mes que llevaba tanto tiempo repudiando en su cabeza.

Dejó el lápiz sobre su escritorio y se echó hacia atrás en la silla intentando no darles demasiada importancia a sus sentimientos. Era el destino ¿Qué más podía hacer? Si el hombre que amaba debía estar con otra mujer, entonces tendría que encontrar la forma de hacer paz con la idea y morderse la lengua por más imposible que sonara, sabía que no podía interferir pues de hacerlo estaría poniendo en juego su propia existencia.

Dejó la habitación y fue por el pasillo hacia el salón de empleados.

Los mozos estaban sentados en la mesa jugando a las cartas y dos de las mucamas merendaban, cuando su llegada los obligó a interrumpir sus tareas para ponerse de pie. Olivia empezaba a acostumbrarse a esa reacción que tenían al verla e intentaba no ordenarles que se detuvieran, pues había aprendido que no tenía caso y que era mejor dejar en claro la línea de poder para que no hubiera problemas en la casa, de todas formas, era la primera vez desde que se habían mudado a la casa que los visitaba en su salón de descanso, así que todos estaban un tanto sorprendidos.

—Apreciaría no fumaran en la casa, señores —dijo manteniendo un tono neutral, no quería descargar su malhumor en ellos—. Debí haberlo aclarado desde el comienzo.

—Perdone, señora.

Los tres mozos apagaron sus cigarros en el cenicero y volvieron a unir las manos en la espalda.

—¿Alguien sabe dónde se encuentra mi marido?

—Ha salido temprano en la mañana, señora —respondió una de las mucamas.

—¿A dónde?

—No ha dicho.

Olivia suspiró, les agradeció por su tiempo y se regresó por el corredor intentando no hacerse ideas. No pudo, empezó a dejar volar su imaginación sin control alguno y terminó caminando con su respiración acelerada y lágrimas retenidas en sus ojos.

No era la primera vez que el pasaba su día fuera de la casa, de hecho, llevaba todo el año haciéndolo y muchas veces llegaba pasada la hora de la cena. No tenía idea de que hacía en sus viajes o porque demoraba tanto, pero le exasperaba y detestaba que él la mantuviera en las sombras. Sabía que Jonathan visitaba a algunos socios durante las tardes y que frecuentaba algunos restaurantes para acordar nuevos acuerdos con grandes compañías, sabía que él seguía buscando expandir el negocio de su padre hacia las vías de tren, pero en todas esas reuniones estaba segura habría mujeres y era ridículo pensar que él no se fijaría en alguna de ellas.

Fue hacia el salón principal donde estaban sus hijas descansando en el sofá en lo que cuidaban de Geordie y encontró paz cargando a su bebé en brazos. Lo abrazó con sus manos temblorosas y dejó que recostara su mejilla regordeta en su hombro donde podía dormir, le daba una gran calma tenerlo cerca en esos momentos en los cuales se sentía tan incompetente y vulnerable.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now