Su amor ha demostrado ser más fuerte que aquellos obstáculos en el camino, pero su historia apenas comienza. Después de sobrevivir a una guerra y otros eventos que han puesto a prueba su unión y lealtad, Jonathan y Olivia se enfrentan a nuevos desaf...
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Estaba intentando encontrarle sentido, pero no podía.
La última vez que había visto a Nathaniel acababa de cumplir veintisiete años y estaba a días de que su abuela falleciera y tuviera que viajar a los Estados Unidos, pero él se veía diferente, no sabía si era la ropa o el estilo de esta, con bigote y el cabello peinado hacia un lado, solo sabía que estaba cambiado. Más grande también, aunque desconocía cuantos años habrían pasado para él desde la última vez que se habían visto.
Olivia lo siguió con la mirada cuando él se acercó otro paso a ella y por inercia, su reacción fue pegarse otro poco al cuerpo de Jonathan. Lo sentía tan tenso debajo de su tacto que le sorprendía no se hubiera roto los dientes de tanto apretarlos.
—¿Nathaniel?
—He estado buscándote todo este tiempo, Olivia, nunca he superado nuestro amor y mucho menos olvidado tu compañía, esperaba pudiéramos reunirnos otra vez y regresar juntos —. Olivia perdió el color en su rostro y todo su cuerpo empezó a temblar, casi sonaba como si hubiera ensayado esas mismas palabras unas mil veces por la monotonía con la cual las decía—. Sé que han pasado muchos años, pero no he dejado de amarte, Liv.
Marie apretó la mano de su padre cuando lo notó apretando el puño y se mantuvo detrás de él, consolándolo en silencio para evitar que se formara una escena. No se vería para nada bien si Jonathan se lanzaba sobre ese completo extraño y lo molía a golpes como imaginaba quería hacer.
—¿Usted es? —inquirió Gwendoline ante el silencio de su madre.
—Nathaniel Mayer, soy un viejo amigo de Olivia y muy cercano —. Se rio, como si quisiera recalcar esa última palabra y lanzó una mirada hacia Jonathan—. ¿Me harías el honor de bailar la siguiente pieza conmigo, Olivia?
Ella no reaccionó, estaba en un estado de shock y su mente se había retirado a un lugar oscuro y sombrío en el fondo de su cerebro. Ignoró la mano que Nathaniel le ofreció y ni siquiera pudo reaccionar cuando Jonathan abandonó su lugar y se atravesó entre sus cuerpos.
—Marie ve a buscar a tus hermanos.
Marie se marchó corriendo por el salón esperando encontrarlos antes de que su padre comenzara a golpear a ese hombre y Jonathan permaneció de pie sosteniendo la mirada de Nathaniel a solo centímetros de su rostro.
Jonathan era un poco más alto y grande que Nathaniel, también tenía una barba más densa y el cabello un poco más largo. Eran completamente opuestos, donde Nathaniel era delgado y suave, Jonathan era grande y brusco, donde Jonathan era amable y simpático, Nathaniel era arrogante y violento. No se parecían en lo más mínimo y Jonathan lo despreciaba, más aún cuando el hombre le sostenía la mirada sin respeto alguno.
—¿Padre, ¿nos llamabas?
Al reunirse con ellos, Adrian miró hacia el hombre enfrentando a su padre y dudo en interferir. Le apoyó una mano en el hombro para llamar su atención y Jonathan cedió sin dejar de mirar a Nathaniel.
